Milton Portales es un artista graduado de la Academia San Alejandro en la especialidad de Pintura. Reside actualmente en la provincia de Pinar del Río y, desde finales del mes de julio, se ha venido insertando en los circuitos del criptoarte, donde por primera vez ha podido exponer y comercializar su obra en un mercado internacional.
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¿Cómo entraste al mundo de los NFT?
Mi formación comienza en la Academia de Artes Plásticas Tiburcio Lorenzo. Mi segundo año coincide con el cierre de la academia de mi provincia natal, Pinar del Río, por lo que soy trasladado a la Academia de Artes Plásticas de La Habana, San Alejandro, donde me gradúo en la especialidad de Pintura.
Luego de culminar estudios en la Academia, comienzo a realizar trabajos en campos diversos como el audiovisual, la gestión de proyectos para restaurar o intervenir espacios locales aquí en Pinar del Río. Es durante ese período que empiezo a utilizar distintas herramientas de edición y donde tengo cierto acercamiento al arte digital.
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Cubano confundido.
Llego al mundo de los NFT luego de mostrarle a mi hermano, Marlon Portales, una serie de ilustraciones con distintos temas, yo diría que una variante primaria de la obra que ahora estoy desarrollando en espacios como Foundation yOpenSea. Marlon me explica que hay una especie de mercado nuevo de arte digital y que ese trabajo que yo estaba desarrollando en ese momento podría insertarse.
Es durante este período inicial en el que estaba desarrollando mi trabajo que me encuentro con una convocatoria llamada Prisma III Arte cubano y criptomercado, desarrollada por ArteMorfosis. Era un concurso donde se iban a premiar diezartistas con cierta cantidad de Ethereum para mintear las primeras piezas. En ese momento, para mí fue como la primera puerta que tenía que abrir. Ya me había creado mi wallet pero aún no tenía Ethereum ni siquiera para empezar. Felizmente, fui elegido entre esos diez artistas. Yo estoy muy contento de haber participado, no está de más volver a agradecer a ArteMorfosis por esa oportunidad, ya que gracias a ellos fue que pude mintear mi primera pieza.
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Action Comics.
¿Qué retos has tenido que asumir?
El reto principal es haberme encontrado ante un mundo novedoso y ante un objetivo complejo; es el hecho de aprender a desenvolverme en medios como Twitter e Instagram, usando estos como plataformas para promocionar mi obra.
Está también el hecho de tener que aprender y entender de qué van las criptomonedas, qué es un NFT, qué es un Ethereum, qué es una blockchain. Ese tipo de conceptos que para mí son completamente nuevos, cosas que prácticamente ignoraba hasta hace dos o tres meses.
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El increíble cubano.
¿Qué impacto ha tenido la comunidad de artistas cubanos en tu presencia en el criptoespacio?
Entiendo, averiguando con la gente, que Twitter es la plataforma que más se utiliza para promocionar los trabajos una vez minteados. Ahí empiezo a hacer relaciones con muchos artistas que hoy forman parte de la comunidad y empiezo a conocerlos y ver la forma en que promocionan su trabajo. Empezamos a crear lazos, todos nos ayudamos a promocionar las obras de todos, y es algo muy bonito. Es algo que por lo menos yo nunca había experimentado en el mundo tradicional del arte, donde me imagino que los códigos o la forma en que la gente se relaciona, o la forma en que la gente promociona su trabajo es un poco más individual, por decirlo de alguna manera.
El mundo de los NFT y la comunidad cubana de artistas en la que me he estado moviendo ha sido fundamental para esto. Creo que es un 60%, 70% del relativo éxito que tal vez mi trabajo pueda estar teniendo. Hay una retribución muy fuerte de información, en cuanto a intercambiar propuestas, ver obras distintas…
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Mira, mamá, un pajarito.
¿Qué tipo de obras has presentado hasta el momento? ¿Cómo ha sido asumida por el mercado?
También el mundo de los NFT ha contribuido a que muchas disciplinas que no eran tan apreciadas dentro del mundo del arte tradicional sí lleguen a verse, como es la ilustración. Yo hago ilustraciones narrando diferentes historias, pero tienen un campo temático bastante amplio: hay ilustraciones con una carga conceptual más fuerte y hay otras con un carácter más visual, conceptos e historias a partir de emular diferentes visualidades.
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Coastal Road.
Muchos de los coleccionistas y personas que ayudan a promocionar el trabajo y que participan de todos estos procesos vienen de estar trabajando con criptomonedas, de mundos más comerciales, donde no tienen estas construcciones conceptuales que sí tienen las personas que vienen del mundo tradicional del arte, que miran la obra de arte a través de los ojos del arte tradicional. Y los NFT han venido a cambiar eso de una manera muy fuerte: gente muy joven con propuestas muy frescas están trabajando de una manera excepcional y están insertándose en la comunidad muy fuertemente.
Esto también ayuda a abrir un abanico de posibilidades desde el arte digital. Por ejemplo, yo decido comenzar a desarrollar la serie El Increíble Cubano, donde utilizo elementos y códigos del cómic tradicional estadounidense. Entiendo que es el momento, pues estoy haciendo una obra que no solo está siendo vista en Cuba. Entonces puedo comenzar a usar este tipo de información visual porque puede ir dirigida a un público más internacional y que tiene más conocimientos de lo que es el mundo del cómic, algo que a mí también me fascina. Y por eso lo utilizo como código para expresar cuestiones tan serias como son las cosas ocurridas en Cuba, en cuanto a las protestas, a las quejas, a la resistencia.
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Cubano, resurrección.
En fin, estoy hablando de superhéroes, de villanos, de posturas existentes en la Isla, y llevando mensajes con estos códigos del cómic que son desde lo gráfico imágenes impactantes, fáciles de leer, son imágenes que tienen una capacidad comunicativa enorme. Por eso creo que pueden ser tan efectivas para transmitir un mensaje serio, que pueden tener entonces en mi obra un carácter infantil, pero que al final apuntan a mi propia postura y a diferentes posturas que existen ahora mismo en la Isla.
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La revolución digital: Primer acercamiento
Por primera vez en el arte contemporáneo, un grupo amplio de artistas cubanos residentes en Cuba no dependen de un mercado turístico para comercializar su trabajo.
