La escasez verificable está de repente en boga. Los NFT, tokens no fungibles o coleccionables digitales que utilizan la tecnología blockchain como manera de autentificación, están ahora en todas partes y llegaron hasta Cuba. Una prueba eficiente de cómo te posicionas frente a las nuevas posibilidades de crear y vender arte digital, es si estás persuadido, o eres persuasible, de que los NTFs son viables. Permitámosle, al artista Paolo De, explicarlo:
¿Qué es un NFT?
Cuando creas el NFT (Non-fungible token) estás dándole al objeto digital un registro único indestructible de por vida. Lo que pasa es que se están encontrando muchos conceptos, porque de repente hay gente que tiene obras que ya existían en distintos formatos: físicos, digital, y creen que en el momento en que lo convierten en un NFT cambia su estado de obra de arte, y no: el problema es que esto es un sistema que tú puedes entender como un nuevo formato para crear arte, o un nuevo formato para registrar arte digital, o incluso para darle a una obra física una connotación de registro digital único (por ejemplo, una performance: tú la puedes documentar, y antes se vendía esa documentación en fotografía y video; ahora se puede vender, además, a modo de registro único).
Son muchas ventajas, y tienes que entender muy bien cómo funciona porque automáticamente genera en la cabeza de la gente muchos conflictos éticos; pero una vez que entiendes cómo funciona te das cuenta de que es una ventaja en muchos aspectos. Lógicamente, está presente el tema burbuja, infladera, blablablá, pero la realidad (y yo soy superoptimista con respecto a esto, aunque hay mucha gente que no lo es) es que debe ir depurando, en teoría, y se debe ir quedando el arte más duro, o las mejores cosas. Pero incluso con estas lógicas: ¿qué ha pasado antes? Elitismo y más elitismo… ¡Vaya pa’ casa de la pinga! Es momento de oportunidades reales al alcance de tu móvil.
Lo bueno de esta democracia nueva, de esta revolución tecnológica, es que cualquiera puede comercializar o mostrar su trabajo: no hay que matarlo por eso. No hay que satanizar la cultura cripto, ni el NFT, ni las criptomonedas, porque cualquiera puede hacerlo. Es dictatorial decir que es una pinga, y no: todo lo contrario, lo que pasa es que se está viviendo mucha efervescencia y la gente explota, ¿me entiendes?
Por ejemplo, algunos curadores y galeristas establecidos (¿la mayoría?; no lo sé, la verdad) tienden a no ser optimistas, porque se sienten apartados. Es lógico: se están moviendo millones, y no los mueven ellos; entonces, para estos siempre será una cuestión de money. Los artistas digitales siempre han sido minoría y, por ende, todo el circuito alrededor de ellos. Molesta que este sector de repente esté generando ruido, claro. Es la misma intolerancia de siempre, solo que ahora imagino que la legión de detractores posea un récord Guinness.
Igual en este minuto muchos se replantean dejar de lado las noticias, y están pensando en cómo insertarse. Yo, personalmente, recomiendo que lo vean de la siguiente manera: cierra una de tus redes sociales y ábrete un perfil en OpenSea u otra plataforma libre: “pierde tu tiempo” en conocer creadores nuevos y oxigena tu consumo online.
Muchas personas no tienen idea de lo que es un NFT, y se hace más difícil la conversación sobre esto porque no son tangibles, ¿Quiénes son los que están listos para los NFT? ¿Cómo llegaste tú a los NFT?
Para saber qué es un NFT, YouTube tiene 62 000 videos explicando todo al detalle. Por favor. Listo está todo aquel que lo entienda así: es para todos; trázate una estrategia y estudia tu campo, haz una empresa o míralo como una red social donde las cosas se pueden salir de control en el buen sentido.
En mi caso, lo que más me interesa es el tema que te permite registrar obras digitales y convertirlos en objetos únicos. Una de las cosas que más me llama la atención, porque llevo ya tiempo trabajando en eso, es que el formato (entre comillas, no es que sea así) ideal tiene que ver con estructuras que han ido marcando las redes sociales a nivel de formato de video, de imágenes, y se ha ido creando una cultura de formatos que tiene que ver con tiempos de lectura y de consumo; entonces hay una nueva forma de arte que es muy fugaz, muy rápida. Esto ha provocado que se haga muchísima porquería (relativismo mediante), pero también que aparezca una nueva forma de arte que es muy rápido de consumir, fugaz, e igual de potente.
Es decir, ahí existe otro conflicto para mucha gente: una buena obra de arte tiene que perdurar, blablablá, muela, muela, muela. Esto viene un poco a hacer ese trabajo, darle ese carácter único a ese tipo de obra, pero te digo: yo he visto cosas buenísimas, hace mucho tiempo que la experiencia de navegar en mi perfil de Instagram es una joya, prácticamente visito galerías a diario, ¿me entiendes? Yo le llamo a eso depurar.
Las redes pueden ser algo provechoso, hay que convertirlas en algo que aporte, porque están aquí para quedarse y, por muy radical que seas, ya son parte de ti. Yo comparo un loop de 11s, por ejemplo, que es mi campo, y me trasmite con la misma fuerza que puede transmitirme una escultura. Aquí nada va a sustituir a nadie (por ahora). Bueno, el tema este de los loops y todas estas animaciones experimentales ha generado un nuevo formato, y lo mejor de todo es que es muy rico, porque hay muchísimo campo tecnológico en función de generar nueva dinámicas visuales y conceptuales.
Comentaba hace poco que me sentía muy entusiasmado porque por primera vez estamos viajando casi en paralelo con una revolución cultural, y tenemos que meterle con todo.
Imagen Portada: Avatar Paolo De.
Y cuando te compran, ¿qué sucede?
Cuando te compran la pieza, el coleccionista automáticamente la tiene en su poder y la puede poner en venta o guardarla. Es decir, no ponerla en venta: dejarla ahí en su wallet, una cartera digital. Esa pieza tú puedes mostrarla, hacer lo que tú quieras. En la venta, las plataformas te permiten establecer una serie de elementos muy interesantes. Gestionas muchísimas dinámicas que normalmente no existen con las galerías, el museo, o en las formas habituales. Puedes hacer una especie de contrato electrónico para declarar qué puedes hacer tú con esa pieza, dar indicios, propuestas, hacer lo que te dé la gana o no hacer nada, simplemente: venderla y punto. Hay un sistema de autogestión que es muy rico.
¿Por qué algo que está publicado libremente en varias plataformas digitales, como Instagram o Facebook, de pronto se puede vender?
Porque siempre se ha podido hacer. Tú puedes vender o colgar en una pared lo que tú quieras, y decir lo que a ti se te ocurra que es. ¿Desde cuándo se hace eso? Lo que pasa es que ahora se ha vuelto un negocio muy fácil de administrar y con respaldo legal, de ti depende perder el tiempo o el dinero. Ya, nada más.
Y otro detalle muy importante que también tiene que ver con el dinero: recuerda que todo esto nace de una cuestión comercial. Esto es el equivalente a las ferias de arte: lugares, espacios, plataformas, galerías para la venta de arte. La calidad, la curaduría, la selección, eso está en otro punto. Existen galerías con criterio de selección, pero también las que no exigen mucho: todo vale.
¡Importante! En este caso se le está dando mucho valor al artista, porque tú vendes tu pieza y declaras un porciento que vas a cobrar de por vida por cada venta que se haga de esa pieza tuya. Tú lo escoges: puede ser un 50 %, un 80 %… Lógicamente, esos números son una ridiculez, porque ningún coleccionista te va a comprar así; lo ideal es entre 2 % y 10 %, pero eso se queda de por vida. Ese es el concepto de regalía que tienen también los músicos, que cobran por derechos de autor.
Para que te hagas una idea: tú puedes poner una pieza en venta y esa persona te la compra, la vende al momento, tú cobras un 10 % de esa nueva venta y de ese nuevo precio, y así sucesivamente a lo largo de la historia. Eso se implementa por primera vez, es una de las cosas revolucionarias muy buenas también para los creadores.
Esto le da la posibilidad a un artista contestatario, por ejemplo (por ponerte uno de los millones de ejemplos), alguien que no tenga cabida en un terreno específico, como no hay control, como no se puede censurar… Ahí sí no hay forma de que te censuren, porque hay plataformas de estas que están descentralizadas completamente, donde no hay filtros y tú puedes poner lo que tú quieras, excepto cosas evidentes que atenten contra la humanidad, como discriminación, etc.; pero a nivel político y eso, nadie puede venir a decirte: no puedes poner eso ahí. Esa censura no existe. Entonces, puede pasar que te compren una pieza y puedes estar el resto de tu vida cobrando por las ventas de esa pieza.
Es muy loco todo, muy romántico, muy especulativo. Es una cuestión de que cada cual tenga disciplina, cierta coherencia, o tenga bien claro cómo manejar su enfoque en estas plataformas. O, todo lo contrario: la libertad real, ¿me entiendes? Aquí se puede hacer lo que se quiera. Aquí están entrando gente de todas partes del mundo, de todo tipo de estatus, todo tipo de formación: músicos, famosos, influencers, infladores… Aquí está todo el mundo, porque es para todo el mundo. Entonces, imagino que eso molesta mucho.
Te pongo un ejemplo que me parece maravilloso y auténtico sobre cómo vencer la censura, combinar contextos y nichos contrastantes por su naturaleza: Reporteros Sin Fronteras diseñó una biblioteca en Minecraft (el videojuego) para exponer a periodistas asesinados de todo el mundo; de este modo evitan la censura de varios países, incluso en la web, debido a que para tumbar esta iniciativa deberían echarse el juego completo: una auténtica obra de arte y un ejercicio de concientización al alcance de todos.
Reporteros Sin Fronteras, The Uncensored Library dentro del videojuego Minecraft. El objetivo de esta biblioteca es sortear la censura y construir un refugio seguro para la libertad de prensa. La ONG viene denunciando desde hace tiempo la censura y la falta de libertad en el acceso a la información sufrida en muchos países por líderes opresores.
Hay personas que piensan que tratar con criptoarte es ambientalmente no ético.
Si quieres ayudar al medio ambiente, vete de las redes sociales: ahí te la pasas subiendo fana y hablando fanas, ¿no piensas en el daño que le haces al planeta? Cada foto tuya hay que guardarla en un disco duro. Y me refiero a todos nosotros, no a ti en particular.
Nos hemos vuelto más demagogos que otra cosa. De Greta Thunberg ya nadie habla. Del fuego en el continente de los canguros, nadie habla. Ahora se habla de los mineros, las criptos devorando el planeta… Mira, si quieres ayudar a salvar, empieza contribuyendo con entender esta comunidad y lo que llevan haciendo desde hace rato para ser más nobles con el ecosistema. Googlea profundo.
Por eso te digo: siempre es bueno informarse muy bien; a estas alturas, repetir y repetir lo primero que sale y salta cuando hay una revolución y un fenómeno, habla un poco de la capacidad de cada cual de dialogar o de confrontar. Lo épico es directamente proporcional a lo polémico, de toda la vida. Cuando te pones a investigar bien quién es Beeple, cuál es la historia de Beeple y cómo pasó lo que pasó, te vas metiendo dentro de un mundo fascinante. Yo te voy a hablar claro (siempre puedo estar equivocado, como todo el mundo) y te digo: es la época de los troles y los rompediscotecas virtuales, a los mercados los están zarandeando los troles. Wall Street fue violada hace poco por una comunidad de internet; cosa más linda esa, googlea: GameStop + Trolling + Wall Street y déjate llevar… Hay muchos indicios de eso y el tema criptomonedas.
Esto que está pasando tiene mucho que ver con gente con actitudes rompedoras desde hace años. Ver acciones muy propias de pequeñas comunidades, llegar a penetrar la frialdad de los espacios establecidos y unir en cierta medidas gente y cosas discordantes, no deja de ser muy atractivo. Esto es ya divagando un poquito, no es tan superfluo el análisis, pero lo que quiero trasmitirte es que detrás de todo esto hay muchos años de culturas y comunidades que son minorías en Internet y parece que ha llegado su momento: hay que morderlo.
Entonces, para ti el mercado del NFT no es una burbuja.
Todo es una burbuja. A estas alturas ya hay que saber cómo actuar; si seguimos esperando que Netflix nos lo mastique todo en formato documental, seguirás burbujeando. ¿Para qué hablar de eso? Me quedo con lo nuevo. En este boom, gente que no conocía absolutamente nada relacionado con el cripto, me demostró en dos semanas lo poco que yo sabía de lo importante que es el trabajo en comunidad para un contexto tan enfermo como Cuba. Si el interés por lo nuevo y el dinero nos va a obligar a unirnos, pues que vengan diez revoluciones tecnológicas más.
Sí, llevo tiempo trabajando con los conceptos de criptomonedas, pero desde lo simbólico. Te tengo que poner un ejemplo obligado: yo hice una pieza con Serones que se llamaba La Raya, un prototipo de videojuego que se mostró en 2018 en una exposición colectiva de game-art, curada por Lesly Fonseca Tundidor, titulada Just in time to play. Este prototipo off-line mostraba la posibilidad de monetizar en espacios virtuales prácticamente cualquier cosa o concepto que pudiera ser rentable por su valor histórico o mediático. La idea final era implementarlo on-line y generar apuestas con dinero digital, sobre una criptomoneda propia que el ganador recogía e iba acumulando. Ese modelo de juego de prototipo está basado en juegos que existen históricamente en la web y son muy populares, en los que se genera muchísimo capital digital que se puede vender para ganar moneda dura. Resulta que hoy en día están en auge los videojuegos no solo como espacios lúdicos, sino como potenciales terrenos de inversión, compra y venta de activos y etc., etc.
Serones, La Raya, de la serie Family Friendly, 2018. Prototipo de videojuego.
¿Sabes? Muchos años atrás, ser un gamer era prácticamente un estigma para mucha gente, tanto en la sociedad desarrollada como en las menos desarrolladas. Es una talla sociológica también: el nerd era un apestado, el desarrollador de videojuegos era un apestado… ¿Qué estaba bien, a nivel social? Un músico, un tipo o una tipa exitosa en otros aspectos… Pero el tema videojuegos y desarrollo de software, no era bien visto. El gamer siempre estuvo ahí, estigmatizado.
Desde hace unos diez años, ha ido cambiando la cara de este tipo de personas. Hoy por hoy, una de las personas más importantes del mundo del arte es el tipo que menos parece un artista; es decir: se reafirma la estigmatización. Beeple es un artista que logró vender en casi 70 millones una colección de criptoarte. Hay muchos memes al respecto, porque es el tipo que tú lo ves ahí y nada que ver: un tipo con unas gafitas, un señor correcto detrás de una computadora. Entonces, es rompedor en muchos aspectos y todo eso va influenciando a la sociedad también.
Así vamos, inventándonos mimbas nuevas para no aburrir. Es como si el mundo tuviese un síndrome de hiperactividad en aumento. En lo personal, me viene de maravilla.
Thais Pujol: “Si hay un futuro para Cuba, pasa por la reconciliación”
“Creo que mi padre siempre pensó que Cuba necesitaba personas altamente preparadas, y no el populismo que ya habíamos sufrido. Y eso fue lo que él vio venir: que estaban buscando una figura para arrastrar a las masas”.
(Conversación con Thais Pujol Acosta, hija de José Luis Pujol, fundador de Criterio Alternativo.)