Llamada entrante de Papá:
—Dime, papá
—¡Oye! Te mandé el giro. Aguanta con eso. Esto se pasa bajo una piedra. ¡Cuídate! Te dejo que me queda poco saldo.
***
Lista de la mañana: recoger el giro, gastar el giro, girar 360 grados y de nuevo ab initio de la peladera y las peladuras. Recoger, en casa de una amiga, un poquito de bálsamo ruso para todas las peladuras que vayan surgiendo en el camino, repetir la misma caída, la misma historia.
***
Ahora en mis manos el recibo del giro:
GIRO(N) HEROICO
¿Cómo se entiende un héroe en estos tiempos? ¿Cómo reescribir la épica en la época posmoderna? Es decir, ¿dónde coño está el salvador de esta tierra? Un mesías que nazca y luego preñe esta Isla. Un incesto. Mientras tanto, felices los anormales. Nombre completo y firma: YoSoyFidel
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Le escribo un poema a mi papá explicándole la necesidad del giro (para ser dicho únicamente por teléfono, nunca en persona):
Viene sucediéndome
la repetición
de las palabras
y movimientos
de otros siglos
—exactamente iguales—
viene pasándome
la soledad del héroe
(como a todo
conquistador
de silencios)
¿cómo intentar ser héroe
reproduciendo
la imagen de otro héroe
sin querer convertirse
uno
en estatua?
un héroe
es una palabra
grandilocuente
y húmedamente sexual
cuando hay frío
llega hasta los huesos
provocándole a
uno
invalidez
permanente
Le escribo un poema a mi papá, pero ya colgó. Voy a la escuela. Regreso. No me preguntes por la historia del arte cuando soy incapaz de entender mi historia. Hace calor y hace frío en la misma medida. Tengo alergias al cambio climático y, paradójicamente, quiero un cambio radical en este ecosistema. Los bichos como yo somos frágiles al verde, las maticas como yo no hacemos fotosíntesis. Qué feliz fuera si mi papá me mandara otro giro.
Llego a la casa, beso a mi novio, beso al gato. Juntos intentamos hablar sobre el futuro. Me dice: “¿Aquí o allá?, ¿dónde tienes menos alergias?”. No respondo y me lee un poema. Le digo: “Saca de esta casa ʻLa casa del Alibiʼ. Ese poema me hace daño. Despide al poeta. No quiero saber la verdad. La poesía me hace daño. Yo nunca ganaré un premio David porque soy, como Goliat, una masa torpe metida donde no me llaman.
Lo que necesito para ser feliz es que mis hijos lleven tu apellido. A uno llamarlo Teatro Veiro y al otro Simulacro Alonso. Y que correteen y rompan las cosas de la casa. Que dibujen con crayolas. Da igual si es aquí o allá. La tierra no importa. Patria es abrir las patas y parir un hijo (sin importar tu sexo, a veces nacen por la boca), llamarlo Isla o llamarlo Península. El nombre tampoco importa. Cuba nunca fue lo más importante”.
***
Llamada entrante de Mamá:
—Dime, mami.
—Mis niños, ¿cómo están?
—Todo bien mamita. La escuela me va súper. Me encanta. Ayer imprimí unos cuadernos para mandarlos a un concurso, pero hay que esperar. Noe salió a ver si encontraba pasta de dientes. Ahora estoy solo con el gato.
—Todo llega, mi niño. Con calma, ya verás. ¿Has avanzado en la tesis?
—Sí mamá, estoy conociendo mucha gente linda
—Mañana ve a la terminal de ómnibus que te mando un paquete con algunas cositas. No es mucho, pero algo es algo. Tengo unas ganas de ganarme un numerito para mandarte más cosas. Yo no sé quién inventó el trabajo.
—No te preocupes mamá, no tengo tanta hambre
—Llámame mañana al fijo, ¿sí?
—Está bien, mami, te amo
—Te amo mi niño
Le escribo un poema a mi mamá (para no ser dicho nunca; al menos, hasta que se gane el número y tengamos mucho dinero):
Sobre la mesa
tengo el pan
solo si te digo
que existe un pan
un pan en una mesa
es un bodegón infértil
una pintura menor
el deseo barroco
de algún taíno hambriento
a veces muerdo el pan
solo si te digo
que muerdo el pan
aunque en realidad
hace décadas
que perdí
el apetito
***
Caminar hasta la terminal, por Carlos III, y darse cuenta de que una tesis sobre marginalidad es una tesis de biología. Caminar con un uñero supurante en una ciudad supurante y entender que una tesis de marginalidad es una tesis sobre fluidos. Semen&Sangre es el nombre del perfume que me regaló un yuma. Yo no sabía que quería decir porque estaba en inglés. Por último, entender que una tesis sobre marginalidad es traducible a cualquier idioma. Todos pueden leerla y eso no importa si no pueden experimentarla: acariciar el pus / lamer el pus / sanar el pus del supurante. Decir al final del día: “Yo te agapé”.
***
Ahora en mis manos el paquete:
Leche (cortada). Huevos (rotos). Carne de v… Eso por aquí no pasa ciudadano. Ayúdame y yo te ayudo. Para sacar ese paquete por la puerta tiene que pagarme. Tiene que pasar por encima de mí. Atropellarme. Rozarme. ¿Quieres restregarte conmigo en ese cuartico? ¿Quieres ver leche de la buena correr? ¡Tienes una carita de jeva! Tú a mí no me engañas. Ya sé que te llamas Ana Mendieta.
Le escribo un poema a Ana Mendieta (para ser dicho de memoria, con los labios secos, frente al policía):
He notado que tenemos una rutina
un rigor para determinadas cosas
un ritual parecido al arte
he notado que me he exiliado del arte
como lo hice de estos lugares
como lo hice de mi cuerpo
he desterrado mi cuerpo
y he habitado cada espacio
y me he sentido habitado
creo que tú eres yo y yo soy tú
en diferente estado de la experiencia
creo que me habitas
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Necesito contar hasta diez
contar hasta cien muertes por semana
necesito ver las noticias
imagen más imagen desastrosas
para contar mejor aguanto la respiración
noticias desastrosas
respiro/expiro:
hoy en el campus amaneció una joven
ensangrentada
muerta
silueteada
los forenses afirman que fue violada
tres veces
rítmicamente
rutinariamente
rigor mortis: un ritual parecido al arte
los forenses afirman que murió de frío y de amor
como pudo haber muerto de sequía o humedad
o de luz
o de peste
como pude haber muerto yo, si yo soy ella
en diferente estado de la experiencia
y la habito ahora
y en esta, la hora de nuestra muerte.
¿sabías qué era el tercer mundo?
soy de allá
volé hasta Mayami a los 12 años
y he venido a verte morir
para morir un poco yo también
¡nos hemos exiliado en la muerte!
y he hecho un ritual parecido al arte
y cuando muera seré el ritual
de cualquier otro artista hambriento
porque todos se llamarán Ana Mendieta con otro nombre
por los siglos y los siglos
***
El policía dijo (j)amén. Yo sé que no me pudo escuchar porque los altavoces repiten a cada rato: “Bienvenido a La Habana, la capital de todos cubanos”. Pagué tres dólares por mi paquete y me fui. Ratifiqué. Igualmente decomisó mi carne. Qué importa si no tengo olla de presión para que se ablande. Qué importa si ya no tengo apetito. Ergo, mi alquiler está lleno de cucarachas americanas, ergo, no tengo pasta para lavar mis dientes, ergo, los gatos solo comen ratones, ergo, yo no quería ser vegetariano.
En realidad, yo no nunca quise ver todo esto convertido en nada.
¿Quién dijo que todo está perdido? / yo vengo a ofrecer mi corazón / a los mataderos / a quién pueda interesar / inserte moneda aquí / caballo viejo ande o no ande / al final del día: soy continuidá
***
Llamada entrante de Número Privado:
—Dígame.
—Es la patria la que te habla…
(a la patria no le escribo un poema más)