#tallercomplementario con Albert Ortiz Rodríguez

Presentación 8/12 del #tallercomplementario con estudiantes de arte: un ejercicio tipo encuesta sobre algunas aristas de la trama formativa. Esta vez he seleccionado a Albert Ortiz Rodríguez.




La enseñanza artística promueve el canje de ideas como lógica de asesoramiento. ¿Qué hay con someter a crítica tus propuestas?

Como parte de una institución académica, es imposible escapar a la crítica. Incluso fuera del aula, la oportunidad de diálogo está por doquier. Este ejercicio resulta importante para el artista no solo en su etapa de estudiante, pues constituye una oportunidad para intercambiar experiencias y opiniones, las cuales pueden repercutir, en mayor o menor medida, sobre la obra.

La crítica debe ser un proceso consciente y reflexivo. Para no vagar de una opinión a otra, es preciso establecer una idea clara de lo que se pretende, aunque en un primer momento resulte superficial o ambigua. Al fin y al cabo, la última palabra la tiene el propio artista.



Albert Ortiz Rodríguez, Mal de Mesías, 2020.


Se especula sobre mayor vulnerabilidad del alumnado al plagio. ¿Es algo que tengas en cuenta?

La inexperiencia, y la falta de rigor en la investigación que precede a la obra, son factores que vuelven al alumno más vulnerable al plagio. Pero, aunque se haga una búsqueda exhaustiva de antecedentes, uno nunca se libra del todo. Las ideas y las formas de hacer no son exclusivas, sino comunes en varios artistas.

Sin embargo, el plagio también puede ser manejado de forma intencionada, como parte del discurso de una obra. En lo personal, no me interesa hacer uso de ello, y procuro distanciarme de mis referentes buscando proponer algo distinto.

Por otra parte, existe la posibilidad de ser plagiado, y más cuando eres estudiante y tu trabajo no se ha visibilizado lo suficiente. Publicar imágenes de las obras en redes sociales, o en cualquier plataforma, puede exponerte a ser copiado. Para evitarlo, o para disminuir el riesgo, es necesario documentarse sobre las plataformas más adecuadas para socializar cada tipo de obra.

Aunque esté alerta, no es algo que me preocupe en exceso. Comparto poco mis piezas en medios digitales, en los que resulta muy fácil descargar una imagen o video. 



Albert Ortiz Rodríguez (Puerto Padre, Las Tunas, 1999).


¿Te interesa comentar algún proyecto de obra, o exposición? ¿Dónde te gustaría mostrarlo? ¿Qué repercusión esperas?

Con la actual situación del país todo se encuentra paralizado. Hasta hace unos meses estaba preparando un proyecto de intervención en la Casa Museo José Lezama Lima, junto a tres colegas de la Facultad de Artes Visuales del ISA (Amalia Echemendía, Deylis Rodríguez y Alejandro Munilla). Por ahora, esperamos a poder retomar el ritmo con que veníamos trabajando. Todavía estamos perfilando nuestras intenciones, así como las piezas de cada cual.

Tenemos previsto intervenir todo el espacio, tanto el dispuesto para exposiciones transitorias como las salas del museo. Esto último conllevaría a una negociación con varias entidades, de ahí nuestro interés en estructurar una propuesta sólida. 

También formo parte de otra exposición colectiva (SATS) donde participan más artistas jóvenes, algunos son estudiantes del ISA y otros graduados de San Alejandro. Para esta muestra tenemos en mente la Galería Taller Gorría, aunque no descartamos la posibilidad de otros espacios. Será una exposición diversa, que contará con fotografía, video, instalación, dibujo, objeto.

En Silent Specific, un proyecto de intervenciones públicas virtuales, curado por René Francisco y Dayneris Brito, presento Mal de Mesías, en coautoría con Amalia Echemendía. La obra constituye una pantalla de grandes dimensiones que transmite una declaración al transeúnte.




Amalia del Carmen Echemendía Fernández

#tallercomplementario con Amalia del Carmen Echemendía Fernández

Evelynn Alvarez

“Las instituciones de enseñanza artística deberían plantearse las críticas de forma estratégica y no programática. Es decir, con la suficiente capacidad para reaccionar y actualizarse ante el que trae consigo cada nueva generación. Y si no disponen de las herramientas para potenciarlo, al menos deberían evitar a toda costa sofocarlo”.