“La música es la vida misma,” dice Iván Acosta, el melómano que les presento: connoisseur de la música cubana e industrioso discotecario (¿quién hoy en día monta y exhibe en su apartamento una colección de miles de discos de vinil?). Para ponerle la tapa al pomo, Iván Acosta ha publicado Con una canción cubana en el corazón (Un/Gyve Press, 2016), libro para apasionados de la música cubana, convoyado con dos cedés; collage de anécdotas personales ilustradas con copia de las carátulas de su colección.
¿Un libro que presente la vida como música de fondo? Mejor dicho, la música como vida de fondo. Y dice: “En la víspera de Santa Ana, 1953… los adultos allí reunidos para festejar a mi mamá planeaban amanecer la mañana del 26 bailando al compás del Trío Matamoros y Félix Chapotín y sus estrellas”.
Observamos a “tía Emma” disfrutando a Celina y Rautilio en la radio, mientras excava la tierra en busca de un tesoro enterrado al pie de una mata de mamoncillos. Con una canción cubana nos cuenta del niño ensimismado, escuchando en una victrola en Palma Soriano tres canciones inolvidables: “La barca” de Lucho Gatica, “De Cuba traigo el cantar” de Rene Cabel y un mambo de Pérez Prado.
Justo antes de salir de Cuba para siempre en 1961, vemos al joven Iván caminando como un sonámbulo por las calles habaneras, desde Zanja a Galiano, a Malecón, a la Rampa, y al llegar a CMQ, se escucha desde una victrola una bolero de José Antonio Méndez.
Alfredo Triff: Eres el más victrolero de todos nosotros. ¿Cuál es tu canción de victrola favorita?
Iván Acosta: (Risas) Mi canción de victrola es “Inolvidable,” de Julio Gutiérrez. Un bello bolero que me persigue en bares, restaurantes, hoteles y aviones. Te cuento que una vez me encontré con Julio Gutiérrez (quien era ya mi amigo) corriendo como un loco en un aeropuerto porque se le iba el avión. Lo saludé y me dijo: “No puedo hablar ahora, me voy a Puerto Rico a dirigir la grabación de Danny Rivera cantando mi bolero “Inolvidable”. Así es la vida.
AT: ¿Cuál es tu canción de filin’ predilecta?
IA: “Juguete” de Bobby Capó, interpretada por Pacho Alonso.
De joven, en La Habana, me gustaba escuchar a Pacho Alonso, y siempre esperaba por “Juguete” (el bolero del autor puertorriqueño, Bobby Capó). Y quién te dice que ya en el exilio, cuando entro en las fuerzas de paracaidistas del U.S. Army conozco a Bobby Rodríguez Capó, Jr., el hijo del autor de “Juguete” y nos hicimos como hermanos.
Luego en Nueva York, compartí con el padre, mientras el hijo, Bobby Jr. cumplía su deber como soldado en la Guerra de Vietnam.
AT: Háblanos de tu álbum de jazz afrocubano predilecto:
IA: 50 Años de Mambo in USA, con la dirección de Germán Piferrer. Pérez Prado es el único creador y Rey del Mambo. Después de su muerte muchos han tratado de robarle ese crédito y no es justo. A mi juicio, Pérez Prado es el mayor representante de la música popular cubana en el mundo. Por eso en noviembre de 2001 produje, a través de Latin Jazz/USA, dos conciertos en Miami y en Nueva York, como tributo a ese extraordinario músico matancero.
AT: ¿Cuál es tu compositor de música clásico preferido?
IA: Ignacio Cervantes. Las danzas de Cervantes se escuchan en mi casa por lo menos una vez a la semana. Cuando el fatídico ataque terrorista del 9/11 que derribó las torres gemelas en Nueva York, yo estaba escuchando las danzas de Cervantes, interpretadas al piano por el maestro Marcos Rizo. ¡Algo inolvidable!
AT: Conozco otros amantes de la música cubana, el jazz y el flamenco como tú, que no se inclinan hacia el rock. ¿Te gusta el rock?
IA: ¡Por supuesto que me gusta! Siempre he seguido el buen rock & roll. De joven en Cuba, escuchaba mucho a Luisito Bravo, Luis Aguilé, Billy Cafaro y los Teen Tops. Ahora escucho a Rolling Stones, Fito Páez, Mecano, Ketama.
¿Sabes? Me gusta el tipo trova/rock de Carlos Varela.
AT: ¿Cuál es tu compositor de música popular favorito?
IA: Tengo que volver a Dámaso Pérez Prado, un genio musical. No me canso de escuchar sus distinguidos mambos. Han pasado 70 años y la música del Rey del Mambo se mantiene vigente, como si esos mambos hubieran sido grabados ayer.
AT: ¿Tienes una canción tradicional preferida?
IA: Coge el trillo venao… (risas). Desde niño en Santiago de Cuba estuve expuesto a la música campesina. Luego en La Habana disfrutaba mucho las guajiras de Ramón Veloz y Los Compadres. El Trio Matamoros ha grabado muy buenas guajiras. Y están, claro, las guajiras de salón del trovador Guillermo Portabales. Mi canción favorita es “El Carretero”, interpretada por Portabales.
AT: ¿Cuál es tu agrupación musical favorita?
IA: Omar Sosa. Sosa se la pasa viajando por el mundo dando conciertos. Y ha cultivado un estilo de jazz afrocubano muy original. Para mí es uno de los músicos más innovadores de ese estilo ecléctico, muy distinto a lo que estamos acostumbrados a escuchar. Sosa es compositor, pianista, percusionista, canta… es un showman. (recomiendo Ayaguna, 2002, con Gustavo Ovalles en la percusión).
AT: ¿Cuál es tu cantante predilecta?
IA: Gema Corredera. A Gema la sigo desde que tenía el dúo con Pavel. Esta diva de la canción cubana tiene un estilo y un timbre de voz que la distingue entre tantas otras conocidas cantantes cubanas. Me gusta porque no solo es una exquisita bolerista, sino, también es tremenda sonera y rumbera. Ocupa un espacio especial en mi colección de discos.
AT: Ahora le toca a tu cantante favorito…
IA: David Oquendo, señor musicazo, maestro de la guitarra, cantante. Lo mismo interpreta un rumbón con raíces habaneras, que nos deleita con boleros filin’. Como guitarrista, David domina el jazz, el blues y el son. Es una de las mejores voces del exilio cubano.
Tus 10 de la música (II)
Ser melómano no es solo disfrutar la música, sino saber hablar de ella. En Jesús Rosado (historiador, curador y cronista cubano), convergen el sonido, la ciudad y la nostalgia.