Miguel Coyula me citó para una prueba de cámara y para hablar de mi personaje. En la sala del penthouse de sus padres me mostró lo que tenía filmado. No recuerdo introducción alguna. Empecé a ver aquellas imágenes y entré de inmediato en el universo de la película, tanto que al finalizar le pregunté si DNA 21 existía.
En el mundo reina el caos. Hay protestas contra un proyecto gubernamental de manipulación genética en Estados Unidos. Desde distintas aristas y lenguas se combate esta decisión unilateral que, entre otras cosas, agudizará las diferencias sociales.
—You are gonna tell me that my child is not as good as your child because you had the money to have it genetically engineered. DNA 21 can´t get away with this anymore. They`ve got to be stopped. The government has got to step in and say: “Enough already”. And you know what? We are not budging. They are going to deal with us.
La que habla es la actriz estadounidense Leila J. Babson. Antes había trabajado con Miguel en Cucarachas Rojas (2003). Siempre llamó mi atención Doris, la vecina, su personaje perturbado en Cucarachas… En la trama llega siempre en momentos delicados. Pareciera que se trata solo de una vecina curiosa, pero en su carácter Miguel expresa la locura como forma de exaltación del espíritu, capaz de intuir lo anómalo, lo extraño en los que se dicen o creen “normales”.
Leila J. Babson.
—You and your girlfriend make a very good couple.
Adam Zarrasky (Adam Plotch) le responde:
—No Doris, she is my sister.
Doris empuja su carro del mercado envuelta en una capa de nailon y con el cuello cubierto por una bufanda gruesa casi gritándole a Adam, que apura su marcha.
—Well you make a good couple anyway. That´s the truth.
Esa especie de esquizofrenia que padece Doris, y a la que Leila terminó de dar forma, al proponer un vestuario que de por sí comunica una naturaleza outsider que va más allá de Doris como individuo, es más bien canal receptor y emisor de la disfuncionalidad. Luego, en Corazón azul, parecería el mismo personaje algunos años después.
En el caso de Nicolas Fredersen está muy claro que es el nombre completo del Nick de Cucarachas…, interpretado por el actor también estadounidense Jeff Pucillo.
Jeff Pucillo.
Pucillo ha trabajado en todos los largometrajes de Miguel, al igual que Plotch. Nick realizó su sueño en 2003 cuando, en Cucarachas…, anhela trabajar para la corporación DNA 21. En Corazón…, el gobierno de Estados Unidos cede ante las protestas, ilegaliza DNA 21 y señala a un culpable: Fredersen.
De derecha a izquierda Susana Rodríguez y Jeff Pucillo.
Esta fractura resulta provechosa para Fidel Castro quien, probablemente, haciendo labor de espionaje, logra dar con el científico estadunidense para que dirija de forma secreta los laboratorios de manipulación genética que ha venido liderando en Cuba desde años antes, en su construcción del Nuevo Hombre, y acabar por siempre con el imperialismo yanqui.
Carlos Navedo.
En los primeros cinco minutos se cuestiona o apoya al DNA 21 en múltiples lenguas, en francés (Magali Kabous), italiano (Elio Ruma), español (Carlos Navedo, Susana Rodríguez), ruso (Zita Skomoliova), inglés (Theodore Bouloukos, James Burns, Marta Reiman —que también trabajó en Memorias del desarrollo (2010)—; e interpretando al activista principal, el actor cubano-americano José A. Santana).
Marta Reiman.
James Burns.
Las protestas acontecidas en New York (2011) sirvieron de telón de fondo para que Miguel, animado por Ron Blair (Sergio en Memorias…) obtuviera extras gratis y añadiera valor de producción a la película; de modo que los que aparecen en el fondo son personas reales, mientras que los primeros planos son para los actores y actrices, tanto profesionales como naturales.
Yukiko Niigata (extrema derecha).
José A. Santana (centro) y Skid Maher (derecha).
Entré a la película justo después del discurso apocalíptico de Fidel, que Miguel sacó de contexto haciéndolo coincidir con DNA 21: “La especie humana puede ser regulada, se están creando en estos momentos las condiciones para una situación, ni siquiera soñada. Nuevas formas de procesos sociales, surgirán, pacíficamente”.
Y acto seguido entra un narrador (Aramís Delgado): “Con ustedes, Corazón azul”.
Estreno en Moscú
Alisa Pakomova nos traducía. Hubo un momento perturbador, casi a la hora de la despedida. El taxistadijo: “Ustedes dicen sí a todo, suerte que no queríamos envenenarlos. Habría sido muy fácil”.