De cierta manera, “de Sara Gómez cumple cincuenta años, y lo hace en el contexto de fabulosas obras maestras que han dejado un impacto duradero en la historia del cine”.
Las poderosas imágenes de la demolición de unos edificios, una asamblea de obreros y una discusión acalorada entre un trabajador de una fábrica y una maestra de escuela se han vuelto iconos de la cultura cubana, y De cierta manera, el filme que las contiene, uno de los más estudiados en el contexto del sur global.
Este ambicioso largometraje de Sara Gómez cumple cincuenta años, y lo hace en el contexto de fabulosas obras maestras que han dejado un impacto duradero en la historia del cine.
En esta publicación quiero presentar mi lista personal de las películas que cumplen 50 años en 2024, no solo atendiendo a su relevancia en la actualidad sino también a su carácter de documento histórico.
Desde distintos rincones del mundo, estas películas no solo capturan las preocupaciones sociales, políticas y culturales de su época, sino que también abrieron caminos para nuevas formas de narración y estilos cinematográficos que siguen influyendo en cineastas contemporáneos.
1974 es el año en que el nuevo Hollywood abandona cualquier atisbo de experimentación para alcanzar su clasicismo en El Padrino II de Francis Ford Coppola. Las innovaciones que trae tanto esta como la primera parte de la saga permanecen tan sumergidas en la exquisitez formal del director que pueden pasar desapercibidas.
Esto es algo completamente opuesto a lo que se propuso Jacques Rivette en Celine y Julie van en barco. Aquí, por el contrario, hay un deseo expreso de hacer visible las rupturas narrativas, una necesidad de ventilar la expansión de los límites de la forma cinematográfica. Celine… posiblemente sea, junto a El rayo verde (1986) de Eric Rohmer, el último gran filme de la Nueva Ola francesa.
Entre el antihéroe gánster y la fantasía parisina surge un filme que ha crecido con el tiempo, no solo por su capacidad para provocar, sino porque su delicada sensibilidad conecta con el presente tan bien como lo hizo con el espectador de su época.
En Todos nos llamamos Alí, el alemán Rainer Werner Fassbinder supo llevar la fórmula del melodrama a un grado de originalidad poco vista. La historia de amor que cuenta navega a través de transgresiones raciales, sociales, geográficas y de edad, pero lo hace de tal manera que ninguna de estas capas parece excesiva, sino el resultado del fluir de la vida.
Si bien se trata de un año dominado por filmes norteamericanos, hay reconocimiento a la fuerza que en esos años tuvieron algunas cinematografías nacionales del sur, como lo fueron Cuba y Senegal, así como los comienzos del gran autor iraní Abbas Kiarostami.
En ese sentido, varios de los filmes de la lista contienen una crítica al neocolonialismo, pero también a la corrupción ligada a los nuevos gobiernos, tal y como vemos en Xala, de Ousmane Sembene, en el contexto africano.
Asimismo, filmes como La conversación de Francis Ford Coppola y Barrio chino de Roman Polanski reflexionaron sobre la paranoia y el poder, pero lo hicieron desde una estructura formal paradigmática, a la que regresan constantemente los estudiantes de cine.
Por otro lado, Masacre en Texas de Tobe Hooper cambió para siempre el género de terror, marcando el inicio de una nueva era enclavada en lo visceral y psicológico.
Por una cuestión de estilo, usaré los títulos originales en la lista, o su traducción al español si esta alternativa fue más conocida en el contexto hispanohablante.
Además, ordeno la lista de acuerdo con mi perspectiva personal, aunque la influencia de libros de historia del cine, opiniones de críticos relevantes, premios en festivales o su aparición en intertextos fílmicos o literarios, han podido condicionar su estructura.
A 50 años de su estreno, estas películas no han perdido su capacidad de provocar, conmover y desafiar. Sus debates sobre identidad, poder, género y sociedad siguen siendo esenciales, y su impacto estético y narrativo permanece como un recordatorio del poder transformador del cine.
La fuerza de los filmes de 1974 puede quedar perfectamente simbolizada en la bola de demolición que usó Sara Gómez en su largometraje.
- El viajero, Abbas Kiarostami (Irán).
- El enigma de Kaspar Hausen, Werner Herzog (Alemania Occidental).
- Insólita aventura de verano, Lina Wertmüller (Italia).
- La prima Angélica, Carlos Saura (España).
- Lancelot en el lago, Robert Bresson (Francia).
- El fantasma de la libertad, Luis Buñuel (Francia).
- California Split, Robert Altman (Estados Unidos).
- De cierta manera, Sara Gómez (Cuba).
- The Texas Chainsaw Massacre, Tobe Hooper (Estados Unidos).
- A Woman Under the Influence, John Cassavetes (Estados Unidos).
- Xala, Ousmane Sembene (Senegal).
- Bring Me the Head of Alfredo Garcia, Sam Peckinpah (Estados Unidos).
- Yo, tú, él, ella, Chantal Akerman (Francia-Bélgica).
- Chinatown, Roman Polanski (Estados Unidos).
- Alicia en las ciudades, Win Wenders (Alemania Occidental).
- The Conversation, Francis Ford Coppola (Estados Unidos).
- Céline y Julie van en barco, Jacques Rivette (Francia).
- Nos amamos tanto, Ettore Scola (Italia).
- The Godfather Part II, Francis Ford Coppola (Estados Unidos).
- Todos nos llamamos Alí, Rainer Werner Fassbinder (Alemania Occidental).
Comprender los riesgos: De los virus a las dietas pasando por las erupciones solares
Por Vaclav Smil
Pedir una existencia libre de riesgos es pedir algo completamente imposible, mientras que la búsqueda por minimizarlos sigue siendo la principal motivación del progreso humano.