Los nietos de Guillermo Tell

Las luchas sociales son tenaces, más aún si emanan de manera espontánea de sectores que, como el artístico, integran el tejido social de manera muy activa. Libertad de expresión, asociación, derecho al disenso, son principios sin los cuales no es posible un desarrollo efectivo de ese sector.

El Movimiento San Isidro, el Proyecto INSTAR, el movimiento de los jóvenes realizadores, cada uno con sus características, están formados por creadores de diferentes generaciones; unos con una proyección internacional como la alcanzada por Tania Bruguera y otros como Camila R. Lobón, recién egresada del ISA, o aquellos que abren su camino desde el activismo.

Pero a ninguno se les puede negar su pertenencia al mundo del arte, a las diferentes vías para conseguir su funcionamiento desde lo que se ha llamado “la expansión del arte”. Desde esa expansión, las funciones, tanto políticas como ideológicas, se han revitalizado, teniendo en cuenta que esas funciones siempre son las más difícil y complejas de entender y aceptar.

He sido profesora de artistas como Tania Bruguera y Luis Manuel Otero Alcántara. Quizás he aprendido de ellos más de lo que ellos han aprendido de mí, porque su forma de acercar el arte a la vida no ha quedado en el campo artístico, sino que se ha extendido hacia el servicio social.

Esto está en el espíritu del Movimiento San Isidro. Si no se está dispuesto a entenderlo, estamos negando la propia historia renovadora que ha sustentado al arte cubano en las últimas décadas. Por eso, parafraseando a Carlos Varela, ellos están preparados para usar la ballesta, como interlocutores válidos para el diálogo. Esto no se detiene con represión, ni con amenazas, ni con promesas que después se incumplan.


© Imagen de cubierta: Gorki Águila.




Fernando Rojas

Pedir la cabeza de Fernando Rojas

Néstor Díaz de Villegas

En las escalinatas del Ministerio de Cultura, la intelligentsia cubana le arrebató al castrismo el monopolio de la Historia. Acciones más o menos históricas, de mayor o menor envergadura, cuyos protagonistas actuaban a título personal, han ocurrido en las últimas décadas y han sido sofocadas violentamente.