Osiris Mosquea: “Somos el resultado de nuestras tradiciones”

La poeta dominicana Osiris Mosquea vive en Nueva York desde hace más de veinte años. Pero asegura que: “a pesar del tiempo transcurrido, sigo siendo extranjera en la ciudad”. En sus versos, Nueva York es enunciada como “la ciudad de todos”, pero solo por antonomasia, por la intensidad con que consume a sus propios habitantes; un lugar donde las luces de Broadway fulguran como fauces que vomitan identidades, apellidos “como el tuyo, como el mío / nombres huecos y lejanos / de muertos en refriegas ajenas”.

La urbe redondea la múltiple condición insular que habita Mosquea. En su poema “En la suerte de la isla”, una voz poética interpela a un sujeto otro, a la vez que dibuja a Nueva York como un universo, una “constelación de egos” alrededor de la que giran tantas vidas anónimas:

“Tú que te quedas en este péndulo de sueños
que viajas en la amplia maleta del tren
con la dosis exacta para ignorarlo todo
viviendo las horas de minuto y medio
escamoteándole a la suerte
la verde y enigmática sonrisa de Roosevelt
en una constelación de egos por no perderlo todo

En esta ciudad que yo también habito
el centauro en Wall Street
se coloca la mitra o el bicornio
bendice las monedas
que recorren las calles de Manhattan
donde no se cuentan los naufragios…”.

Para Osiris Mosquea, el origen de su relación de amor-desamor con Nueva York atraviesa toda su poesía y se debe a que, para ella, la ciudad aparenta ser un espacio inclusivo que no existe en el día a día: 

“La cultura neoyorkina moderna es solo una especie de embeleco fraguado en una falsa moralidad, un colgajo, la metáfora fría de un sueño que nos han ofertado. De ahí ese sentimiento de pérdida y resistencia que muchas veces se traduce en una relación amor y desamor manifestada en muchos de mis textos. De esta dualidad solo la literatura y la poesía han podido salvarme”.

En Viandante en New York (2013), su segundo libro de poemas, vuelve sobre estas ideas. Asegura que, en dicho cuaderno, “el yo rector solo pretende parafrasear, glosar el ambiente, el lienzo mórbido de la ciudad donde convergemos todos los que en ella vivimos, quizás en ‘una misma condición’… Seguimos ‘navegando en la suerte de la isla perdido en el nadir del regreso, extranjero hasta en la sangre que no cabe en panteón de tercera’”.

Migrante dominicana, animadora de numerosas tertulias culturales, Mosquea hace de nuestro encuentro (en la distancia de la comunicación para concretar esta entrevista) un derroche de modestias: “Con todo lo logrado me siento contenta, y voy por más”.

Es graduada de contabilidad en República Dominicana; pero asegura que “nunca he trabajado como contador en Nueva York. Aquí pesó más mi pasión por la literatura, por eso estudié un Master of Spanish Language and Literature en The City College of New York, y Cuentos y Arte Español del siglo XX en la Universidad de La Rioja, en España; también un curso de escritura creativa en City College”.

En marzo de 2012, la novena edición de la Feria Internacional del Libro de Escritoras Dominicanas en Estados Unidos le rindió homenaje por su trabajo como cuentista, poeta y activista cultural. Junto a ella, también fueron reconocidas las maestras y catedráticas dominicanas Mary Eli Gratereaux, Ana Isabel García Reyes y Sarah Aponte.

Aunque Mosquea se declara “no muy asidua a los concursos literarios”, tiene una perspectiva positiva sobre la proliferación de antologías. Su obra ha sido reunida en volúmenes como Dominicanas de Letras, editada por su coterránea Kianny N. Antigua, y ¡Basta!: 100+ Latinas Against Gender Violencie, editada por Emma Sepúlveda-Pulvirenti para la colección Latino Research Center Book Series University Of Nevada (Reno, 2017).




Imaginar países

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Autoras entrevistadas: Lina Meruane / Kelly Martínez-Grandal / Mariza Bafile / Ana Teresa Toro / Jennifer Thorndike / Franky Piña / Osiris Mosquea / Rose Mary Salum / Anjanette Delgado / Lila Zemborain / Melanie Márquez Adams.





Podría decirse que, en América Latina y el Caribe, son tres o cuatro los países con más hegemonía en el canon literario de la región. ¿Cómo media este hecho en la forma en que lectores y críticos de Estados Unidos se acercan a tu obra?

La diversidad en la población de alumnos y profesores en las universidades en Estados Unidos ha contribuido a los cambios curriculares y la ampliación del terreno de los estudios literarios. A pesar de eso, como bien dices, de América Latina y el Caribe no son muchos los países que forman parte de ese canon. Eso podemos verlo, por ejemplo, a través de la lista de lecturas que se asigna en los posgrados de literatura. De ahí que, a mi entender, el acercamiento a la literatura latinoamericana y caribeña sea limitado y mediatizado. No obstante, esa apertura abrió una puerta para que la mirada de los lectores y críticos se dirijan hacia nuevos escritores.

No puedo dejar de lado, y es fundamental, cómo el asunto de la lengua marca una gran diferencia. Yo solo escribo en español, lo que dificulta la integración de mi literatura al universo literario de los Estados Unidos. Los que escriben en inglés, o en español e inglés, algunos nacidos aquí, tienen una mejor recepción de su obra. Pero, a pesar de su aporte al universo de la literatura en este país, continúan siendo clasificados como dominicanos, puertorriqueños, etcétera, por lo que el acercamiento crítico termina no siendo el mismo.

¿Te reconoces en tu tradición nacional como escritora dominicana?

Definitivamente. Me reconozco como escritora dominicana. Somos el resultado de nuestras tradiciones.

¿Qué otros adjetivos le pondrías a esa denominación? ¿Eres una escritora dominicana y latina, latinx, latinoamericana, caribeña…?

En mi condición, todos esos calificativos son válidos.

Mi cartografía personal se escribe desde la realidad, y en cualquier lugar que me encuentre mis raíces serán las mismas: caribeño-africanas, latinas, latinoamericanas, dominicanas. Todos esos adjetivos están indisolublemente unidos a mí, a mis ancestros, a la sangre proveniente de la raíz que se cuajó en mi ombligo y me dio el ser.


© Imagen de portada: Osiris Mosquea / Facebook.




Imaginar países

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Autoras entrevistadas: Lina Meruane / Kelly Martínez-Grandal / Mariza Bafile / Ana Teresa Toro / Jennifer Thorndike / Franky Piña / Osiris Mosquea / Rose Mary Salum / Anjanette Delgado / Lila Zemborain / Melanie Márquez Adams.





* Una versión más extensa de este diálogo forma parte del libro Imaginar países: Entrevistas a escritoras latinoamericanas en Estados Unidos (Hypermedia, 2021), editado por Dainerys Machado Vento y Melanie Márquez Adams. Aunque los temas de las entrevistas son diversos, las editoras han querido explorar, sobre todo, la manera en que los matices de la identidad latinoamericana se manifiestan y fluyen en la escritura de cada una de las entrevistadas.




Editorial Hypermedia

Doblemente americanas: sumar las resistencias de la escritura

Dainerys Machado Vento

“Estas entrevistas tienen múltiple valor, porque se trata de mujeres hablando en el espacio público sobre ellas mismas, sobre sus cuerpos, sobre la política de sus países, sobre sus errores y aciertos”. (Prólogo del volumen ‘Imaginar países: Entrevistas a escritoras latinoamericanas en Estados Unidos’, Hypermedia, 2021).