Un fantasma recorre el mundo: el portador asintomático del virus. Se te aparece en cualquier circunstancia, en cualquier momento, en cualquier lugar. Y aunque la Nueva Normalidad prevé su sinuosa presencia, el miedo se instala antes del virus. El miedo como preámbulo o antesala.
Disensiones
Jekyll y Hyde se hacen amigos: tótems, tabúes y algo más.
El nasobolluco: del deseo a la intoxicación
Modulaciones del sabor, mengua del oxígeno, fade out del contexto pandémico. Quiero creer que en toda Cuba esta modalidad del sexo oral termina siendo una estocada exultante. Me gustaría someter mis nasobucos a diversas intervenciones devotas del pop art. Ahora que vamos a entrar en el desierto, vendría bien jugar un poco.
Trendy color, blacking y George Floyd
Hace unos días vi la extensa y escalofriante nota de Wikipedia sobre los hechos en torno a la muerte de George Floyd. Entre mil y un detalles había una foto del policía que le causó la muerte, y otra del propio Floyd. De pronto, más allá del obvio asunto del odio de estirpe racial, el rostro de Floyd tiene una antigüedad cultural de 3000 años.
Chaturbation: sexo en sí y para sí
Estar o no estar sol@. Tener o no tener suficientes megas. Esa es la cuestión. El “recelo social” será una de las consecuencias más terribles del macrorrelato pandémico, cuando la COVID-19 ya no sea una amenaza global sino individual. En términos generales, será mejor acudir a la masturbación que al sexo informal.
Sasha Grey en La Habana epidemial
Cuando alguien te dice que la realidad está a punto de cambiar, es que ya cambió. Leí eso en alguna parte y ahora vuelvo a leerlo, escrito de diversas maneras y en varios idiomas (el de los economistas, el de los politólogos, el de los escritores y muchos más). Todos los coronavirus son iguales, pero algunos son más iguales que otros.
Autorreclusión y masturbación
Para articular bien la arbitrariedad de lo real con el sentido del aburrimiento, debería crearse una fluidez contextual respecto de la autorreclusión pandémica. Películas lentas, medio adormecedoras (que se ajusten al confinamiento deliberado), pero que tengan un punto de color en el erotismo y el sexo. Ahí empieza todo.
La ficción pospandémica
Los autorrecluidos duplican al infinito (exageremos un poco, que nada nos cuesta) la metáfora del príncipe Próspero, aquel personaje de The Masque of the Red Death, de Edgar Allan Poe: el príncipe y sus mil amigos nobles se sepultan en el boato de un formidable castillo-ciudadela donde dejarían pasar los efectos de una plaga entre reuniones y fiestas.
Lovecraft o el coronavirus
En tiempos de COVID-19 no es que la ensoñación mantenga a raya a la locura, sino que la realidad podría confirmarse como una variación de lo fantástico. El comportamiento y la forma del virus alimentan la exaltación del mundo del horror.
Rogelio Orizondo muerde la cola de un T-Rex
Rogelio Orizondo y yo hablamos de cuerdas pulsadas, sonidos precisos y canciones tristes, y yo le menciono la cola del T-Rex y él me dice que se enamoró de un velocirráptor. Después ocurre un intercambio de textos que tienen en la metáfora del sexo un enclave hambriento.
10 Cuban Dildos
Darle la espalda al país. Vivir gracias a pequeñísimos y fugaces negocios donde interviene el sexo. El país ha quedado reducido al cuerpo, y el cuerpo al sexo.