El régimen totalitario que somete a Cuba ha buscado en Anamely advertir a las madres que pensar un país diferente les costará la ausencia y la separación. En la condena al totalitarismo todos deberíamos estar unidos.
Blanco y Trocadero
Opiniones disidentes de Jorge de Armas.
‘Alcántara’
La Pequeña Habana no se parece a San Isidro y la Calle Ocho no tiene nada que ver con Damas 955. Pero el viernes pasado, cuando fuimos a ver a Luisma, San Isidro y la Pequeña Habana dejaron de ser nombres para acogernos en la Cuba del futuro.
OLPL y la Cuba que yo quiero
Mientras muchos nos venden pasado, Orlando Luis Pardo Lazo nos regala futuro.
Globos, emigración sinflictiva y tiradera
La intelectualidad colaboracionista —inútil como motor de cambio, y a la Historia los remito—, se acoge a la fórmula de la crítica postiza: lo que se dice no incide, lo que se dice divide, lo que se dice no sirve.
El Estado caníbal
Cuba padece de un canibalismo alimentado por el régimen que chantajea al emigrado usando a los opositores como escarmiento y ejemplo. En Anamely nos vemos amenazados y advertidos todos: nuestro derecho a regresar ha sido secuestrado.
Oh, con mi muchacha…
Cuba tiene la tasa más alta del mundo de emigrados al nacer por cada mil nacidos vivos y también la más alta de fallecidos fuera de sus fronteras que piden ser enterrados en la Isla. Los vivos se van y los muertos regresan.
Nadie responde
Tenemos 2300 libras de medicamentos e insumos de hospital listas para ser enviadas a Cuba. Es una cuestión de humanidad, las medicinas no tienen ideología, la solidaridad no es política.
Apostillas al guanchismo
El guanchismo es una forma de crítica social cubana que vive entre dos aguas: por una parte hace una crítica epidérmica del totalitarismo, sin llegar a su raíz; por otra, su propuesta reside en el mantenimiento de ese sistema.
De tanto guanchismo tengo hasta mareo
El guanchismo cree, al igual que el régimen, que las presiones externas, el “bloqueo” o la “mafia de Miami” son los culpables de la situación en Cuba.
La voz de su amo
La ficción del proyecto social cubano despojó de sentido a palabras y conceptos. De tanto uso, Castro el mayor logró que revolución o soberanía fueran palabras tan vacías como patria o, incluso, muerte.