Pueden estar convencidos de que la “apología” del Ministerio de Cultura, su intención de romper el ansiado diálogo, estaba planeada desde hacía mucho tiempo. Desde el mismo sábado 28, en la mañana, tenían definida la trama que iba a seguir la supuesta “negociación”.
Mientras las redes sociales hervían y más personas comunicaban su deseo de sumarse a lo que se fraguaba frente a esa institución gubernamental, ya la prensa debía estar trabajando en cómo iban a desacreditar a los participantes. A todos. Fueran pro-MSI o no. Gente común como usted, que lee este texto tranquilamente.
Lo que ha venido después no ha sido más que una burla constante y la manipulación mediática más grosera. Días intensos de descrédito, persecución, amenazas, tánganas y “espontaneidad”, constituyeron la ley de la última semana.
Quien no vio ya el rompimiento de todo diálogo, debería ir a un oftalmólogo.
Ahora muchos dicen: “Imagínate, es que fueron un poco brutos, lo cambiaron todo. En la lista de participantes a la nueva reunión hicieron cambios, y esta gente se agarró de eso para manipularlo aún más y no ceder en el diálogo, como era esperado” (como me comentó un amigo mediante una conversación por WhatsApp).
Pero… ¿en realidad fueron tan “brutos”?
Creo recordar que la primera fecha de diálogo había sido pactada para el miércoles 2 de diciembre. Ese día circularon en redes sociales y portales digitales imágenes de los alrededores del Ministerio, convenientemente cerrados con cinta perimetral bajo excusa de poda de árboles.
Un batallón de personas en overol hablando por celulares, y algunos Geely en las esquinas. Trabajaban intensamente. Nadie pudo acercarse. Qué conveniente, ¿no? De paso, se llevaron de cuajo todos los árboles de esa acera, para que la futura “sentada”, si es que va a existir, no encuentre refugio del sol.
Entonces se indignan cuando el día 3, pasada la 1:00 p.m., de repente se “modifican” las condiciones del diálogo. Y voy a poner modifican entre comillas, porque en realidad, más allá de quizás sumar o quitar integrantes a la lista, no veo ninguno de los reclamos como algo descabellado.
Vayamos por partes:
- “Dado el acoso, hostigamiento y criminalización hacia los participantes en el 27N y el MSI, pedimos garantías de seguridad y protección para todos los que vamos a la reunión y para los que quieran estar afuera”.
A pesar de cualquier promesa, se siguió hostigando de diferentes maneras y difamando a los miembros del MSI y a los participantes del 27N. Sobran horas de noticiero y Razones de Cuba para probarlo.
La prensa oficial los siguió llamando mercenarios o agentes pagados por la CIA. Por supuesto, en este ambiente, es justo y necesario pedir garantías. ¿O se va a negar que Luis Manuel Otero fue detenido nuevamente? ¿O que Carlos Manuel Álvarez fue interrogado? ¿O que estaban vigilando a los otros? ¿O que los caseros de Katherine Bisquet le pidieron que se fuera, porque tenían miedo de una patrulla que llevaba un día fuera de su casa? Ir con miedo a esa reunión, ¿les suena como una locura?
- “Dado que la lista de representantes enviada al MINCULT contiene los nombres de personas elegidas democráticamente por los manifestantes del 27N, la participación de dichos representantes en la reunión no puede ser negociable”.
Quienes quisieron desmarcarse de dicha elección de participantes, lo hicieron. Y lo expresaron públicamente en redes sociales. Quienes apoyaron esa lista, también ejercieron su derecho. Ganó la mayoría por consenso, al parecer. ¿Por qué entonces no se podía aceptar un diálogo con quienes fueron elegidos por el movimiento? ¿Cuál es la razón de la negativa?
Ahí se encaraman de nuevo en la cuerda del mercenarismo que habían prometido no sacar a colación. Y meten a todo el mundo en el mismo saco. Conocemos gente que no recibe un centavo de nadie, ni comparten las ideas del MSI, y estaban ahí. ¿Para qué seguir encasillados en esa retórica gastada?
- “Dado que vamos a tratar temas legales, nos acompañará el jurista Julio A. Fernández Estrada como asesor legal en esta reunión”.
Llevar un jurista a un lugar donde se va a hablar de leyes y derechos no es un absurdo. Ah, pero que ese jurista escriba para El Toque, seguro lo es. Quisiera saber a qué abogado de bufete colectivo esperaban que nombraran como representante legal.
- “Dado que los temas en la agenda superan las facultades del Ministro de Cultura y dado que, en momentos anteriores de nuestra historia en los que ha habido crisis en el campo de la cultura, ha sido siempre la máxima autoridad del país quien se ha sentado a dialogar, pedimos al presidente Miguel Díaz-Canel su presencia en esta reunión, así como de un representante facultado del Ministerio del Interior y el Ministerio de Justicia”.
Tal vez el punto más “negociable” de todos. Se puede concebir que el presidente no asista; solo se interesó en aparecer en la supuesta “tángana espontánea” del Parque Trillo. Por tanto, esperar que se personara en el MINCULT era una esperanza lejana, aunque válida. Que fueran, además, personas facultadas del MININT y del MINJUS, es válido. Si los jóvenes iban a tener sus representantes, es justo que el gobierno tenga los suyos. Hasta aquí, nada raro.
Al respecto, junto al ministro o quien fuera a estar ahí, sí creo que es imprescindible un representante de mayor jerarquía del gobierno. ¿Para qué hay vicepresidentes y primer ministro? Vaya, digo yo…
- “Dado que los que están dentro de la reunión se deben y representan a cientos de personas que no estarán presentes; dado que en la experiencia anterior se violaron acuerdos, y que los medios oficiales solo informaron de lo acontecido en la reunión a través del NTV en la versión del viceministro Fernando Rojas, sin posibilidad de réplica en ese medio, requerimos la presencia de prensa independiente para que grabe y cubra la reunión. Asimismo, pedimos que estén presentes los medios oficiales que requiera el MINCULT”.
Alguien inteligente habría visto esto sin reparos, si efectivamente hubieran tenido la intención de respetar alguno de los pedidos en primer lugar. La mejor manera de hacer transparente ese momento sería con las dos partes totalmente representadas, porque para nadie es secreto que en Cuba hay prensa independiente mostrando una realidad bastante distante de la oficial.
Por supuesto, llevar a estos medios habría significado reconocerlos, y dar el derecho a réplica a los demandantes (o dialogantes). Y eso no conviene. Respaldadas con video y audio las versiones de lo ocurrido, ¿cómo iban a acusarlos después de ser unos mercenarios irrespetuosos e insolentes? Porque, eso sí: en la primera reunión no dejaron entrar celulares.
- “Pedimos que al final de la reunión se haga una declaración pública en conjunto (un representante del MINCULT y un representante del 27N) donde se expongan todos los acuerdos a los cuales se hayan llegado entre ambas partes”.
De esto, ni hablar. Si este encuentro realmente hubiera sido respetado, como el hecho trascendental que supondría para Cuba, este punto es más que justo y necesario. Vamos, que sale hasta en las películas, por Dios.
En la madrugada del sábado, solo una persona salió a leer lo acordado a quienes estaban sentados fuera del MINCULT. Del otro lado, el todopoderoso aparato de prensa, en menos de 12 horas, atacó, desmintió, manipuló todo lo referente al suceso.
- “No consideramos pertinente presentarnos a la reunión hasta que estas garantías hayan sido dadas públicamente”.
Aquí lo que puede haber sido considerado como el “rompimiento”. Pregunto: si es un diálogo oficial, del que está pendiente buena parte de la nación y la comunidad cubana en el extranjero, ¿porqué no se darían públicamente estas garantías? ¿Para qué hacerlo de puertas para adentro? Simple: nunca hubo intención de dialogar.
A la vista de todo lo acaecido en los últimos siete días, tachar estas demandas de “insolencia” y negarse a algún tipo de consenso, sí que es prepotente y premeditado.
Los días de angustia, malas comunicaciones, indignación y preocupación por parte de amigos y seres queridos, quedaron en eso: en una semana donde todo se acondicionó para que al final, efectivamente, no pasara nada, y como dice un buen amigo: “volvieran a enseñarle a todos el middle finger”.
Las horas de insomnio de más de uno han quedado desbaratadas por un resultado esperado, para nada sorpresivo. Desde que se marcharon el viernes pasado de las puertas del Ministerio, ya se sabía que nada nuevo iba a ocurrir.
© Imagen de portada: Evelyn Sosa.
Del diálogo y las palabras
De muchas cosas se puede hablar con los funcionarios castristas. De muchas, menos de una, solo una: de la dictadura, precisamente. Porque la dictadura no habla de la dictadura. Y menos en torno a una mesa de “diálogo”. En una fascinante pirueta intelectual: la dictadura es el único tema tabú de la dictadura.