Puppy Mills

Morir de cara al sol no es sino metáfora, y esta, no sino unidad de medición. Y tan pronto, por esas mediciones manifestadas en todo ámbito de nuestros actos, tal vez alguno sienta he faltado a Martí, no intención siendo: sensación allí de impulso vivo.

Uno atrapado entre no es sino y marmóreo Martí, y en tal espacio no puedo sino colocar la boca por hendidura y apenas mentar cómo es él percibido: cual mi lunar, endurecido y pelado, abultado se ha. 

Aún si recibo impulso vivo, es nueva medición introducida, y no mucho pensar en muertos es provecho: forma de percepción diferente a la nuestra, en un solo sentido y, al no emitir directo, no ser pueden mas autobruma que intentar desciframos. Volvernos allí lo es a una idea, mas realidad no cristaliza, pero ensayo constante, y ocurrir imposible es la muerte. 

Más que Martí desvela la mayúscula Sigma, y minúscula que cambia de figura, conmueve orden más íntimo entre lenguaje y lo mentado, más sugerente que persona, fuente de problemas: atributos. Cuánto puede decirse de Martí, y pierdes vida en decir lo que puedes, voluntad prestada a una idea, no a sensación de tiempo. 

Martí y banderas, entre himnos, en plazas cargando constante cardenenses pequeños. Matancero también, su figura me carga, impidiendo que piernas en mí se manifiesten. No es su culpa, claro, sino de los recogedores de cadáveres, mas por tal muerto el andar no funciona. Vulturesca intención de Historia y Cultura: hacer fallar percepción sensopernil, contaminar con idea y metáfora. 

Figura literaria desde niño violándome que siempre he resentido, no hallo último en imposible fila a demandar a quiénes, por tieso modo de indicarme el percibir la vida. Están sacando gente de embriones congelados, les falta relación, puppymills pierden intuición de libertad, y eso refleja lo que escriben: sustanciación del morir de Martí en verga enorme penetrando una isla, tótem sagrado de pelos de bigote, retazos de poemas, mármoles de ideas fragmentan peligrosos en culos de personas que, desapercibidos del existir la embudal forma, siembran promesa en bordes de horizontales falsos.

Esposa (amor) avísame de aletas moviéndose en canal, bajo corriendo al césped noche y descubro, alentado a identificar la especie (ideas previas y, para más muerte, de ellas confirmaciones), que se trata de un gran palo flotante. Aspaviento formamos por lo humano, y al palo mucho menos interés se traslada. Respetuosos por hoy, contemplamos.

Aspaviento adverso deberías cada vez que colocas de frente el recuerdo para inyectar al brazo elemento de muerte que envenena percepciones. El “polvo enamorado” lisió impresiones: más allá de operar en la zona esperada, instala la mentira del amor en la muerte, eterno ilusorio. 

Martí bueno, muere de cara al sol, bueno es el día: claridad demasiada que enceguece la percepción hacia imaginarios de otros, simbologías, o llave de en la infancia mentada botellita de sangre, protoDios. La muerte no exista en palabras, mas decantada a gotas en diario proceso del sol sobre la piel, cada día en la playa con el cuello estirado, no de orgullo moral, mas cuerpo vivo.

Verga de doble muerte en caja funeraria es Poesía, o de altivez fingida por inyectados líquidos verbales, cuando iletrado ser mereces que, al penetrar Literatura, duro darle en huecos ambos, así aclarada tu aversión a metáforas, dejas 8 acostao, infinito de lao. 

Casi no leo libro ya más de unas páginas: mucho atributo y determinaciones, muestras de un débil ánimo perceptivo: narrarían a alguien de siete pies pararse o acostarse si necesitan medir algo durante mover escaparate, mas en palabras hay no impresión de tiempo, y el flaco ahí, contra pared, espacio respirante, unidad de medidad finalmente viva, boqueando tras palabras, incaptado. 

La yerba juvenil me hacía anotar, sin descanso, restos de percepción de momentos todavía sucediendo, cenicero inútil recogía cenizas de tiempo, y fumecos del barrio se extrañaban al verme gastar así el presente, enfermedad o paro en vida. 

Pensar, o escribir, es paro en vida, corazón apuntalado en armazones de ajeno tal que no importe usar figura de músculo en andamios, que al comprender la ruta de corazón a ajeno ya ilusione todo dicho. Persiguiendo tal figura, entre sombras, no puedo morir más y colocarme detrás del humo que es Martí para escribir, o sentir.

Días ha que pesco la misma mantarraya, su sentido no encuentro en razones, sino destello o balbuceo, momento se infla como balsa debajo, me sostiene. Escritura, o Dios: colocar la intención de cierto modo, adquirir el momento vibrátil durante mantarraya.

Cada momento de Martí no es ya materia, pero yo siento aún rayos de sol sobre lunar de melanómica apariencia: morir de cara al sol no es él quien pueda hacerlo, ni ideas de verso interpretado que enfría al sol en hielos de metáfora: muerte por sereno, ahogo en noche de palabras. 

Quién pudiera decir: no he publicado nada. Con qué gusto diría, pero es tarde, e impresión similar el Martí proporciona. Un percibir constante en su lugar irrumpa, grumo de contracciones, dulce de leche de palabras, sin vaca, sin idea: no logro. Esposa (amor) dice, voz baja: Afirmamos lo hermoso, invocamos lo sagrado.

La noche bella no deja dormir. Noche oscura del alma.




Dame limbo - Javier Marimón

Dame limbo

Javier Marimón

Ven, vamos a reírnos de los especialistas: cubanólogos, de la literatura femenina y negra y blanca, queer y de frontera, latinoamericana entera, incapaces de imaginar chuparle el pirulí a un perro, y cómo escribir bien sin disposición semejante. Los escritores, casi todos aburridos, pesados, les falta un vínculo entre esferas, un inspirar y un expirar correctos.