Una lectura de Ruido (Alfaguara, 2012), de Álvaro Bisama.
Batista, amigo, el pueblo está contigo
El 10 de marzo de 2017, hace un año y pocos días, recibí un e-mail de Batista hijo. Era el sexagésimo quinto aniversario del golpe de Estado de Batista padre.
La tristeza en tiempos de Trump
Si algo bueno tiene el exilio, si algún lujo tiene que el gobierno cubano no me deje regresar a casa, es precisamente poder leer y leer la tristeza de izquierda de las intelectuales norteamericanas.
A la caza infantil de una Revolución
Rebel Mother, My Childhood Chasing The Revolution de Peter Andreas es un libro escuálido y conmovedor, al estilo de un socialismo trans-salinger. Es sobre todo un libro sobrecogedor para aquellos que, como yo, aunque no nos pasamos nuestra infancia a la caza de ninguna Revolución, la Revolución de todas formas sí vino a la caza de nuestra infancia.
Dos patrias tiene Padura, Cuba y la novela
Consumimos obras de Leonardo Padura porque todavía tenemos fe en un sentido textual que explique nuestra existencia individual y nuestra experiencia histórica.
Leemos a Padura porque, en tanto pueblo, seguimos negándonos a asumir el vacío de significados con que, década tras década, nos ha ido difuminando la Revolución, para colmo sin contar con nosotros.
Basura negra
Ya sé que no tienen ni la más puta idea de lo que hablo. Por algo no son lectores ilustrados, mucho menos ilustres. Por algo no han leído nada de nada, nunca. Por algo me siguen leyendo a mí, compulsivamente.
(De la novela inédita Que la patria os covfefe orgullosa, de próxima aparición por Editorial Hypermedia).
Leonardo Padura, perros, política y piedad
El hombre que amaba a los perros también debería leerse como una convencionalísima canción de piedad por los desposeídos de la tierra.
Leonardo Padura, un Rembrandt balsero
La herejía ya no como libertad, sino como el histrionismo único del Leonardo Padura narrador.
Se te ve en la carita…
Olvídate de las Lolitas de colores, porque el origen de todas las Lolitas literarias está en Cuba: la Lolita mitad puta y mitad pacata escrita por Juan Alcalde y publicada en Puerto Príncipe en 1902.
Gabo y yo
Dos veces conocí en persona a Gabriel García Márquez.
Él entraba y salía como “Gabo por su casa” de la Isla de la Libertad, donde año tras año a muchos nos negaban sin explicación el Permiso de Salida para viajar al exterior.