Soy comunista y capitalista,
soy comalista,
reparto comas,
y hago listas,
y hago listas con comas,
porque me encantan las pausas
indefinidas…
Stories
Marien Fernández Castillo
El castor en sus viles aislamientos
lame lechos en el Anita’s Center.
Los diques construidos por estos bichos
tropicales asiáticos
han venido a destronar la economía de los polos
en el Anita’s Center.
Rogelio Orizondo
Él
Porque no cabe duda de a quién me refiero
Es el tema de conversación.
Hay un gordo que va en el asiento de alante
Y el padre del gordo era gusano
Pero se paró frente a Él
Y se le pararon los pelos
Y el gordo no entendía y preguntó
Pero papá tú no eres gusano
Y el padre respondió
Y qué
Se me pararon los pelos.
Carlos Esquivel
Me iba mal en La Habana y fui a Miami para que mi vida cambiara y empecé a lavar platos en un restaurante hondureño y una noche tuve problemas con un gringo y le llevé la mitad de una oreja con una navaja…
Manuel Alexander Roblejo Proenza
A eso de las ocho de la noche, el viejo de al lado se murió. Semanalmente se mueren dos o tres viejos por acá, pero al mismo tiempo envejecen diez o quince personas antes de tiempo, así que no se nota la tragedia.
Jorge Luis Arcos
Jorge Luis Arcos (La Habana, 1951). Poeta y ensayista. Es uno de los críticos literarios cubanos más importantes de las últimas décadas.
Milho Montenegro
De gente que pensaste buena
se fue hilvanando el infierno de tu vida. (Mala gente).
Ariel Maceo Téllez
“Papa, estas pálido”, me volvió a decir. Entonces fue cuando reaccione. Revisé el bolso y me puse un pulóver seco. Todos bajamos de la grada y nos acomodamos en los bancos que tiene el Saborit. Aún no llegaba ninguna noticia del hospital.
Rubens Riol
Mi primera orgía fue con los otros fiñes del barrio una tarde de los años 90. Entre todos improvisamos una cama en el suelo con lajas de piedra Jaimanitas y nos tapamos con unos ripios de mosquiteros.
Mónica Baró Sánchez
Todavía no he conocido a un hombre que se resista a un dedo bien metido en el momento exacto. Porque esa es la clave: detectar el cuándo. Y, por supuesto, haberse cortado a rente la uña del dedo que se pretenda emplear, y la del dedo de al lado, por si acaso.