#estudiodesinergia 4/4 en jóvenes artistas que manejan expresiones literarias: identificación de interfaces en sus discursos. Esta vez he seleccionado a Elizabet Cerviño.
Una vez superada la etiqueta: “artista visual que escribe” o “escritora formada en artes visuales”, ¿cómo se disponen esos dos lenguajes en tu espacio autoral?
Estas dualidades que sentencian al creador impiden plantear que el ser humano es tan cambiante como el sedimento por el que andamos en la vida.
No me gustan las etiquetas porque, más que acercarse al entendimiento, ponen el arte en un lugar remoto para los espectadores; inhiben, de ese modo, cualquier relación profunda que con ellos pueda establecerse. En otras palabras: las etiquetas descuartizan las obras de arte como meros artefactos. Y esta falta de unidad que provocan nos hace más ausentes y perdidos.
Elizabet Cerviño, Altar, 2018.
Me basta afirmar que el arte es energía como lo es la vida, o como lo es la fe. Es en esa atmósfera de aparente ambigüedad y contaminación donde respiran muchas de mis obras. ¿Importa pensar qué? o ¿hacer qué? Los textos, la pintura, instalaciones, etc., son apenas creación. Recuerdo un poema de Fina García Marruz que dice: “acto, reminiscencia de lo puro // que tan solo una vez es poseído” (“Príncipe oscuro”).
Me atrevería a afirmar que las obras de artes son cuerpos frágiles, sometidos al tiempo, memorias, y un misterio a develar hasta para sus propios creadores, sea cual sea el medio o método de creación.
Elizabet Cerviño (Manzanillo, 1986).
¿Pudieras compartir alguno de tus textos?
limpia nueva pura
nace desvanecida la Paz
arrojada teme
necesita olvidar
mar-orilla
lamento de la Isla.
#estudiodesinergia en Salomé García Bacallao
Soy mujer escultora, mujer grabadora, mujer artista de la instalación o el videoarte, sin entrar en la categoría forzada de lo “femenino”.