Apuntes para una historia del ridículo en Cuba - Manuel Sosa

Apuntes para una historia del ridículo en Cuba

El equívoco es parte de nuestra naturaleza insular. Y además el ridículo, que nos salva de ser invisibles. Y cuando pensamos en esas ventajas, tan útiles para el arte y la política, llegamos a otra palabra querible y exacta: la desilusión. La desilusión del Almirante, la primera desilusión. Y faltaban muchas otras por venir.

Citar mal

En el poema «Noche insular: jardines invisibles», de José Lezama Lima encontramos estos versos: La mar violeta añora el nacimiento de los dioses,/ ya que nacer es aquí una fiesta innombrable,/ un redoble de cortejos y tritones reinando. El verso del nacimiento como fiesta ha sido fatigado, expropiado, reescrito, usado como apostilla útil, declamado en actos políticos

Historia del miedo virgiliano

En junio de 1961, en una de las reuniones mantenidas por Fidel Castro con los intelectuales en la Biblioteca Nacional, Virgilio Piñera se levantó, fue hacia el micrófono y dijo: Tengo miedo. Esa frase constituyó el mayor acto de resistencia de un intelectual ante la intolerancia del régimen.