#reinicioenfrío con Leslie García Blanco

Día 10/10 del #reinicioenfrío con jóvenes artistas: un intercambio puntual sobre sus operatorias. Esta vez he seleccionado a Leslie García Blanco.




La proyección de tu obra oscila entre la densidad del revisionismo histórico y la simpatía del experimento casero.¿Has intencionado esta transición como el metadiscurso que termina siendo?

Creo que en buena medida sí, entendiéndose mi obra en su totalidad como algún tipo de bosquejo que organiza y explica conocimientos y experiencias más allá de la aparente diversidad de sus puestas en escena. Es a partir de esta especie de red de relaciones internas entre pieza y pieza que se sobrepasa lo discursivo de la obra aislada, permitiendo así otros pequeños relatos en su interior con la misma susceptibilidad hacia lo interpretativo. 

Podría decirte que, en general, asumo mi trabajo como un ejercicio, un juego de apropiación y alteración de las cosas, en el cual no solo tiendo a revisar, sino que además asocio y disocio frente a una serie de referentes que pueden o no guardar relación con eso que llamabas histórico. 

También cabría plantearse la pregunta de qué entendemos por historia, si se tiene en cuenta su carácter interdisciplinario, si la enfocamos como la narración de cualquier suceso, o si incluimos en su estudio los sucesos imaginarios o creados desde X necesidad y bajo una serie de intereses; pero dejémoslo ahí. 


Leslie García Blanco

Leslie García Blanco, La Isla de la Desesperación, 2018.


Digamos entonces que intento reexaminar nuestras relaciones convencionales con objetos, discursos, instituciones, leyes, etcétera, centralizando los focos de atención en reglas y operatorias. Asumiendo lo que hago como investigaciones o experimentos que de alguna u otra manera terminan por estar ligados a convenciones estéticas.

No tengo como tal una manera de hacer, no sigo un método ni tengo un tema, aunque no quito la posibilidad de que pueda entenderse como tal. Creo que en general tiendo hacer cosas muy simples (algunas llevan mucha más dedicación que otras) donde dibujo paralelos o analogías que me permitan una conjunción de realidades inconexas, atípicas, dislocadas, contradictorias en algunos casos, pero que por lo general no son más que características o metas que están bien mezcladas al arte. 

Si habláramos por ejemplo de La isla de la desesperación (nombre que da Robinson Crusoe a la isla donde queda varado), te diría que no es más que una lata con un poco de agua salada, un vaso de cristal ubicado en el centro del recipiente, un nailon retráctil en la boca de este y un peso de estrella apoyado en su centro; todo ello combinado para convertir agua salada en agua dulce y potable. Esto es algo funcional en determinada situación de sobrevivencia, pero tampoco se trata de eso: se hace en otro contexto, sin una necesidad real y por tiempo indefinido; la gota (dulce) colma el vaso y lo desborda, para ser agua salada nuevamente. Una especie de samsara o eterno retorno hecho para entenderse no solo desde el objeto, sino desde la combinación del mismo para con su modo de funcionar, teniendo en cuenta varias perspectivas. Al final de todo, es isla, pero también es bandera. 

En este caso, lo único que hice fue sacar de contexto el artilugio y sustituir con muy poca imaginación el peso de un cuerpo indeterminado por un peso moneda; al fin y al cabo, este último también era un cuerpo con peso. Literalmente, no creé nada. Nada que no fuera darle personalidad a este cuerpo X que bien podría, dentro de su carácter genérico, haber sido igualmente dicha moneda. Sin embargo, es con ella, y desde una especie de corte transversal e imaginario de la pieza, que el objeto deja de ser únicamente aquello que se suponía que fuera.

Entonces, en general, es eso lo que trato: dar razones para direccionar una especie de mirada perversa sobre las cosas y su conocimiento acumulado, utilizando la impureza intrínseca de la visión como una vía que nos permita expandirlas hasta su reinvención, moldeando con ello el carácter elástico de sus significados. Estos actos de visión son los que de alguna manera constituyen un dominio y permiten cierta dosificación, tanto para crear las cosas como para entenderlas. Bastaría con cortar todo mi trabajo, reorganizarlo y mirarlo desde varios ángulos, para encontrar esos otros discursos dentro del discurso.


Leslie García Blanco

Leslie García Blanco (Sancti Spíritus, 1987).




Dania González Sanabria

#reinicioenfrío con Dania González Sanabria

Evelynn Alvarez

“El arte, en la actualidad, no funciona como un proceso hermético, ensimismado, encriptado o grandilocuente. Tanto para los espectadores como para la propia obrade arte, es mejor que esta discurse abiertamente, que sea de interés humano, accesible en cuanto a contenido, emotiva y energética, reflexiva”.