El próximo domingo 6 de julio, día en que se conmemoran 610 años de la condena del reformador católico Jan Hus, se clausura la exposición “A través del cristal” en la galería Estudio 33: una muestra de tres artistas cubanos que, a través de sus distintas poéticas individuales, reinterpretan los últimos 107 años de la historia de la República Checa.
Inaugurada durante el Mes de Europa en Cuba, el pasado 3 de mayo, esta instalación sitio-específica utiliza el cristal como elemento de identidad del país centroeuropeo, para indagar en aspectos fundamentales de su historia y su cultura, donde los objetos y fragmentos funcionan como hilo conductor en tres espacios:
El embajador checo Zdeněk Kubánek lee su discurso durante la inauguración, en el Mes de Europa 2025.
La primera sala, “La Historia”, con referentes en los primeros años de Checoslovaquia, se pintó con los colores de la bandera checa que (¿por casualidad?) son los mismos de la cubana.
A la entrada, casi interrumpiendo el paso para que el espectador tenga que hacer un alto, un piano clásico, instalación sonora donde se escucha en loop la Sonata H350 de Bohuslav Martinů.
Encima, colgada en la pared, una réplica de la custodia conocida como Sol de Praga, cuyo original en la iglesia de la Virgen de Loreto ostenta la nada desdeñable suma de 6222 diamantes (en la réplica, cristales) y justo debajo, sobre el centro del piano, una pequeña imagen del Niño Jesús de Praga, de esas que se venden como objeto de adoración y souvenir. Un candelabro…
Todavía sobre el piano, la primera pieza de cristal de Bohemia es un vaso florero del siglo XIX, típico rojo rubí con decoración de “ciervos en el bosque”, en contraste con la segunda: una moderna flor de lis donde se funden otra vez los tres colores nacionales: rojo, azul y blanco…
Montada en la pared roja, la obra clave de la sala es “Geoda vascular” de Karla Betancourt: escultura con infinitud de capilares de vidrio enlazados, alegórica a las múltiples lecturas e interpretaciones de la historia vista como un tejido.
En la esquina opuesta, una mesa con libros: Kafka, la antología de poesía checa contemporánea, En las Ondas de la TSF del Premio Nobel Jaroslav Seifert y una máquina de escribir del siglo XX que invita a leer frases de La metamorfosis, referentes al cambio.
Complementa la curaduría un texto de Milan Kundera en el cristal (intencionalmente roto) montado en la pared: “La vida es la memoria del pueblo, la conciencia colectiva de la continuidad histórica, el modo de pensar y de vivir”.
Y, coronando la sala, lo más impresionante: una enorme y glamorosa lámpara de acero y lágrimas que, no por ser la última en esta descripción, ha de pasar desapercibida, pareciendo anunciar los tiempos por llegar.
Tiempos que cambian en la segunda sala: “El cambio”.Desde la perspectiva del artista Eduardo Yanes, el ambiente se enrarece y se vuelve un tanto oscuro, pues la obra principal es una videoinstalación y la intención del artista es lograr ese efecto explosivo y de transformación que tuvieron los años subsiguientes a la segunda guerra mundial.
La primera pieza, en el sentido de izquierda a derecha es “Saudade”, hermosa y lírica: un dibujo en espejo y polvo de oro que muestra la silueta de una niña columpiándose felizmente, una metáfora de la nostalgia por los tiempos pasados que… ¿serán de verdad, siempre mejores?
En la pared del frente, dos obras de la serie Puentes: “Punto de fuga” y “De-mente” (grabados a punta seca sobre cristal) constituyen una reflexión sobre esos nexos necesarios para la buena comunicación entre las personas y las naciones, un discurso tan vigente y actual en estos días donde guerras y conflictos ponen diariamente en vilo la paz mundial.
Destaca una bellísima pieza de cristal grabado sobre fotografía iluminada, con un franco mensaje de esperanza, tomado de una frase popular: “Hay que tener fe, que todo llega”.
Pero el plato fuerte de esta sala, como ya se ha dicho, es la obra “Liberación” que utiliza cristales rotos de lo que fue una hermosa vajilla tallada de cristal de Bohemia (24% de plomo), cosidos al lienzo para reflejar en sus destellos, conjuntamente con la proyección de un video sobre la Villa Tugendhat, el cambio histórico y político que comenzó en Checoslovaquia en 1968 y que tuvo otro punto álgido en 1993, con la separación del país en dos naciones.
A la salida de esta sala, también montada en la pared, (esta vez en cristal casi perfecto), una frase de Václav Havel es otro llamado a la esperanza: “La esperanza no es la convicción de que algo saldrá bien, sino la certeza de que algo tiene sentido, sin importar cómo resulte”.
Finalmente, nos adentramos en la tercera y última sala, completamente iluminada: son los tiempos actuales, de 1993 a nuestros días.
En contraste con la anterior, podríamos decir que es rutilante y los fragmentos de cristal brillan bajo la intensa luz. ¿Será intención de la curaduría de Sussette Martínez mostrar “La Reconstrucción” como un espacio donde todo se ilumina?
Como su nombre indica, aquí se evoca la reconstrucción del país a partir de los fragmentos, empleando todo aquello que queda y puede ser (tiene que ser) utilizado después de la ruptura. Pero el nuevo sistema, en la propuesta de la curaduría, debe rehacerse desde lo familiar, y por esto la habitación deja de ser parte de la galería para constituirse en sala de estar o comedor de casa.
Por eso esta tercera sala ha sido intervenida por una artista mujer, Claudia Veloz, que expone desde lo doméstico, y la frase en el cristal de la pared será de otra escritora femenina (no checa, no cubana sino española), Espido Freire, pero que representa un mensaje universal: “A veces el final de una cosa es también el principio de otra. Se rompe una vasija de cristal… ¡Nace un caleidoscopio!”.
“Ilación” es la obra principal de la muestra de Claudia (tejido de crochet, cristales recuperados y muebles de madera), constituida por una mesa y un pequeño sillón (que parece evocar al de la abuela: la checa, la cubana) desde el cual transcurre el hilo de un ovillo, para confeccionar un mantel tejido que entrelaza fragmentos de cristal, subiendo de las patas al tablero y culminando con una construcción de copas todavía menos rotas, que hacen resaltar un centro de mesa de cristal checo tallado a mano, impecablemente íntegro en todo su esplendor.
Acaso sea esa la metáfora avisada en los textos de las salas precedentes: la esperanza y el cambio. El mensaje está claro: construir un mundo nuevo y mejor con los fragmentos del pasado.
Otros fragmentos de cristal recuperados de vistosos colores conforman la obra “Horizonte” como una fantasía, más bien una utopía de ese mundo nuevo que se pretende construir, bello e imaginario.
Finalmente, en la pared contraria, “Irregularidades espaciales” es una instalación compuesta por platos de vajillas antiguas pintados por la artista, tal vez como reafirmación de la capacidad de transformar incluso aquello que ha sido prestablecido de antemano.
En resumen, “A través del cristal”, la exposición, toma como pretexto ese elemento tan importante de la cultura checa y lo convierte en eje transformador para contar una historia en tres tiempos, desde tres poéticas distintas y personales. Es una muestra imprescindible para acercarse a la historia de un país signada por la esperanza y el cambio.

Discurso en la Universidad de La Habana (Sabatina del 22 de febrero de 1862)
Por Ignacio Agramonte y Loynaz
“El Gobierno que con una centralización absoluta destruya ese franco desarrollo de la acción individual, no se funda en la justicia y en la razón, sino tan sólo en la fuerza”.