La realidad siempre nos superará

Con motivo del año que llevamos de Covid-19, Hypermedia Magazine ha despachado las siguientes preguntas a un amplio grupo de escritores cubanos:

1) ¿La pandemia ha modificado sus hábitos y/o métodos de escritura? ¿De qué modo?

2) ¿Han variado este año sus hábitos de lectura? ¿Ha leído más? ¿Ha leído menos?

3) ¿Cuáles han sido las lecturas (títulos, autores, plataformas) más reveladoras durante esta pandemia?

4) ¿La nueva situación global le ha inspirado algún proyecto literario?

5) Cuéntenos cómo es actualmente un día en su vida de escritor(a).

Compartimos con nuestros lectores los mensajes que retornan a nuestro buzón.




1.

La pandemia ha modificado toda la dinámica de mi vida y, por ende, también mi rutina para crear. Antes solía escribir en la noche; si la musa ayudaba, podía estar trabajando en un texto toda la madrugada. Ahora el momento de escribir lo distribuyo durante el día, y aunque sigo disfrutando trabajar en la noche, ya no me desvelo tanto.

Podría decirse que la cuarentena me obligó a reestructurar mis hábitos hasta el punto en que la organización se impuso. Este era un cambio necesario que la rutina diaria me impedía. No es que esta nueva realidad sea mejor: simplemente hice limonada con los limones que tenía.


2.

Soy lento para leer. Suelo ser de los que disfrutan la lectura saboreando cada palabra. Esto no resulta una ventaja cuando se es escritor de ciencia ficción. Se trata de un género que ha producido, y continúa produciendo, muchos relatos, novelas y sagas. Realmente he dedicado una buena parte del tiempo de la pandemia a leer varias historias que tenía pendientes, así como nuevas adquisiciones.

Esto último tengo que agradecérselo a los bots de descarga gratuita de libros en Telegram; puede que violen los derechos de autor, pero me han permitido actualizar mi biblioteca digital. No podría decirse que haya acelerado el ritmo de lectura pero, indudablemente, he leído más.


3.

A principios de 2020, cuando el mundo aún no se parecía a un relato de ciencia ficción, me esforzaba por terminar un ejemplar de Guerra mundial Z, de Max Brooks. Meses después, no podía dejar de ver las similitudes entre la novela y la realidad, salvando las distancias con el tema zombi. Supongo que fue mi primera lectura reveladora del año.

Ya durante la cuarentena, me decidí a comenzar un libro de relatos que llevaba años en cola de lectura. Me refiero a Fábulas de robots, una colección de relatos poco conocidos (salvo, quizás, “Los tres electropaladines”) de Stanislaw Lem. Quedé maravillado y sorprendido ante el agudo sentido del humor, la dimensión filosófica y la veracidad científica de aquellos relatos. Indudablemente, una de las lecturas que más he disfrutado.

Finalmente, descubrí (más felicitaciones al bot de Telegram) a Nnedi Okorafor. Su opera prima Quién teme a la muerte, me introdujo en la obra de esta gran escritora y en el rico universo del futurismo africano. Con ella he encontrado una nueva dimensión que, definitivamente, influirá en el resto de mi trabajo, posiblemente de por vida.


4.

Contrario a lo que se piensa, en lugar de padecer de una sobredosis de fantasía, los escritores de ciencia ficción solemos escribir sobre el mundo real. Nuestro secreto está en exagerar la realidad, sea cual sea esta. Con un año como el que hemos tenido, y con un mundo como el que tenemos ahora, es considerablemente difícil exagerar. Así que ha sido todo un reto. Algunas ideas que antes me parecían vagas, como la influencia de los algoritmos de inteligencia artificial en la política, ahora han cobrado mucha fuerza y podría decirse que tengo varios proyectos literarios corriendo por mi mente en este momento. Pero no hay que preocuparse: la realidad siempre nos superará. 



Erick J. Mota.


5.

Podría decirse que mi día se divide en tres partes, no necesariamente una a continuación de otra. La primera consiste en ver noticias y revisar las redes sociales. El mundo actual está lleno de tantas ideas alocadas y actitudes bizarras que cualquiera de ellas puede servir de desencadenante para un proyecto de ciencia ficción.

La segunda parte consiste en dedicar tiempo a leer. Los clásicos del género, lo nuevo que se escribe fuera del ámbito anglosajón, y la literatura fuera de la ciencia ficción y la fantasía. Es fundamental no leer mala literatura; para eso está la parte de las noticias y las redes sociales.

Y la tercera es sentarse a escribir. Cuando llega esta parte, por lo general, mi mente está repleta de ideas que necesitan la tranquilidad del papel para poder dormir en la noche.

Finalmente, cuando terminan estos tres procesos y tengo algunas páginas escritas, siento que puedo relajarme y descansar. Al día siguiente, el proceso continúa.




Jorge Luis Arcos

Conjurar la imaginación y la poesía

Jorge Luis Arcos

En los últimos tiempos pandémicos leo casi todo lo que se publica en las redes sobre los trágicos, pero también esperanzadores acontecimientos insulares en torno al Movimiento San Isidro. Tengo mucha fe en esa juventud. Recuérdese que la fe, según San Pablo, es la sustancia de lo invisible.