Una rara confluencia de condiciones oceánicas y atmosféricas
Los huracanes Jova y Lee, formados en los océanos Pacífico y Atlántico respectivamente, han sorprendido a meteorólogos y científicos del clima por igual con sus rápidas e intensas transformaciones. En cuestión de días, ambas tormentas se convirtieron en huracanes de categoría 5, la más alta en la escala de vientos huracanados Saffir-Simpson, utilizada para medir el potencial de destrucción de un huracán.
Es particularmente notable porque esta transformación se produce cerca del pico de la temporada de huracanes y durante un período marcado por temperaturas oceánicas inusualmente altas —condiciones que se sabe que amplifican la fuerza de los huracanes—. No obstante, la intensificación simultánea de estas dos tormentas separadas es una coincidencia. “Tener dos tormentas como ésta tan cerca es una coincidencia interesante, pero no necesariamente, por sí sola, un presagio de lo que está por venir”, afirma Kim Wood, científico atmosférico de la Universidad de Arizona.
El papel del cambio climático en la rápida intensificación
La investigación ha demostrado una tendencia preocupante: a medida que nuestro clima se calienta, las condiciones para una rápida intensificación de las tormentas se vuelven más frecuentes. La intensificación rápida es un fenómeno en el que la velocidad del viento de una tormenta aumenta al menos 35 millas por hora en un periodo de 24 horas. Wood y sus colegas predicen que a medida que el clima siga cambiando y aumente la temperatura de los océanos, más huracanes experimentarán esta alarmante tendencia. Esto se debe a que los océanos más cálidos proporcionan más combustible para los procesos de convección que impulsan los ciclones tropicales.
Las tormentas recientes, como el huracán Idalia, que tocó tierra de forma catastrófica en Florida el mes pasado, han mostrado este rápido crecimiento, lo que acentúa la preocupación entre los científicos del clima. Sin embargo, el crecimiento de Jova y Lee superó incluso estas alarmantes cifras, con una aceleración de los vientos de Jova de 85 mph y de Lee de 80 mph en un solo día.
El catalizador de una intensificación tan poderosa tiene múltiples facetas, siendo las temperaturas oceánicas sólo un aspecto. Factores como la humedad local, la cizalladura del viento y la propia estructura interna de la tormenta desempeñan un papel crucial. “No se trata sólo del entorno, sino también de la naturaleza de la propia tormenta”, explica Wood.
El camino a seguir para Jova y Lee
Como ocurre con todas las tormentas, las condiciones que las crean también pueden disminuirlas. Jova, tras su feroz intensificación, se encontró con aguas más frías, lo que provocó su desescalada a huracán de categoría 2. Estas fluctuaciones son habituales en el Pacífico Norte oriental. Por otra parte, la trayectoria futura y la intensidad del huracán Lee siguen siendo inciertas a medida que se acerca al Caribe y al este de EEUU.
Sin embargo, una cosa es cierta: la capacidad de predecir y comprender la rápida intensificación de estas tormentas ha mejorado notablemente. Las previsiones tempranas y precisas de tales comportamientos son cruciales para la seguridad y la preparación de las regiones en la trayectoria de una tormenta. El éxito de la predicción del crecimiento explosivo de Jova y Lee es un testimonio de los avances de la ciencia meteorológica y las capacidades de previsión.
A medida que el huracán Lee se acerque a las regiones habitadas, los meteorólogos de todo el mundo seguirán de cerca todos sus movimientos. La comprensión y predicción de estos portentos meteorológicos no sólo mejoran nuestros conocimientos científicos sino, que, lo que es más importante, garantizan la seguridad y la preparación de las comunidades a su paso.
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