Poco después de las tres de la tarde del 18 de septiembre de 19801, hora de Cuba, despegó con éxito del cosmódromo de Baikonur, en la entonces Unión Soviética (hoy, Kazajistán), la nave espacial Soyuz 38. Se dirigía al complejo orbital Saliut 6 y llevaba a bordo al teniente coronel, piloto de la fuerza aérea cubana Arnaldo Tamayo Méndez y al cosmonauta soviético Yuri Romanenko, capitán de la nave. Se trataba de la séptima misión tripulada de “Intercosmos”, un programa soviético que desde 1967 organizaba misiones espaciales internacionales y cuyo primer vuelo conjunto tripulado despegó en 1978, solo dos años antes que el de Tamayo Méndez.
Los tripulantes de la Soyuz 38, cuyo nombre en ruso significa “unión”, se dirigían a la estación espacial Saliut (“saludo”, en ruso), desde donde circunvalarían la Tierra 128 veces y realizarían una serie de experimentos diseñados por científicos cubanos, antes de ser catapultados de regreso al planeta ocho días después. El 26 de septiembre, el módulo de descenso de la Soyuz 38 reingresó a la atmósfera terrestre, descendiendo sobre Kazajistán y coronando con éxito la expedición.
Casi tres años antes, desde finales de 1977, Tamayo Méndez había sido seleccionado, junto al ingeniero José Armando López Falcón (e, inicialmente, poco menos de medio centenar de candidatos más), para representar a Cuba en una de las misiones espaciales del programa Intercosmos.2 Poco después, el Departamento de Orientación Revolucionaria (DOR), organismo del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), comenzaría a preparar una campaña de cobertura mediática especialmente destinada a promover tanto el evento como los valores políticos que, con este, los gobiernos de Cuba y la Unión Soviética aspiraban afirmar.
En octubre de 1979, la Empresa de Propaganda Gráfica del DOR envió tres especialistas a la URSS: una redactora, una diseñadora y un fotógrafo. Debían obtener información sobre “el programa Intercosmos; sus objetivos, los vuelos conjuntos realizados, las investigaciones llevadas a cabo por los distintos países y sus resultados”; “el desarrollo de la cosmonáutica y sus forjadores en la URSS”; “las distintas investigaciones espaciales realizadas en la Unión Soviética, su aplicación y resultados”; “las actividades de los cosmonautas y su vida familiar”; “el desarrollo de la URSS en el campo de la Ciencia Espacial”; “la exposición permanente de los adelantos Técnicos y Económicos de la URSS”; y “la propaganda gráfica y agitación política que se desarrolla en los vuelos conjuntos”.3
Estos objetivos demuestran no solo interés de las autoridades cubanas por no salirse del marco referencial simbólico pautado por la URSS, sino también el peso que el imaginario soviético tendría en la futura construcción de la narrativa del acontecimiento. A partir de estas pautas, la Empresa de Propaganda Gráfica del DOR diseñó el logotipo del Vuelo Espacial Conjunto Soviético-Cubano (figura 1), así como una serie de afiches promocionales, plegables, calcomanías y suvenires (pañuelos, cartuchos, llaveros, broches) que servirían para construir la espectacularidad del evento. El plegable “Por los caminos del cosmos”, en efecto, reproduce en la carátula una cita extraída del programa del Partido Comunista de la Unión Soviética. El resto de las páginas, cinco en total, narra la historia de la cosmonáutica soviética, ilustrada con imágenes de algunos de sus principales hitos —no se mencionan en este documento los logros de Estados Unidos en la conquista del cosmos.
Figura 1. Calcomanía con el logotipo del Vuelo Espacial Conjunto Soviético-Cubano, diseñado por Daisy García López. 1980. Colección Cuba Material. Cortesía: Sergio Valdés García.
Tres meses antes del lanzamiento de la Soyuz 38, el 26 de junio de 1980, el Secretariado del Comité Central del PCC aprobó la “Campaña de propaganda y agitación sobre el programa Intercosmos y el Primer Vuelo Espacial Conjunto Soviético-Cubano”, también elaborada por el DOR. La amistad fraternal entre los países del bloque socialista, la superioridad del socialismo como sistema socioeconómico, y el progreso científico-técnico alcanzado por el pueblo cubano serían los tres pilares del Gran Relato que se aspiraba a comunicar con la puesta en órbita de la Soyuz 38 (acoplada a la estación espacial Saliut 6). Si bien los dos primeros forman parte esencial del metarrelato de la Guerra Fría producido desde el lado este del Telón de Acero, la puesta en escena también promovería el largo camino hacia el progreso que el socialismo cubano decía haber andado. La propaganda doméstica se encargaría de destacar que solo ese sistema habría hecho posible que Tamayo Méndez, un mestizo de extracción humilde, hubiera no solo alguna vez soñado con circunvalar la Tierra, sino también logrado realizar su sueño.
Para llevar a cabo estos propósitos y dar a conocer “el carácter eminentemente científico-materialista de la investigación y conquista del espacio sideral, en oposición a las caducas concepciones anticientíficas y religiosas sobre los fenómenos del universo circundante”, el DOR concibió una serie de actividades que, según la cadena de transmisión y jerarquía imperante en la burocracia socialista cubana, resultarían de obligatorio cumplimiento por parte de las organizaciones políticas y de masas, y de los organismos del Estado.4 La Organización de Pioneros José Martí, por ejemplo, organizaría un concurso de dibujo infantil, y el Ministerio de Cultura, en coordinación con su homólogo soviético, sendos concursos de pintura y de literatura sobre la temática espacial. La campaña también solicitaba al Ministerio de Cultura que, junto al Instituto de Cine, Radio y Televisión (ICRT), invitara a determinados artistas, “de forma dirigida y no pública”, a producir “canciones sobre el tema del cosmos”.5
El disco Intercosmos (figura 2) vio la luz en septiembre de 1980, producido por los Estudios de Grabaciones EGREM, con dirección y producción musical de Vicente Rojas Salermo y Reynaldo Fernández Pavón. Contaba con instrumentales de Vicente Rojas (“Hermanos en la hazaña”, tema del documental homónimo) y Juan Pablo Torres (“Andromedason”), este último interpretado por el grupo Algo Nuevo. Incluía también canciones de Silvio Rodríguez (“En el jardín de la noche”), Juan Formell para Los Van Van (“Vuela la amistad”), Oscar Domenech para el cuarteto Yo, Tú, Él y Ella (“Brilla mucho más”) y Las D’Aida (“En el espacio sideral”), José López López para Los Latinos (“Camino al porvenir”), Osvaldo Rodríguez para los 5 u 4 (“El hombre que anda”) y Aldo Baqueros para Los hermanos Bravo (“Un saludo desde el cosmos”).
Figura 2. Portada del disco Intercosmos, producido por los estudios de grabaciones EGREM. Diseño de Daysi García López. 1980. Colección Cuba Material. Cortesía Sergio Valdés García.
Diseñado con carátula de doble tapa, la cubierta interior de este disco anuncia que se trata de un “homenaje que nuestros músicos cubanos hacen al primer Vuelo Espacial Conjunto Cubano-Soviético”, ocultando el carácter dirigido que caracterizó la producción de esta obra musical colectiva que la EGREM presentaba como un “nuevo triunfo de las ideas del marxismo-leninismo y del internacionalismo proletario” (Intercosmos). Su carátula reproduce uno de los carteles diseñados por el equipo del DOR, donde aparece la estación espacial Saliut 6 cubierta por las banderas de la URSS y de Cuba, y adornada con el logotipo del Programa Intercosmos que le da nombre al disco.
Además de la clara impronta del DOR en el diseño gráfico del disco, un repaso a los títulos de las canciones reunidas revela también su fin propagandístico. Estos títulos hablan, más allá de la temática espacial, de la amistad entre Cuba y la URSS, del progreso científico-técnico y del orgullo nacionalista cubano. Asimismo, sus letras van desde el lirismo poético de “En el jardín de la noche” hasta el panfleto político que entona el cuarteto Yo, Tú, Él y Ella, aunque casi todas se acercan más a este último formato.6 Si bien el texto de Silvio Rodríguez celebra la utopía humanista que aspira a la realización plena de los sueños y ambiciones, tanto de carácter social como individual, la canción “Brilla mucho más” celebra a la bandera cubana, que “en el cosmos está / por el cosmos va / desde las alturas brilla mucho más”, tropo que el cuarteto Yo, Tú, Él y Ella repite en un estribillo donde también caben casi toda las soflamas legitimadoras del socialismo cubano: el discurso independentista y redentor que encarnan los mambises, el discurso colectivista que enuncian las movilizaciones de masa y las marchas del pueblo combatiente, y el discurso modernizador que proclama la participación de Cuba socialista en “la lucha por el progreso y la paz”.
En “Vuela la amistad”, los Van Van pregonan con ritmo de songo que “la hermandad de los pueblos / conquista el cielo / y crece, crece sin parar”, alegres de que la bandera cubana ondee en el cosmos. En el son “Camino al porvenir”, Los Latinos se autodefinen como internacionalistas, al tiempo que celebran el hecho de que “compartimos como hermanos / en nave espacial al cosmos / soviéticos y cubanos”. Su pegajoso estribillo, “con nuestra Revolución / vamos camino al progreso” conjuga la expresión de su lealtad al régimen político con el discurso modernizador promovido por este último, subrayando también el valor de la amistad entre Cuba y la URSS: “Camino al progreso vamos / luchando por la igualdad / unidos hacia el futuro / soviéticos y cubanos”.
En el bolero “El hombre que anda”, el grupo 5 u 4 expresa el orgullo que sienten los cubanos “porque hay un vuelo conjunto espacial”. En su apelación a referentes políticos el autor de esta canción, Osvaldo Rodríguez, salpica la letra del bolero con la mención repetida del nombre Boris Petrov, quien era el presidente del Consejo Intercosmos de la Academia de Ciencias de la URSS. Por su parte, en “En el espacio sideral”, mezcla de guaguancó con chachachá, el cuarteto Las D’Aida celebra la incursión de la cubanidad en el cosmos, haciendo referencia a una serie de símbolos del repertorio cultural de la nación específicamente asociados con su cultura material, tales como la música del güiro y el timbal, el olor del guarapo y el tamal, y la presencia física de la guayabera y la palma real. A estos elementos, Las D’Aida añaden el simbolismo del uniforme verde olivo, anunciando que por el cosmos “con boina verde va un caimán”. “En el espacio sideral” concluye con un estribillo de elevado contenido político. Este declara “Patria y Muerte, Venceremos / es que Cuba en el cosmos está”, y vincula este acontecimiento con las transformaciones producidas por el sistema socialista, toda vez que “ahí”, es decir, tanto a Cuba como al cosmos, “llegó el socialismo por la paz y la amistad”.
Por último, en “Un saludo desde el cosmos” Los hermanos Bravo también celebran, a ritmo de conga, la amistad entre Cuba y la URSS, el internacionalismo, la liberación social y el progreso, que a su entender se han producido en Cuba gracias a las transformaciones socialistas iniciadas por Fidel Castro:
Salimos del yugo cruel
hace apenas una veintena;
eliminamos las penas
que trae el capitalismo;
construimos el socialismo
como lo enseñó Fidel.
Con gran esfuerzo logramos
junto a la URSS ir al cosmos,
con el [ininteligible] hermanos
a los pueblos saludamos.
Prueba de internacionalismo,
de igualdad y de hermandad,
de la solidaridad,
eso es el socialismo.
Por eso ahora arrollamos,
por el éxito obtenido
[ininteligible]
Junto a nuestros amigos,
desde el cosmos saludamos
de nuestros pueblos hermanos.
[se repite la última estrofa]
La recurrencia en estos textos de temas como la amistad cubano-soviética, el desarrollo científico-técnico de los países socialistas, y el desarrollo alcanzado por Cuba bajo este sistema de organización social indica que, en efecto, se debe haber tratado de composiciones realizadas a partir de instrucciones más o menos precisas. Como el resto de la propaganda producida en torno al Vuelo Espacial Conjunto Soviético-Cubano, esta obra colectiva no se ocupa de cualidades y hazañas personales —con excepción de Boris Petrov, no se menciona ningún otro individuo en las letras de las canciones que la integran. El disco Intercosmos es en cambio un tributo al imaginario colectivista promovido por el orden político cubano y sus instituciones.
Volviendo al “Plan de trabajo a desarrollar por la delegación de la Empresa de Propaganda Gráfica en Moscú para la Campaña de Propaganda Intercosmos”, este revela algo más. La última página de la copia de este documento de trabajo que la diseñadora del DOR Daysi García López llevó consigo a Moscú en 1979, a donde fue enviada para que se familiarizara con el programa Intercosmos y todo lo relacionado con los vuelos espaciales conjuntos, tiene recortado el contorno de un pie (figura 3). Ese hueco es la mejor metáfora de los pequeños relatos que rasgan la cortina de azúcar del totalitarismo cubano. Él nos lleva junto con García López a aquel Moscú soviético, donde la suponemos quizás regresando de la Ciudad Estelar o del cosmódromo de Baikonur para llegarse deprisa a alguna tienda de la capital soviética donde adquirir un simple par de zapatos para llevar de regalo a un familiar.
Figura 3. Plantilla de pie recortada en la última página del “Plan de trabajo a desarrollar por la delegación de la Empresa de Propaganda Gráfica en Moscú para la Campaña de Propaganda Intercosmos”. 1979. Colección Cuba Material. Cortesía Sergio Valdés García.
A casi cuarenta años del Vuelo Espacial Conjunto Soviético-Cubano, el gobierno de la isla aún celebra la efeméride que convirtió a Tamayo Méndez en el primer latinoamericano en viajar al cosmos, y aplaude el triunfo de la ciencia cubana, aunque no dice nada de los resultados o el impacto de los experimentos realizados por la tripulación de la Soyuz 38 en la ciencia y la sociedad de ayer o de hoy. En el aniversario trigésimo de ese vuelo espacial, el museo provincial de Guantánamo, región donde nació Tamayo Méndez, inauguró la “Sala del Vuelo Conjunto URSS-Cuba”, en donde desde entonces se exhibe el módulo de descenso que devolvió a los cosmonautas a Kazajistán, así como algunas piezas de la escafandra del cubano.7 Pero, a pesar del esfuerzo del gobierno cubano por revivir el eco de aquel evento memorable, de la expedición de la Soyuz 38 no se habla nada en la isla.
Los cubanos de hoy se ven obligados a dedicar demasiado tiempo, recursos e imaginación a conseguir, en la mayor parte de los casos, los alimentos, la ropa y los zapatos más básicos. López Falcón, el cosmonauta que entrenara junto a Tamayo Méndez y que solo en el último momento supo le tocaría ser el que sirviera de reemplazo, vive hace años fuera de la isla. Solo a Tamayo Méndez, que ha sido ascendido a general de brigada y nombrado presidente de la Asociación de Amistad Cuba-Rusia, y a quien las autoridades prohibieron volver a pilotar un avión para evitar que muriera en un accidente como el que le costó la vida a Yuri Gagarin, le alcanza el tiempo para soñar con volver a circunvalar La Tierra.8
Notas
1Agradezco a Sergio Valdés García, quien me facilitó documentos y objetos a partir de los cuales he reconstruido el universo simbólico y propagandístico en torno al Vuelo Espacial Conjunto Soviético-Cubano. Estos forman ahora parte de la colección Cuba Material.21Arlin AlbertyLoforty: “Yo vengo de allá abajo”, en Granma, 17 de septiembre de 2015.
2Plan de trabajo a desarrollar por la delegación de la Empresa de Propaganda Gráfica en Moscú para la Campaña de Propaganda Intercosmos, 1979, p. 1.
3Campaña de propaganda y agitación sobre el programa Intercosmos y el primer Vuelo Espacial Conjunto Soviético-Cubano, 1980, p. 4.
4Ibídem., p. 7.
5“Obra Colectiva: Vuelo Espacial Conjunto (1980)”, en Perrerac: La canción, un arma de la revolución(blog), 30 de octubre de 2016.
6Lisvan Lescaille Duran, “Inauguran sala del vuelo conjunto URSS-Cuba”, en JuventudRebelde.cu, 24 de junio de 2010.[1]César Tejeda, “El primer cubano en el cosmos”, en Letras Libres, 12 de mayo de 2015; AlbertyLoforty, “Yo vengo de allá abajo”.
7Lisvan Lescaille Duran, “Inauguran sala del vuelo conjunto URSS-Cuba”, en JuventudRebelde.cu, 24 de junio de 2010.
8César Tejeda, “El primer cubano en el cosmos”, en Letras Libres, 12 de mayo de 2015; AlbertyLoforty, “Yo vengo de allá abajo”.