Pensé que les estaba haciendo un favor. Pensé que al introducir guanchismo como término para definir una parte de la crítica política cubana propiciaba no solo su entendimiento sino también su existencia.
Pensé que el texto podía, incluso, traerme enemigos entre los que compartimos la idea de que Cuba necesita fundar una nueva República, por aquello de que hablar de los adversarios los publicita, los empodera, los legitima.
Pensé en respuestas guanchistas al guanchismo y lo que encontré fue guanchineo.
Guanchismo
Parece que no está claro. El guanchismo es una forma de crítica social cubana que vive entre dos aguas: por una parte hace una crítica epidérmica del totalitarismo, sin llegar a su raíz; por otra, su propuesta reside en el mantenimiento de ese sistema dándole soporte histórico y, deliberadamente, evitando las iras del poder.
Para el guanchismo, Cuba no necesita una nueva República porque el proyecto social cubano, totalitario, militarizado y represivo pertenece al espacio del “socialismo democrático” y su propuesta es hacerlo “más democrático” como solución al problema cubano.
Lo triste del guanchismo es que juega bajo las reglas de una casta político-militar empeñada en mantener sus privilegios y que, vacía de soluciones reales, crea problemas cada vez mayores con la esperanza de que se minimicen unos a otros y se perpetúe la debacle. En este juego, el guanchismo cree que la solución para Cuba es perpetuar el problema en lugar de erradicarlo.
Lo peor del guanchismo es su obstinación en justificar y defender un modelo que ha probado su ineficacia durante sesenta y tres años y contando. No existe posibilidad alguna de que las estructuras de poder cubana generen una solución cuando el problema reside en ellas mismas.
El guanchismo intenta parecer lo suficientemente crítico para que en los sectores opositores no aparezcan como agentes del régimen y nunca llegar al punto en el cual sean vistos por el poder totalitario como mercenarios al servicio del imperio.
El guanchismo, como forma de participación intelectual en la sociedad, es indefinido en su proyección y complaciente en su ejercicio. Es la más peligrosa de las formas del reformismo colaboracionista, pues se oculta en formas críticas y equidistancias políticas.
Guanchineo
El universo intelectual cubano vive en una burbuja de solidaridades regidas por un fundamento erróneo. La crítica pública surge de la discrepancia de ideas y modelos intelectuales, no de la enemistad con la persona. En la práctica, el ejercicio de la crítica confunde rebatir una idea con ataques personales. Tenemos como norma no mencionar a nadie, escribir del pecado, pero nunca del pecador.
El guanchismo no habla únicamente de Julio César Guanche, de la misma manera que el marxismo no es exclusivo de Marx o el castrismo de Fidel Castro.
La falta de cultura de debate ha llevado a que muchas de las respuestas que ha recibido el texto se han refugiado en ataques al medio en el que ha sido publicado sin entender que lo escrito son exclusivamente las opiniones de su autor, o sea, yo.
Una vez más, como en un narcocorrido, atacamos al mensajero al confundirlo con el mensaje, algo muy característico del guanchismo.
Lo cierto es que, ante la mención de nombres y apellidos, en lugar de buscar la réplica, iniciar una conversación o propiciar la difusión de ideas contrarias, se activa una tribu de complacencia basada únicamente en solidaridades gremiales que poco favor le hacen a las necesidades reales de la sociedad cubana.
La participación en la esfera pública conlleva la asunción de la falibilidad, al mismo tiempo que la posibilidad del rechazo intelectual a las propuestas. Asumir las críticas como ataques personales nos habla de la debilidad democrática que sufre el ámbito de lo público en el debate social cubano. Es otro indicador de que no estamos preparados para diálogos abiertos entre formas de pensamiento distinto y es también síntoma del daño inducido por el totalitarismo en el pensamiento sobre Cuba.
P.S.
Y confesarte, quiero explicarte que no es mi intención lastimarte
(I’m sorry my love)
Chocolate MC
© Imagen de portada: E. Diop.
De tanto guanchismo tengo hasta mareo
El guanchismo cree, al igual que el régimen, que las presiones externas, el “bloqueo” o la “mafia de Miami”son los culpables de la situación en Cuba.