“Nadie sabe cómo va a terminar este proceso, no hay manuales para seguir, y ninguna experiencia histórica es igual a otra. Lo que sí es definitivo es que las fuerzas de la sociedad están dispuestas a concluirlo. Hay muchos dispuestos a asumir la cárcel. Y esto representa un cambio de paradigma, y una gran esperanza para todos”.
Ariel Ruiz Urquiola: del tiempo al ser
Ariel Ruiz Urquiola atestigua lo que es ser asesinado antes de la muerte, lo que es ser cancelado y alienado mediante la diabólica delicadeza inherente a la técnica del asesinato de la persona antes que el asesinato del cuerpo.
¡No Fidel, no ahora! Otra economía poética
En un bodegón, una mujer se asoma desde la puerta y grita: “¡Se acabó el picadillo, caballero!”. Por suerte, quien esto escribe solo quería lentejas. El número seis de la cola no lo tomó tan bien: “¡Si Fidel estuviera vivo estas cosas no pasarían!”. Ahí mismo llegó mi primera tesis cuarentenal: Fidel es un progenitor de estoicos.
David D’OMNI: “Intentar ser libre en Cuba, una especie de maldición”
Conversar con un OMNI de ZonaFranca siempre es un desafío, e Hypermedia Magazine tuvo a bien convocarlo. Desafío en cuanto al carácter agonista y trascendental de los miembros de este proyecto, que se obstinan en afinar sonido, poesía, cuerpo y performance en la nota bondad-belleza-verdad.
Feat. Luisma
Luis Manuel Otero (Luisma) no quiere tomar el lugar de la autoridad, ni siquiera negociar lo que ese lugar sea, sino que anda tomando el dolor propio y ajeno, y amándolo: la más alta forma de intervención.
Estética de la precariedad cubana
¿Cómo funciona la precariedad en el horizonte vital? ¿Qué significa existir con la precariedad como punto de partida? ¿Qué valor tiene la vida humana en nuestra sociedad? ¿Con cuánta imaginación o con qué mecánico automatismo se piensa la precariedad?
La sociedad contra el Estado
La violencia política no es una preocupación para los intelectuales cubanos, complicidad nunca gratuita. Lo tácito, lo anónimo pasan a ocupar el lugar de la responsabilidad y el diálogo. Secuelas de la estatización y la colectivización, secuelas de una política afectiva deshumanizante y, digámoslo, secuelas del totalitarismo en curso.