#notificaciónsinleer de un evento que involucra a jóvenes artistas: averiguaciones de primera mano sobre dicha muestra. Esta vez he seleccionado a Silent Specific y para ello converso con Dayneris Brito, curadora de la exposición junto a René Francisco Rodríguez.
Silent Specific convoca a los integrantes de las sucesivas Pragmáticas (Proyecto pedagógico implementado por René Francisco Rodríguez, en la Universidad de las Artes, ISA, durante 1989-90, 1991-92, 1997-2001 y 2010-2012) y a otros artistas afines con estas experiencias, para realizar intervenciones públicas en el espacio virtual. ¿Por qué transversalizar varias generaciones reactivando el espíritu que aglutinó a gran parte de la nómina en su etapa estudiantil?
Desde el inicio se tuvieron en cuenta la conglomeración de artistas y la posibilidad de sumar creadores que estuviesen trabajando desde cualquier latitud. En un primer momento pensamos en limitarnos a los artistas que habían conformado las sucesivas Pragmáticas, pero entonces no hubiese sido todo lo abarcador que queríamos.
En la convocatoria que circulamos, el propio René Francisco expresaba la urgencia de una “cruzada virtual; un grito colectivo que exprese el sentimiento multigeneracional de la nación, que pulsara las arterias del padecer en la punta de lo actual, y que publicase con un arte de elípticas inteligencias nuestros desacuerdos, aspiraciones, nuestro llamado de atención a la equidad y la injusticia”.
Y Silent…es justamente eso: la oportunidad de incitar la reunión y el ensayo desde una postura comprometida con el aquí y ahora, desde una lógica de diálogo y careo con la ciudad y sus espacios. Es el encuentro de más de tres generaciones de artistas viviendo dentro y fuera de Cuba; el pie forzado para convocar a la creación conjunta, así como lo hicieron en su momento proyectos como Ciudad Generosa… (como propuesta de parada mayor que sucedió a las acciones en la Galería Nacional en 1989 y luego las distintas Galerías DUPP).
En estas acciones siempre existió una propaganda o gráfica (performativa o instalacionista); una escenografía y coreografía que intentaban relacionar a los creadores con un ideal de ciudad y una cierta arqueología, desde perspectivas y tendencias muy contemporáneas. Entonces, en un momento que se sabe de tensión y desunión, ¿por qué no crear algo que acercase a los artistas y trajera toda esta vibra en el tiempo?
La diversidad de generaciones y estéticas fue permitiendo entonces que Silent…se llenara de matices, lo cual fue haciendo más rico y diverso el proceso. En uno u otro sentido, cada artista y cada propuesta fue diversificando la muestra, ampliando nuestras expectativas y otorgándole valor y caudal a Silent…, con lo cual estamos muy agradecidos.
Ningún proyecto fue establecido y trabajado a priori, sino que cada uno se fue entretejiendo entre las ideas iniciales de los artistas, los aportes técnicos de los diseñadores y las nuevas aportaciones que René o yo hacíamos en caso que lo considerásemos necesario, además de las visiones de Orlando Hernández en relación a la racialidad, la religión, etc..
Víctor Manuel Piverno Barrios (Pinar del Río, 1989), Alexa y sus testigos, 2020.
Si las trabas para intervenir las calles no existen únicamente en Cuba, y el soporte del proyecto facilita visualizar la ocupación de cualquier sitio, ¿a qué responde concentrarse exclusivamente en el ámbito nacional? ¿Qué particularidades se pretenden sobre la relación entre el espacio público virtual y el espacio público del territorio cubano?
Creo que Silent Specific no podía plantearse desde otra óptica que no fuera la del ámbito nacional, al menos en esta primera edición (pues nos encantaría pensar en una segunda y quizás tercera edición imaginada para otra ciudad). Ante todo, nos debimos a lo propio: a hacer de La Habana una ciudad en la que conectar todos esos proyectos inconclusos que no habían tenido lugar, y sumar otros que fueron surgiendo a la par del crecimiento de Silent... Lo concebimos como esa propuesta utópica que en parte permitiera a los artistas situarse frente a su pedazo de ciudad, de calle, de esquina, de barrio, y en función de eso llevamos adelante la idea.
Respecto al espacio público o “real”, este siempre ha estado presente: desde el sentir instalacionista inicial que le dio lugar a las obras, hasta la nostalgia que las acompaña, por la dificultad para hacerlas reales (aunque no descartamos la posibilidad de exponer las piezas y, en el mejor de los casos, materializar algunas). Pero creo que nuestra intención o relación con lo público se sitúa en un pensamiento de cambio, o de necesidad de cambio; un cambio que se apoye más en diálogo y el razonamiento que en la imposición. Somos conscientes de que Silent Specific no cambiará nada en concreto, ni mucho menos solucionará o transformará la realidad cubana de ahora. Pero de algún modo encontramos en esa realidad paralela que es la virtual (y me refiero a las redes sociales) una vía de aproximación, un aporte sutil, una provocación y sobre todo una brecha para aprovechar la coyuntura y aterrizar la utopía de varias ideas aisladas, troncadas, que quizás nunca se hubieran visto en perspectiva dentro de un mismo propósito.
Dayneris Brito Castillero (La Habana, 1996).
#reinicioenfrío con Leslie García Blanco
No tengo como tal una manera de hacer, no sigo un método ni tengo un tema, aunque no quito la posibilidad de que pueda entenderse como tal. Creo que en general tiendo hacer cosas muy simples donde dibujo paralelos o analogías que me permitan una conjunción de realidades inconexas, atípicas, dislocadas, contradictorias…