The Unquiet Grave es la más rara (y tal vez perdurable) obra de Cyril Connolly. El libro inicia con la contundente frase: “Cuantos más libros leemos, antes nos damos cuenta de que la verdadera misión de un escritor es crear una obra maestra, y que ninguna otra tarea tiene la menor importancia”.
Las voces de Palinurus (I)
En una carta fechada en Birmingham y 1938, Auden le escribió a Connolly: “…realmente escribes sobre literatura de la única manera que es interesante, excepto para los académicos, como una ocupación real, sea la banca o fornicar, con todo su aburrimiento, emoción y terror”.
Llamadme Jonathan Edax
Léanse los ensayos que formarán esta columna como un homenaje a la pasión bibliófila de Cyril Connolly. Un delirio que es también el mío. Ensayos que son una oda a la codicia libresca y las confesiones de un cazador de libros de anticuarios; el diario de un bibliófilo que ha contraído deudas de amor con los autores que habitan su biblioteca.
Paterson o la muerte de Épica
El proyecto de William Carlos Williams fue trasfigurar el poema americano en poema global; el de Jim Jarmusch se sostiene en el tedio, las alegrías, los sueños y frustraciones de un hombre sin atributos.
El loro de Céline
En un sentido literal, si Louis-Ferdinand Céline tuvo las manos manchadas de sangre, fue porque esta pertenecía a uno de tantos cuya vida salvó.