Me gustaría recomendar La travesía, de Antonio (Tony) González Requeiro, a todas las personas, lectores y no lectores, migrantes, aventureros, realistas, sensibles, luchadoras, amantes, débiles, fuertes, soñadores, viajeros, amigos, mujeres y hombres, gentes de allí, de acá, con la necesidad de buscar una vida mejor, sin olvidarse, por supuesto, de sus raíces. De los que su esfuerzo siempre valió la pena. Familias divididas por la oportunidad del cambio, que más tarde descubrieron que no era una división, más bien una suma hacia un futuro mejor, donde “la travesía” escondía la llave de la esperanza.
Vamos a hablar un poco del libro. ¿Cuándo y cómo surge la idea de escribirla?
Esta novela surge cuando yo me enteré de que una persona que yo conocía en Cuba, una mujer, había hecho esta travesía. Mientras estaba pensando cómo organizarla, otra persona que no conocía personalmente, un youtuber, empezó a contar la suya. Fui uniendo esas dos historias con otras que me fui encontrando y así fue como surgió el libro. A todo esto hubo que darle su condimento, su momento de intriga, para que no fuera una trama lineal, y fui agregando algunos elementos de ficción.
¿Por qué sentiste esa necesidad de escribir esta historia?
Esta necesidad la sentí cuando vi que se habla mucho de los emigrantes que van por toda América Latina, pero no se menciona a los cubanos. Aquí en España se habla mucho de los migrantes que cruzan el Estrecho en las pateras, pero no se habla de esos que mueren en el mar Caribe cruzando las 90 millas que van entre Cuba y Estados Unidos. Y el libro no trata, no habla, no dice cuáles son las razones por las que miles de personas cada año se montan en una balsa incluso sin saber nadar y se van, pero cuando lees comienzas a pensar por qué, por qué ocurren estas cosas.
¿Son reales las historias que aparecen en esta novela?
Como te comentaba, hay historias de todos los personajes con los que contacté para hacer este libro, que otro compañero me dijo que podía ser una novela testimonio. De todos, solamente uno estuvo de acuerdo en decir que era él y el resto, por diferentes razones, decidió no aparecer con sus propios nombres. No hicieron nada malo, pero creo que no quieren aparecer porque es tanto el trauma que te queda, que te demoras varios años en curarte. Al final la novela muestra algo de eso.
Cuando voy leyendo no llego a recordar si en algún momento pone en qué época sucede todo esto, ¿no?
En efecto, traté de evitarlo, de no ponerle una fecha exacta. Aunque ponemos “el día tal de mayo”, “pasamos por aquí en junio”, “llegamos un lunes”, no ponemos un año porque esto pudo haber sucedido en 2001 o en 2021. Solo se menciona el año muy esporádicamente.
En esta entrevista voy a estar aconsejando la novela en cada momento. Es que a mí me encantó. Cuando vas leyendo, piensas si será en los años 70, 80. Creemos que esto no puede estar pasando ahora; pero claro, cuando sigues leyendo, dices “¡ahí va!, ¡si ha dicho algo de Internet!, entonces tiene que ser más moderno”. Cuando vas leyendo página a página, vas descubriendo que quizás la fecha no es tan lejana, se va intuyendo un poquito la fecha o la época.
¿Sabes por qué lo quise hacer así? Porque ahora mismo hay un problema migratorio grandísimo en la frontera entre México y Estados Unidos. Esa novela pudo o puede estar pasando ahora mismo. Ya la había terminado cuando en el reclusorio de Chiapas, donde los personajes caen retenidos a la entrada de México, se formó una revuelta y hubo un montón de muertos, los que estaban ahí intentando escapar. ¡Terrible! Entonces, todo esto tiene actualidad.
¿Y qué parte de ti hay en esta novela?
Algunos principios que se exponen. Estoy en contra de la violencia infantil, en contra de la violencia sexual, cualquiera que sea. Y también tengo el principio de que hay que continuar superándose, hay que seguir adelante, no te puedes estancar. Siempre encontrarás en la novela ese deseo de superación en todas las personas, de seguir adelante. Todo el que toma ese camino lo hace pensando que va a llegar a destino.
De alguna manera, quitándole mucho hierro al asunto, también se desenvuelve la trama con estas tres historias y alguna más que va sucediendo, con ese tono, esa positividad, con ese esa forma de ser que tenéis los cubanos. ¿Con qué te gustaría que se quedara el lector al inicio y al término de esta novela?
A mí me gustaría que se quedaran con el cambio que provoca un viaje. Por ejemplo, aquí en España conozco personas que fueron a China o a Argentina. ¿Viste Perito Moreno? Sí, y ya está. Cuando vayas a hacer un viaje y te gastes el dinero, porque un viaje no es barato, ven con algo que te haya cambiado, enriquecido. Conoce China, conoce la comida, conoce a las personas, y es lo que ocurre en La travesía. Este viaje va cambiando a cada uno de los personajes de una manera en que ellos no se dan cuenta. Te das cuenta tú, que eres el lector.
Creo que esta pregunta me la contestaste antes. Pero, como está aquí, te la voy a hacer. ¿Conoces y tienes contacto directo con los personajes?
Tengo contacto directo con dos de los personajes. Después, otras personas que también me conocen me informaron que habían hecho este viaje; incluso una prima mía.
Durante ese libro, esa travesía, no solamente son estos tres personajes, sino que se van encontrando muchísimos otros que van contando su historia entre ellos. Y claro, no es una ruta que hacen dos, la hacen miles de personas. ¿Qué opinión te han dado ellos de la novela?
Una de las chicas que está en el libro me mandó una foto con un ejemplar y lágrimas en los ojos.
¡Qué bueno! Es que para ti la novela es tu bebé. Lo bueno de leer un libro de una persona que conoces es eso. Yo te conozco a ti, hemos trabajado algunas veces juntos, nos lo hemos pasado muy bien y conocemos nuestra historia un poquito, solo un poquito, cada uno la nuestra. Cuando te pones a leer, yo me acordaba mucho de ti e incluso pensaba en algún momento que alguno de los personajes eras tú. Al inicio era como “yo creo que Tony tiene que estar por aquí”; pero luego te das cuenta que no es un personaje, que no es el otro, que tampoco es la mujer y hay otro que no tengo muy claro que sea él, porque describes a los personajes muy bien. Y como tú eres blanquito y alto…
Sí, es que el concepto general en España es que el cubano es mulato o negro. No siempre es así. Hay personajes que son de una zona de Cuba, la zona central, de Las Villas, donde desde el siglo XVI lo que se desarrolló mayormente fue la ganadería. No fue necesaria tanta mano de obra esclava, sino más bien pocas personas para cuidar muchas cabezas de ganado. Y ahí la población es más cercana al prototipo caucásico.
Claro, aquí pasa lo mismo, te vas al País Vasco y son gente con la nariz muy grande, chata, altos, de espaldas grandes; te vas al sur, son morenitos, oscuritos. Luego, dentro de cada país, de cada ciudad, pues hay diferentes personas. Lo mismo pasa en este caso con Cuba. ¿Tu familia y allegados que te han dicho?
Pertenezco a una familia donde hay un primo que es un pintor afamado, Tomás Sánchez; otro era dramaturgo de teatro; tengo una prima cantante lírica; y otra es escritora, poetisa, a ella sí le gustó mucho la novela. Con eso te digo que no es que sea yo una excepción en mi familia. A una prima que tengo aquí en España también le ha gustado mucho la novela; pero yo creo, estoy seguro que no me lo han dicho porque son primos. Tengo 32 primos y de los 32, los que no leen no han dicho nada.
¿Y los cubanos? ¿Se sienten reflejados con esta historia?
De los que han hecho “la travesía”, hubo uno que desde el inicio sí se sintió reflejado. Después otro me ha comentado que la parte más dura fue el cruce de la selva del Darién. Piensa él que yo a esa parte le quito un poco de descripción al paisaje. Me ha dicho: “Te faltó descripción”. Yo creo que no. La gente está ahí, caminando entre la selva; no es ese lugar lindo que tú ves en una foto, es ese lugar lleno de bichos que te pican. Te molestan el calor, el barro, la humedad, los gajos, las plantas, los árboles, el ruido, ¡cualquier cosa! Es un estado donde los personajes no están para disfrutar de la foresta.
Pues ahí va a colación mi pregunta siguiente: ¿Te has dejado algo en el libro?
Realmente no. Hubo un momento que decidí incluir algunos detalles y les pregunté a las personas que me habían ofrecido su historia. Agregué detalles de ficción para que la novela cogiera ritmo. Tenemos una chica, un chico, y además tenemos un chico que es homosexual. Yo le dije: “Mira, voy a tratar esto de esa manera” y me respondió: “No te preocupes, ya yo salí del clóset hace años”.
¡Qué duras son esas partes!
Él es otro de los que a cada rato dice: “Me estoy leyendo la novela”. Y entonces, ¿qué pasa? Como no es lector, no está acostumbrado a leer, se pone nervioso y comienza a leer de atrás pa’lante, para ver qué era lo que pasaba. Él es el del canal de YouTube el Chu chu chu. El libro se presentó en la Feria Internacional de Miami el pasado mes de noviembre. Yo no pude ir por muchas razones: la pandemia, los vuelos, en noviembre yo tengo bastante trabajo… Lo presentó la editorial Voces de Hoy y les avisé a ellos para que fueran.
¿Pudiste hacer algo online de alguna manera? Yo me imagino que sí, ya que no puedes estar presencialmente.
Por supuesto. Como esta feria es la más importante de habla hispana en Estados Unidos, no solamente en Miami, tuvo cobertura en la televisión durante tres semanas y me avisaron de la editorial que me querían en uno de esos programas. Es Universo Increíble, presentado por Oscar Suárez.
¡Qué bueno! En general, ¿el cubano que emigra es para quedarse o tiene la idea de volver? ¿Tú tienes la idea de volver?
Hay tantos cubanos como colores y todos tienen una idea. Yo, realmente en la situación que está Cuba, no solo yo, nadie que tenga un mínimo de cordura, pensaría regresar. Cuba está en la crisis más profunda de su historia y sería muy difícil. Pero, aun así, conozco aquí mismo en España a cubanos que han comprado propiedades allá y tienen pensado en algún momento que ellos o sus hijos vayan. Yo siempre lo he dicho, no es que tenga el punto negativo, pero es algo muy cierto. Cuando tú lleves a tus hijos que tienen 5, 6 o 7 años, y quieran estar delante del videojuego o estas cosas que en Cuba no puedes porque el Internet es limitado, ya a lo mejor no les gusta. Cuando tu hija sea mayor de edad y llegue allá y le guste el país, a lo mejor piensas: “no me fui de allí para que mi hija volviera”.
Todas esas cosas que piensan los seres humanos, que no hay que clasificar, no tiene que ser una persona racista o fascista, o de izquierda o derecha, no; todo ser humano tiene sus propias ideas. Tú tienes dos hijas, tú te preocupas por tus hijas, si una tiene un novio te preguntas quién será ese novio, por muy liberal que seas.
Claro, pero de todas formas yo creo que puede un poquito el corazón, no para volver, porque yo me imagino a mí mismo. Soy español, nacido en Madrid, tengo 48 años y la verdad que me resultaría, cuanto menos duro, no volver si tengo que emigrar por alguna circunstancia. Evidentemente hay que estar en la historia para entender que recorrer otra vez el camino de vuelta tiene que ser también muy duro cuando aquí tienes una estabilidad.
Claro. ¿Y si no? A veces se habla con palabras grandilocuentes como la patria, el país, mi patria, mi tierra. Pero realmente, David, tu tierra son tus padres, tus amigos, tu barrio, tu calle, tu casa, las cosas que han ido creciendo contigo y, si esas cosas las vas perdiendo, llega un momento en que lo que te queda de ese concepto abstracto que es patria es una cosa muy pequeña.
En cuanto a la novela, ¿va a haber una segunda parte de La travesía u otro libro?, ya que te has aventurado a esto de los libros.
Pues quiero comentarte que ya tengo un segundo libro terminado. Pero no es una novela. Durante este año y medio de pandemia hice cien entrevistas y he escogido treinta que hemos publicado en un libro que se titula ¿Tienes planes para el 2022?, porque es una pregunta que se le hace a los músicos de manera recurrente y son conversaciones con músicos de rock de los cinco continentes. No voy a hacer una segunda parte de La travesía, sino algo que va a funcionar como una precuela y que posiblemente ya he estado esbozando.
Cuando yo estaba con La travesía, me preguntaba un alumno de inglés que tenía en San Fernando: “¿Vas a hacer una trilogía?”. Está de moda El señor de los anillos, que es de muchos años atrás; ahora salió la trilogía de Los juegos del hambre y muchas otras, y esta historia me da para una trilogía. Es como una precuela de cómo fue Cuba en los años 90, cuando ya se abrió al turismo por completo y fueron muchas personas de todo el mundo, sobre todo muchos españoles.
Estuve hablando a mediados de semana con Pedro Raskin, de La Fuga, y me dijo: “Yo estuve en Cuba. Estaba en la calle hablando con unos amigos cubanos y se los llevaron presos por hablar conmigo”. Esas son cosas que a lo mejor se te olvidaron si fuiste a Cuba y lo viste, pero sería bueno que no se te olvidara que, en medio de tanta alegría, tanto ron, tanto mojito, tanta carne de cerdo, tanta salsa, tantas mulatas lindas, mujeres hermosas y hombres hermosos; en medio de todo eso siempre hay una puntita, algo que alerta que la vida no funciona como debería ser.
No nos podemos olvidar de nuestro pasado. De hecho, tenemos un pasado muy reciente que todavía es presente con el COVID y se nos está olvidando, hemos aprendido muchísimas cosas de él y se nos están olvidando. ¿Has pensado en alguna presentación aquí en España de La travesía en físico?
Pues sí, desde antes de publicar. Escucho unos programas que se llaman Triunfa con tu libro, donde entrevistan autores. Los diversos autores han trazado distintas estrategias y yo he trazado la mía, claro. La novela salió, yo no esperaba que saliera el 26 de julio precisamente, que es una fecha histórica para los cubanos, por la editorial Voces de Hoy de la Florida y se puede adquirir en Amazon. Hemos hablado de hacer una presentación y todavía no te puedo decir el lugar, pero estoy casi seguro de que si tú te pone a pensar, lo adivinas.
Los Estudios Revi Rock, donde se realiza la entrevista. Creo que es un buen sitio porque tiene de todo. Aquí ya hemos vivido y tú has estado conmigo en una presentación de otro libro. Como decías, ¿dónde se puede comprar ahora?
Básicamente se puede comprar en Amazon. Yo no escribí un libro para que su trama durara tres meses. Yo escribí un libro para que con el paso del tiempo tú puedas leer y, mientras haya un inmigrante, una persona que se tiene que ir de su país por cualquier razón, este libro tiene sentido.
Claro que sí, tiene muchos sentidos y se pueden ver reflejados. Para mí el libro ha sido como mirar a través de una ventana y ver pasar a todos sus protagonistas, lugares, aventuras, desventuras; por la facilidad de la comprensión en su lectura a favor de una escritura cercana y real como la vida misma, como tú la has escrito. Antonio González Requeiro, autor de La travesía, un placer tenerte en ¿Y por qué no? Tus últimas palabras para terminar nuestra entrevista…
Vamos a decir que son las penúltimas. Puedes encontrar en Amazon La travesía. Además, comentarte que la novela tiene una clasificación de cinco estrellas. Las opiniones que he tenido son muy buenas y sorprendentes; incluso porque son de personas que yo no sé ni quiénes son y de buenas a primeras me pregunto: “¿cómo yo pude llegar al corazón o al cerebro o al alma de esa persona con lo que me está diciendo?”.
A mí me ha gustado, ya te digo que me ha gustado muchísimo, ha sido muy fácil la lectura, no me ha hecho falta saltarme páginas. Obviamente, si yo hubiese sido uno de los protagonistas, seguro hubiese ido como le pasó a ese personaje que cuentas, pasando páginas a lo loco para buscar mi historia. Pero es una lectura muy fácil, muy sencilla, muy concreta sobre todo incluso para la gente que no sea muy lectora. Muchas gracias, Tony.
Muchas gracias también. ¿Y por qué no?
* Esta entrevista se hizo originalmente para el programa de radio ¿Y por qué no?, que se trasmite en Revi Radio, emisora radicada en Vicálvaro, Madrid.
Talleres literarios en Cuba: los espacios de JAAD
Pretendo que esta conversación adquiera una particular “utilidad” para quienes estudian, o están interesados en conocer, la formación de algunos nombres de “jóvenes” escritores que hoy integran el campo literario cubano.