Desde que el hombre fuerte Hugo Chávez asumió el poder en Venezuela en 1999 y comenzó a dirigir el país hacia un modelo autoritario y socialista, el colapso de la economía se ha visto compensado por los ingresos generados por la presencia de enormes reservas de petróleo en el país, y los miles de millones de dólares aportados por la refinería Citgo, filial del holding petrolero estatal venezolano, PDV Holding, y el único activo apreciable de esa entidad.
De hecho, Venezuela pasa a controlar las mayores reservas probadas de petróleo del mundo, y Citgo, con sede en Houston, una de las diez mayores refinerías de petróleo estadounidenses, posee tres refinerías en Estados Unidos y numerosas terminales de almacenamiento y oleoductos, además de controlar una importante red de distribución minorista en este país. Ahora, sin embargo, la situación financiera de Citgo se ha debilitado tanto que Venezuela puede perder el control sobre esa empresa, con repercusiones a nivel nacional, si no internacional, que sólo pueden imaginarse en este momento.
Los problemas de Citgo se remontan indudablemente a la grave mala gestión financiera bajo la economía izquierdista de, primero Chávez, y luego de su sucesor, Nicolás Maduro. Después de décadas de tal mala gestión, incluyendo la invasión casi constante de los ingresos de Citgo y los activos en general para ayudar a financiar las agendas socialistas de Chávez y Maduro, las reservas de divisas de Venezuela habían caído finalmente de $ 30 000 millones hace sólo seis años a sólo $ 107 000 millones el año pasado.
En la misma pendiente descendente, PDV Holding llegó a estar tan corto de efectivo que solicitó y recibió 1.500 millones de dólares en préstamos de Rosneft, una compañía petrolera cuya participación mayoritaria es propiedad del gobierno ruso. Cuando PDV agotó incluso ese dinero y no tuvo capacidad para devolver sus préstamos, Rosneft alegó que tenía derecho a tomar el control de una participación del 49,9% en Citgo.
Esto, por supuesto, era insostenible para la Administración Biden, que tenía el poder de bloquear el control ruso de PDV Holding, una corporación de Delaware, ya fuera por motivos de seguridad nacional o por las sanciones establecidas por primera vez por la Administración Obama.
Obstinado por estos controles, y evidentemente basándose tanto en el estatus de PDV Holding como en el de Citgo como corporaciones de Delaware, el 30 de noviembre de 2023, Rosneft presentó un embargo ante el Departamento de Estado de Delaware, alegando que Rosneft reclamaría la participación del 49,9% en Citgo debido a los impagos venezolanos.
Ese embargo, a su vez, puso en marcha a los tribunales de Delaware, que finalmente dictaron una sentencia extraordinaria en un caso llamado Crystallex International Corporation contra la República Bolivariana de Venezuela, según la cual la matriz de Citgo, PDV Holding, es a su vez responsable de las deudas de la nación de Venezuela.
En concreto, el Tribunal dictaminó que PDV se había visto envuelta en litigios a raíz de una serie de nacionalizaciones insuficientemente compensadas por parte del gobierno venezolano. Como la propia Venezuela acabó enfrentándose a juicios por más de 21.000 millones de dólares, un tribunal federal de Delaware autorizó entonces la subasta de Citgo para satisfacer los impagos del país sudamericano.
Esta última sentencia ha sido realmente extraordinaria. Aunque no ha trascendido ninguna información firme, en los círculos energéticos internacionales se sospecha que el Departamento de Estado de Estados Unidos, si no otros departamentos y agencias gubernamentales estadounidenses, pueden haber estado implicados, ya que Estados Unidos no querría, con toda seguridad, que Rusia se hiciera con el control de una importante refinería de petróleo estadounidense y de sus oleoductos y otros activos físicos asociados.
En enero de 2024, en una subasta de quiebra, un juez del Tribunal de Quiebras de Delaware aceptó 20.800 millones de dólares en reclamaciones contra Citgo de 17 acreedores para resolver las reclamaciones relacionadas con la nacionalización previa de activos sin la debida compensación y los impagos de deuda.
Uno de los licitadores sorpresa de la subasta de quiebra fue ConocoPhillips. Conoco ha optado por pujar con sus propios créditos y no con dinero en efectivo. Si ganara, los créditos pendientes de Conoco se compensarían con los créditos de todos los demás participantes. En febrero, el Tribunal de Quiebras redujo de 30 a 12 la lista de posibles compradores en la subasta de la quiebra.
Sin embargo, se mire por donde se mire, el resultado parece ser que Venezuela, el país con las mayores reservas probadas de petróleo del mundo, está a punto de perder el control de su refinería Citgo, con sede en Houston. Aparte del obvio golpe al orgullo nacional venezolano, no cabe duda de que esto también supondrá un duro golpe financiero para la nación sudamericana. Para 2023, Citgo declaró unos ingresos netos de 2.000 millones de dólares. Este dinero será difícil de reemplazar para Venezuela.
La conclusión es que el ciclo sigue cayendo en espiral para Venezuela, y la historia de los problemas de esa nación —en su mayoría autoinfligidos— enseña una lección que otros países con inclinaciones ideológicas similares harían bien en evitar repetir. No importa cuántos recursos naturales u otros activos pueda poseer una nación, incluso países enteros deben prestar atención a los resultados fiscales, y la incompetencia humana puede llegar a desbordar la inmensa riqueza natural, dejando sólo dolor financiero y ruina a su paso.
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