La joven, fotógrafa gótica y surrealista, posaba con su cuerpo desnudo, envuelto en transparencias, ante el ojo de la cámara.
Cama y mesa
No pudo ser mejor. Él era mi Humbert Humbert. Y yo, su Lolita. Treinta y tres años contra catorce.
Despedazaron relojes y almanaques
“Era inevitable que se cruzaran. Él la miró, acariciándola entera, aunque no pronunció palabra. Ella lo miró, y sintió que empezaba a gustarle”.
‘Uber Cubaʼ, la carrera en círculos
“Es poesía. Nostalgia, su Orlandostalgia. La anunciación de un destino… cambiable, perfectible”.
Un día perfecto para el pez Habana
“Me siento en un parque. Soy como el personaje de la película de Wim Wenders, el japonés limpiador de baños”.
Entre Pavese y un CVP cubano
El suicidio es un pecado y es destino. Antes o después, ese plan preconcebido se cumple. Hay un mantra que gira alrededor del elegido, en la manera que escoge para irse.
Una ‘dolce vita’ en un país de cartón
Adiós, fiestas. Adiós a todos los que participaron. Quizás no nos volvamos a encontrar.
Colecciones callejeras
Una ciudad donde sus habitantes se dan el lujo de soñar, porque no cuesta nada, y los más soñadores ya tienen la huida programada.
Marlon Brando, el rostro impenetrable
Marlon David, David Marlon. Tú eras dos en uno, la cafetera que explota y mancha las paredes de la casa. Pura explosión y tizne. Un tranvía llamado Marlon David.