Fayad contaría toda su vida con el aura maldita y atractiva de haber errado junto a Nivaria Tejera y Agustín Cárdenas, entre otros cubanos, por el mítico París de la posguerra antes de volver a Cuba en 1959.
Las sombras romanas de Calvert Casey
Al final de una mañana de 1966 Calvert Casey llegó, probablemente desde Budapest, a la estación de trenes de Ginebra donde lo esperaba su amigo Juan Arcocha. Calvert iniciaba un último exilio que, como es sabido, terminaría con su suicidio en Roma.