Presentación 5/12 del #tallercomplementario con estudiantes de arte: un ejercicio tipo encuesta sobre algunas aristas de la trama formativa. Esta vez he seleccionado a Brenda Cabrera Rodríguez.
La enseñanza artística promueve el canje de ideas como lógica de asesoramiento. ¿Qué hay con someter a crítica tus propuestas?
Una herramienta fundamental en la metodología de las escuelas de arte en general, es el uso de la crítica. El ejercicio de la crítica es muy fructífero, pues a través de esta dinámica se anteponen ideas u operatorias diferentes a las que tienes preestablecidas o construidas, y de este modo surgen crisis que en ocasiones devienen en mejores soluciones y proyecciones para tus ideas; o, en otro caso, contribuyen a que reafirmes mejor tu postura.
El debate que se genera, y que es medular, sobre todo en el programa de la carrera de Artes Visuales del ISA, depende también del enfoque que le dé cada profesor a este tipo de dinámica, y de cómo sea capaz de guiar el diálogo hacia soluciones prácticas, factibles. Aunque muchas veces son los propios estudiantes los que se ofrecen mutuamente operatorias y vías alternas para realizar las propuestas.
Los resultados de estos debates son importantes e influyentes en los procesos personales de cada artista que opera bajo estas estructuras, donde creo que las jerarquías están diluidas, porque los profesores también se nutren de los estudiantes y no existe una política de subordinación a las ideas aportadas por los profesores. Por esa parte, el flujo es libre y bastante cómodo.
Brenda Cabrera Rodríguez, Experimentos en Monster Beach, 2020.
Se especula sobre mayor vulnerabilidad del alumnado al plagio. ¿Es algo que tengas en cuenta?
Supongo que hay que saber discernir entre el concepto de plagio y lo que sería la retroalimentación entre los estudiantes de arte. Debe existir, en primera instancia, un respeto hacia cada propuesta o postura individual, y no llegar al punto de que un artista siga exactamente las pautas y las soluciones conceptuales o formales de otro artista, pues ahí estaríamos ante el plagio. Pero puede suceder que confluyan intereses similares en una estructura de artistas que comparten críticas; de este modo, los artistas beben de experiencias colectivas que ayudan a formular y a reafirmar posturas propias, personales. Ahí estaríamos en presencia de la retroalimentación.
Lo que sí defiendo es que la individualidad, la forma en la que te introduces en tus procesos personales, hace que siempre te diferencies del resto, aunque sea en aspectos mínimos; esto debe verse como algo orgánico y no impuesto, para que nuestras personalidades fluyan de la manera más auténtica posible. Es importante, además de inevitable, que en un colectivo de estudiantes se compartan experiencias, formas, vocabulario; y es algo que se extraña luego, en tu vida fuera de la escuela, porque buscar colectividades se vuelve complejo. En la vida del estudiante de arte, sin embargo, esto surge con una empatía increíble, y se disfruta mucho.
Brenda Cabrera Rodríguez (La Habana, 1997).
¿Te interesa comentar algún proyecto de obra, o exposición? ¿Dónde te gustaría mostrarlo? ¿Qué repercusión esperas?
Recientemente creé Garambaina, un proyecto de marca de diseño gráfico, artes visuales y moda, junto a la diseñadora Isell Herrero. La idea de fundar mi propio proyecto de diseño y artes visuales era una meta que venía persiguiendo desde hace tiempo, pues siempre me ha gustado diseñar.
Garambaina es una palabra del idioma español que alberga varios significados, casi siempre enfocados hacia elementos superfluos; pero uno de estos significados se refiere a ademanes afectados o muecas, o sea, los típicos gestos físicos que en ocasiones expresan desaprobación ante determinada situación. Conceptualmente, establezco una analogía entre un ademán afectado y un individuo social, cultural o políticamente afectado.
Los protagonistas de Garambaina son mujeres, así como grandes y pequeños monstruos, que se empapan de diversas connotaciones y asumen diferentes roles. Constantemente están cambiando su función en el texto de la obra o el diseño. Elementos como la ambigüedad o la subversión de valores, la ironía y lo sexual, me interesan como móviles conceptuales más profundos.
Tenemos muchos objetivos con este proyecto. Por ejemplo: su inserción en la industria de la moda, comenzando por gamas más económicas y sencillas, hasta llegar al diseño de vestuario más complejo. Y un espacio físico, pues queremos hacer del proyecto una experiencia no solo virtual. Queremos una sede o estudio donde el espectador y el cliente se enfrenten con el enviroment de nuestros procesos y resultados. Creo que actualmente es necesario crear más experiencias de este tipo, por encima de las tan viciadas y en ocasiones superficiales experiencias virtuales.
Por ahora estamos exponiendo contenido regular a través de redes sociales como Instagram (@garambaina_art), Dribbble (Garambaina) y Facebook (Garambaina). El proyecto es muy joven, pero al mirar la producción con la que contamos hasta ahora, se puede observar cómo ha ido adquiriendo madurez y complejidad; eso es importante, e inevitable cuando se trabaja constantemente. Hemos tenido el apoyo de emprendedores y amigos que nos han ayudado de muchas formas, pero aún quedan muchos pasos por dar, y muchas trabas que superar a nivel económico y burocrático.
Lo más importante es no parar de producir, y pensar en alternativas para lanzar y desarrollar cada proyecto.
#tallercomplementario con Yamil Orlando Jimenez
“¿Realmente creo algo? ¿Me interesa ser original? En este momento me veo como un reorganizador de información en aras de generar disímiles contenidos dentro de una obra, alejándome de la estructura: A (idea) hasta B (idea que llega al espectador). Quiero ver este sistema de una manera más rizomática”.