Es Santiago de Cuba: ¡No os asombréis… de nada!

Por su visibilidad y amplia e inmediata repercusión internacional, por sus reclamos, y la respuesta del régimen, las protestas del pasado 17 de marzo en Santiago de Cuba deben ser consideradas como una réplica regional de las que el 11 de julio de 2021 estremecieron a la Isla y dejaron al descubierto la creciente crisis de credibilidad del gobierno.[1]

También, por tratarse de Santiago de Cuba, las protestas se invistieron de una carga simbólica mayor, puesto que, según la retórica, esta ciudad es la “cuna de la Revolución”. Etiquetada de “rebelde”, nada podía causarle a Díaz-Canel mayor zozobra que los santiagueros se rebelasen de verdad, y esto fue exactamente lo que sucedió. 

Miles de santiagueros se lanzaron a las calles a protestar contra el hambre y los apagones. Fue una manifestación espontánea. Y, sobre todo, de esperar. Dado que es precisamente en Oriente donde las carencias y el deterioro del nivel de vida, desde hace muchos años, ha estado haciéndose sentir con mayor fuerza. 

De modo que la respuesta del presidente de Cuba es la prueba más palpable de su desprecio por los cubanos. Y más por aquéllos que están más lejos de La Habana, sobre todo en Oriente. No afirmo nada que no pueda ser verificado en miles de comentarios de los foristas del sitio oficial Cubadebate desde hace mucho, pero muchos años.[2]

El socorrido argumento de que las protestas estaban siendo auspiciadas o alentadas por Estados Unidos, e incluso de que habían sido otro intento de “golpe blando”, implicaron que, para Díaz-Canel, ni los santiagueros, ni por extensión los orientales, o los cubanos en general, tenían en lo absoluto ninguna razón legítima para quejarse. 


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En efecto, el castrismo instrumentó un sadismo que persiste en hacerles creer a los cubanos que pueden ser felices sin pan, sin leche, sin comida, sin corriente eléctrica, sin agua, y sin viviendas. 

Apenas tres días después de las protestas, Oscar Sánchez Serra implicó, de acuerdo con el libreto oficial, que Estados Unidos estaba detrás de las protestas, con el propósito de impedir la felicidad de los cubanos. Pero, por “esa felicidad, por el amor expreso de su gente, por su calidad humana, [Cuba] ha resistido y vencido.”[3]

¿Resistido y vencido? ¿No se les sigue exigiendo a los cubanos que resistan? ¿El hambre y los apagones son signos de victoria? La constante zozobra de si habrá pan o no para este o aquel mes, ¿es victoria? ¿Cómo puede hablar el autor de amor a los cubanos, en vista de la alarmante escalada de la violencia

Violencia que está, por cierto, estrechamente vinculada a la crisis material y política. La violencia callejera no es sino un pálido reflejo de la violencia institucional del régimen, para el que mantener el poder absoluto es más importante que el bienestar del país. El Estado no ha dejado de actuar como el amo de la plantación, que exigía la máxima resistencia de sus esclavos. Como en las plantaciones esclavistas, el nuevo amo —el Estado— espera y aún exige el agradecimiento y la lealtad absoluta de sus esclavos. Incluso que sean felices.

No debe extrañarse uno entonces de que los manifestantes que gritaron “¡Patria y Vida!” el 17 de marzo, al igual que los que gritaron el 11 de julio, hayan expresado en términos inequívocos que para ellos el hambre y los apagones son políticos

Para Díaz-Canel, ni los santiagueros, ni por extensión los orientales, o los cubanos en general, tenían en lo absoluto ninguna razón legítima para quejarse.

Desde los primeros días de 2024 hemos visto la repetición del libreto del Período Especial y del que antecedió las protestas del 11 de julio. El 5 de enero Díaz-Canel habló en el acto por el 65 aniversario de la PNR, donde afirmó que los policías “eran un ejemplo.” Raúl Castro también expresó que ellos eran los “legítimos continuadores de quienes emprendieron la sagrada misión de garantizar el orden interior, la tranquilidad ciudadana y la defensa de las conquistas de nuestra Revolución.”[4]

Todavía al día siguiente, el 6 de enero, Granma publicó un mensaje de Raúl a la PNR que sutilmente advertía que la institución represiva estaba lista para actuar: “El compromiso de ser la policía más humana, preparada y organizada se mantiene”[5] (énfasis mío). Lo sorprendente en este caso, y algo que seguramente pasó inadvertido para la casi totalidad de los lectores, fue el inequívoco escenario de guerra que se invocó, hasta el punto de mencionarse la posibilidad de que algunos policías pudieran caer en el “cumplimiento” del deber: 

Las calumnias y los planes del enemigo se estrellarán siempre contra el ejemplo, el sacrificio, la consagración y el respeto al pueblo ejercido por ustedes, consciente de que si alguien tiene que caer en su modesto y heroico trabajo de todos los días, lo hará con la misma dignidad de los que cayeron en Girón.”

Raúl Castro sabía, y tiene que saber, que no se producirá ninguna invasión estadounidense –al régimen le encantaría que se produjese–, de modo que la explícita comparación con Girón asume un escenario de guerra interna y total, en la que el enemigo serían los cubanos mismos. De ahí que se asuma que puede haber muertos. 

No se habla aquí de invasión, sino muy vaga y ambiguamente de “las calumnias” y “planes del enemigo”. Y uno tiene que preguntarse por qué y cómo esas “calumnias” podrían desembocar en una guerra. ¿Qué “planes” serían esos que llevarían al país a un baño de sangre? 

La violencia callejera no es sino un pálido reflejo de la violencia institucional del régimen.

No se trata de otra cosa, claro, sino del tan llevado y traído “golpe blando”. Mucho antes del 11 de julio, el régimen, que sabía ya que la narrativa en que se afincaba estaba en crisis, empezó a advertir que había planes desestabilizadores del enemigo, y que estos asumían las formas de guerra simbólica, de guerra cultural. Dicho de otra forma, de “golpe blando”.

Por supuesto, lo que el castrismo no ha podido explicar nunca es por qué el trabajo ideológico del enemigo es tan de temer, habida cuenta que ese ha sido precisamente el calce del régimen desde sus mismos inicios: la propaganda.

Hay que resaltar que lo que todo esto sugiere es que el Estado comprende que ya no puede ocultar por más tiempo su propia desestabilización, resultado de su ineficiencia, corrupción, y la más absoluta falta de interés por nada que no sea el mantenimiento del poder. 

Todo lo que está haciendo es desesperadamente intentar ganar tiempo. Eso explica la destitución de Alejandro Gil y las de otros “cuadros” menores. Pero es obvio que estas medidas no consiguen engañar, y por el contrario dan pie a más y nuevas sospechas. Por ejemplo, el pasado 15 de marzo, Cubadebate informó que el Comité Provincial del Partido de Ciego de Ávila había acordado “liberar” de sus funciones a Liván Izquierdo Alonso. “Lázaro el Profe”, un forista, comentó sarcásticamente: “Movamos a los cuadros, pero no se nos ocurra hablar de resultados, pues entonces en la próxima ANPP evaluaríamos al Presidente Miguel Díaz Canel Bermúdez. Si exijo valor a los demás entonces no me puede faltar a mí para decir lo que pienso” (énfasis mío). Otro forista, “Luis T”, preguntó si acaso en La Habana el cargo era “vitalicio.”[6]

Ante las últimas protestas, el régimen echó mano al libreto consabido. Culpó a la “injerencia” estadounidense, y hasta tuvo la desvergüenza de presentar una queja oficial. En esa queja que invocaba nada menos que la “decencia” y la “honestidad”, sugirió que la misión diplomática estadounidense no se estaba comportando “conforme a las normas de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas”. 

Sin embargo, no mencionó absolutamente ninguna acción de los Estados Unidos que demostrase la insinuación. Que se tratase solo de eso, de una insinuación, pone en evidencia que se trata de una falacia proveniente del mismo lado que presume de decente y de honesto. 

El supuesto “plan desestabilizador” que, según Cubadebate, “está a la vista de todos” es, otra vez, el de la información. O sea, el embargo –“guerra económica”– se sirve además de “una poderosa infraestructura tecnológica para explotar las redes digitales desde territorio estadounidense y con propósitos agresivos.” 

Raúl Castro sabía, y tiene que saber, que no se producirá ninguna invasión estadounidense.

De esta manera, se infiere que la supuesta propaganda norteamericana, o del exilio, ha probado ser más poderosa, efectiva y persuasiva que la del castrismo. Si es cierto que la mayor parte del pueblo lo apoya, ¿cómo se explica o, mejor, ¿cómo nos explican el miedo y la confesión de la derrota?[7]   

Raúl A. Capote citó a Díaz-Canel quien afirmó que “La comparsa de los infames quiso salir ayer a bailar con el dolor de los cubanos…  señores del caos se quedaron con las ganas”. Según Capote, esta vez “el golpe principal sería en Santiago, el lugar sagrado, la ciudad que guarda en su seno tanto honor y tanta gloria, la insurrectala rebelde, la patriota.”

No es casual que Canel etiquetara a los manifestantes de comparsa de infames, porque si algo tenemos que reconocerle es que nunca ha pretendido disimular su racismo. Para él, como para el discurso racista y clasista, la comparsa es lo callejero, lo vulgar, lo negro. Y por supuesto, estaba mirando hacia Oriente. Al igual que Capote, que tiene la desvergüenza de mencionar la rebeldía oriental al mismo tiempo que la descalifica. Hay que advertir que Capote repite exactamente el discurso con que se intentó deslegitimar las protestas del 11J:

“Desde las cómodas poltronas de sus casas, o escondidos detrás de las cámaras web de sus computadoras, bien lejos de las calles que querían ʻcalentarʼ, pretendieron sembrar el caos en nuestras ciudades y pueblos, valiéndose del descontento por los apagones y las carencias que provoca el bloqueo. Buscaban utilizar la calumnia y la mentira como misiles para ablandar las defensas y tomar por asalto ese bastión inexpugnable que es el alma de nuestra nación.”[8]


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El cinismo del régimen ha rebasado todos los niveles imaginables de su desprecio a los cubanos. Las únicas “defensas” que les interesa preservar son las del poder. El “alma de la nación” es el poder. De ahí su negativa a mirar –y menos aún a reconocer– la verdadera causa del descontento: el hambre y la miseria. Y esto lo “viven” los cubanos a diario. ¡Y sobre todo, sobre todo los orientales!

En lugar de afrontar las urgencias vitales de la población, el Estado prefiere dar la batalla en aras de preservar el poder, que es todo lo que le interesa. Por eso, otra vez como tras las protestas del 11J, Díaz-Canel se enfocó en la “comunicación”. Entiéndase, en la propaganda. 

El Presidente denunció “la articulación propagandística e incitadora de los enemigos de la Revolución, en su afán de generar un estallido social y la desestabilización del país, exacerbada ante el reclamo, el pasado domingo, de un grupo de ciudadanos en Santiago de Cuba y Bayamo.”[9]

No es casual que Canel etiquetara a los manifestantes de comparsa de infames, porque si algo tenemos que reconocerle es que nunca ha pretendido disimular su racismo.

Su preocupación es lo que amenaza la hegemonía del poder –un estallido social– y no el bienestar de los cubanos. Porque siempre puede culpar al bloqueo de todo: de los apagones, del hambre, de la falta de medicinas. Hasta de la falta de libertades políticas. Si la culpa la tiene el bloqueo, el régimen puede justificar entonces su ineficiencia, su propia corrupción. 

Pero, ¿cómo explica entonces la rapidez con que trató de calmar a los santiagueros, aun si solo con una miseria? Porque, tras las protestas, nos informa Diario de Cuba que el gobierno de Santiago “decidió vender una ridícula cantidad de arroz y azúcar, y algo de leche para los niños.”[10]

Este nuevo acto de demagogia, sin embargo, no engaña a los cubanos. Marxlenin Pérez Valdés (¡vaya nombrecito!), graduada de filosofía e historia de la Universidad de La Habana, y profesora titular de marxismo-leninismo, publicó un artículo en Cubadebate. Con una verborrea que quiere pasar por marxista, Pérez Valdés cita a Fidel Castro y sirve de vocera –como tantos otros– al mensaje del régimen que convoca todavía a más sacrificios: 

“La formación de un pueblo independiente y soberano, que se propone emanciparse por sí mismo de forma autosuficiente, tendrá también que ‘desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional’ para ‘defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio.’”[11]

El forista “Preocupado Colorado” replicó argumentando que los problemas actuales se deben no solo, pero sí mayormente, a la falta de empatía, porque muchas veces “luego de una queja, protesta o escándalo se resuelve al instante un problema etiquetado como ‘insoluble’, ‘a mediano plazo’, ‘imposible en estas condiciones’” (énfasis mío). Como esto ocurre una y otra vez, “acostumbra a las personas a emplear la fuerza (el escándalo, protesta, etc.) para lograr resolver cuestiones que son básicas y supuestamente garantizadas.”[12]

El forista “Bhm” expresó lo mismo: “Yo siempre digo ‘aquí para resolver, hay que tener dinero o formar bateo’ dónde quiera todo es pero y problema, nunca (nada) tiene una solución sencilla, todo el mundo te pone piedras en el camino […] ahora se meten con la persona equivocada, dice 5 malas palabras, forma tremendo escándalo y otras cosas más… Y enseguida le dicen que van a resolver su caso y todo aparece.”

Más ñángara que Lenin, la supuesta titular de marxismo-leninismo recibe de estos lectores una verdadera lección de marxismo, pues no es a los valores trascendentales y abstractos a los que hay que atender primero, sino a las condiciones mismas de la existencia. La forista “Lourdes” se dirigió a la titular pidiéndole que le comentara una cita de Federico Engels que, entre otras cosas, expresa: “Marx descubrió la ley del desarrollo de la historia humana: el hecho, tan sencillo, pero oculto bajo la maleza ideológica, de que el hombre necesita, en primer lugar, comer, beber, tener un techo y vestirse antes de poder hacer política, ciencia, arte, religión, etc.[13]

Al Estado totalitario no le interesa otra cosa que su propia sobrevivencia.

Las respuestas contundentes de estos lectores dejan al descubierto que al Estado totalitario no le interesa otra cosa que su propia sobrevivencia, y esto explica su constante apelación a los valores del espíritu, de la decencia, a la Patria, la Revolución, la Unidad, la bandera y al sacrificio; no a las necesidades reales de eso que en abstracto llaman “el pueblo”.

Por eso Díaz-Canel corrió a Santiago de Cuba. ¿A qué fue realmente? A lo mismo a lo que Gerardo Hernández fue a La Güinera tras las protestas del 11J. No a resolver los problemas, sino a tachar, a intentar negar la verdad de la protesta, del estallido social. “La Güinera se alzó este domingo”, se jactó Cubadebate el 18 de julio de 2021:[14]

“‘Alerta que se alzó La Güineraen apoyo a la Revolución, a Díaz-Canel y al Partido’, fue el mensaje que publicó este domingo en su perfil en Twitter el héroe cubano, Gerardo Hernández Nordelo, Coordinador Nacional de los Comité de Defensa de la Revolución, junto a fotos que testimonian el acto de reafirmación de los pobladores de la humilde barriada habanera con el proyecto social socialista.” 

Primero, con sus nombres propios, lo único que realmente importaba –Revolución, Díaz-Canel, el Partido–, y esto a pesar de que la actual membresía del Partido es una parte ínfima de la población. Al final, perdidos en el mazacote de la masa, sin nombres y en minúscula, los “pobladores” –que es como decir “los nativos” en el lenguaje colonial y racista– y la “humilde barriada habanera”. 

Está claro que para el régimen las vidas de esos “humildes pobladores” solo cuentan como apoyo, esto es como sostén, del régimen. Por eso el titular de Cubadebate resulta iluminador en su estupidez. En los alzamientos, nadie se alza poralgo; sino contra algo. Entonces lo que hace el titular es recordarles a los lectores –al mismo tiempo que lo negaba– que, en efecto, La Güinera se había alzado el 11 de julio, pero no para apoyar a la Revolución, ni a Díaz-Canel, ni al Partido, sino para gritarles “¡Patria y Vida!” Grito que volvió a resonar en Santiago de Cuba el 17 de marzo pasado.

Por supuesto, la dotación recibió al amo “al son de la conga” y “colmó a su presidente de cariño y lealtad”.

¿Y ahora qué vemos? El mismo Díaz-Canel que etiquetó las protestas de Santiago de Cuba como “comparsa de los infames”, regresa a la escena del crimen y Granma se desboca al estilo de Cubadebate: “Santiago de Cuba se tiró para la calle, pero con la Revolución y con Díaz-Canel”.

Volvemos a las mismas andadas. En ese titular triunfalista, el vocero del Partido Comunista les recuerda a los lectores –si es que alguien lo había olvidado– que el 17 de marzo los santiagueros se tiraron para la calle a los gritos de “¡Patria y Vida!”, “Oye, yo me erizo”, “No hay comida, no hay corriente”, “Pinga pal presidente”. 

Sí, la “indecencia” se tiró a las calles de Santiago a protestar contra la indecencia del hambre, de los apagones, del autoritarismo, de la indiferencia. Al día siguiente de esas protestas, un forista comentó en Cubadebate que acababa de regresar de Oriente: “Recién llegué de las provincias Orientales. El problema que enfrentan con la falta de electricidad es muy serio. Y se ha prolongado por mucho tiempo. La falta de electricidad trae daños colaterales en la conservación de alimentos. Debe buscarse la solución final.”[15]

El artículo de cabecera de Granma reafirma la mentalidad racista y de plantación esclavista de Canel, y del régimen. Por supuesto, la dotación recibió al amo “al son de la conga” y “colmó a su Presidente de cariño y lealtad”. En Songo la Maya, después de declarar demagógicamente “Por este pueblo vamos a dar hasta el último gramo de energía”, se enfocó como era de esperar en culpar al imperialismo. 

Sobre lo importante, lo crucial para las vidas de las personas, pasó por arriba, sin tocar fondo, como para no mancharse: “El Jefe de Estado conversó con los santiagueros sobre las actuales dificultades que se enfrentan, como los problemas con la electricidad y la distribución de la canasta familiar normada, pero también sobre todo lo que se está realizando para mitigar estas complejidades, cuya causa está en el arreciamiento del bloqueo estadounidense.”[16]

¿Conversó? No se reporta absolutamente nada que viniera de la boca de algún santiaguero. Lo que leemos es solo lo que él dice. Y lo que les dice no tiene que ver con lo que los asfixia día a día. 

¿Dificultades? Si Díaz-Canel cree que los santiagueros, e incluso la mayoría de los cubanos, solo tienen “dificultades”, entonces, ¿qué duda cabe del desprecio con que su blanquísima “espiritualidad” y “decencia” lo mantiene a distancia de la “comparsa de los infames” que no tienen pan, ni leche, y viven a oscuras? Su hipocresía, duplicidad y racismo se manifiestan en la contraposición comparsa/conga.

¿Qué pensaba realmente Díaz-Canel de la conga que supuestamente lo agasajó, cuando públicamente no encontró una metáfora mejor que la comparsa para expresar su desprecio y su odio por los negros? 

El 17 de marzo, en su intervención con motivo de las protestas en Santiago de Cuba, siguiendo el libreto del 11J, Cubadebate informó: “El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, comentó en la red social X que varias personas han expresado su inconformidad con la situación actual y advirtió que este contexto se está aprovechando por los enemigos de la Revolución con fines desestabilizadores, a raíz de acontecimientos ocurridos este domingo en un sector de la ciudad de Santiago de Cuba” (énfasis mío).

El régimen muestra su desprecio tanto por los palestinos como por los cubanos, puesto que usa a los primeros como martillo ideológico para manipular a los segundos.

Además de mentir desfachatadamente –¿varias personas?– le resta importancia tanto a las protestas como al cada vez más rápido deterioro del nivel y calidad de vida de los cubanos, al referirse a esto como la “situación actual”. Su manifiesta incapacidad para mirar de frente el dolor de los cubanos contrasta marcadamente con su habitual postura de librarse de su propia responsabilidad y culpar a Estados Unidos. Por eso la forista Marta Cazañas replicó: “¿Qué tienen que ver las campañas difamatorias del enemigo con que hoy 18 de marzo, aun no tenemos la canasta básica del mes? ¿Tendremos que esperar a abril para recibir la de marzo?”[17]

Cuando hace poco se convocaron manifestaciones en la Isla en solidaridad con los palestinos en Gaza, quedó ampliamente demostrado en qué consiste el juego sucio del régimen. Esas demostraciones no podían conseguir, ni consiguieron, claro está, absolutamente nada en la práctica. Los cubanos no tenían necesidad alguna de lanzarse a la callepor los palestinos –a los que no podían ayudar– cuando, por el contrario,  podían y debían hacerlo para protestar contra el hambre y los apagones. 

Esa es una solidaridad falsa. Y la causa del pueblo palestino, que ha estado ocupando más espacio en la prensa que la causa del pueblo cubano, no ha sido otra cosa que una cortina de humo encaminada a desviar la atención de los cubanos de su propia causa. De este modo, el régimen muestra su desprecio tanto por los palestinos como por los cubanos, puesto que usa a los primeros como martillo ideológico para manipular a los segundos, intentando escamotearles su propia realidad.


“La realidad de lo ocurrido no es posible esconderla”: La lección de las protestas de Santiago de Cuba

Una diferencia significativa entre las protestas de este año en Santiago de Cuba y las del 11J es la “abstención” del régimen a usar la fuerza para reprimir a los manifestantes. Hubo amagos de represión. Según Diario de Cuba, “para reprimir al pueblo las autoridades concentraron en la zona seis camiones repletos de tropas especiales, tres carros jaulas, 23 patrullas y unos 35 efectivos de la policía motorizada”. Igualmente, “estaban listos para ‘entrar en acción’ cientos de agentes de la Seguridad del Estado y las llamadas brigadas de respuesta rápida, armadas con cabillas, machetes y estacas de madera”. 

Esto quiere decir que rápidamente el Estado se aprestó a actuar como el 11J. Según también DDC, la represión no ocurrió “por la actitud de mujeres que, con sus hijos cargados o de la mano, hicieron un cordón humano para proteger a los jóvenes, los padres y los hombres presentes”. Pero también porque, desde una azotea, “Beatriz Johnson Urrutia, primera secretaria del Partido Comunista en la provincia, hacía señas a los militares para evitar la violencia, pues actuaban agresivos y maltrataban verbalmente al pueblo.”[18]

Intencionalmente negué que hubiese habido represión, porque lo que me interesa subrayar es que ahora no tenemos las imágenes de violencia estatal que sí tenemos del 11J. Puede argumentarse que las protestas en Santiago fueron pacíficas, pero muchos manifestantes gritaron insultos inequívocamente políticos. Además, para el régimen no existen, o no han existido nunca, manifestaciones pacíficas. Basta recordar lo que sucedió con la marcha convocada por Archipiélago.




Esta vez ocurrió algo inusual. A pesar de intentos de restarle importancia a las protestas, hasta donde sé no han sido atribuidas a “grupúsculos”. Cubadebate, por ejemplo, expresó que el 17 de marzo “la gente de Santiago, una ciudad del oriente de Cuba, salió a las calles para protestar por el aumento de los apagones y la escasez de alimentos que han estado experimentando” (énfasis mío).[19]

Al llamado de la embajada estadounidense en La Habana de respetar los “derechos humanos de los manifestantes”, el sitio oficial responde dándose golpes de pecho que “el gobierno cubano respondió de inmediato a las protestas” y que “Beatriz Johnson Urrutia, máxima autoridad de Santiago, junto a otras autoridades provinciales, salieron a las calles a dialogar con quienes habían participado en la protesta y escucharon sus inquietudes”.

Insisto en la importancia del reconocimiento oficial –aun si a regañadientes y de forma prejuiciada– de las protestas, por un lado. Y, por el otro, de una respuesta de la que el régimen no pudo jactarse el 11J. 

Es más, en el colmo del cinismo, y usando otra vez la situación en Gaza para sus propios fines propagandísticos y de manipulación, Cubadebate señaló un contraste entre la respuesta del gobierno cubano y “el ‘respeto a los derechos humanos de… manifestantes’ visto en Estados Unidos”. Según el sitio, en los últimos seis meses “cientos de miles de personas se han movilizado en ciudades y pueblos de todo el país para exigir un alto el fuego en Gaza, y los líderes nacionales y locales han reprimido, ignorado y ridiculizado a los manifestantes y sus demandas.”[20]

El régimen, como puede verlo una y otra vez, no podría existir sin Estados Unidos, ni sin el bloqueo. Estados Unidos es el espejo en que se mira siempre, ya sea para justificar la censura, la represión de las libertades, o su propia ineficiencia. Poco importa que, como ocurre a menudo, se trate de ejemplos tomados por los pelos, o distorsionados. El fin justifica los medios. Y ahora pretende que le den una palmadita en la espalda ¿por no haber reprimido –abiertamente, entiéndase– a los manifestantes en Santiago de Cuba? 

¿Y acaso no hemos visto al propio Díaz-Canel ridiculizar y ningunear a los manifestantes de Santiago de Cuba y sus demandas? Canel, y todos los medios del Estado que siguen doblegados ante el Poder, viviendo de sus mentiras y de espaldas a la población, no han ni intentado ocultar el desprecio que le merecen los cubanos. Particularmente, los orientales. 

Para el régimen no existen, o no han existido nunca, manifestaciones pacíficas.

El periódico Sierra Maestra, en cuyo logo la M de Maestra se eleva como símbolo montañoso, y Fidel Castro, de perfil, de cuerpo entero y solitario destaca su figura autoritaria de “Comandante en Jefe”, publicó un artículo que realza, quizá como ninguno de los que habían aparecido hasta ahora, el odio al negro que el canelismo no ha dejado de azuzar, aprovechando el inveterado racismo del cubano. 

El periódico en cuestión repite lo que ya cualquiera podía anticipar. Se le dice al lector que “no debería pecar de ingenuo y pensar que estos actos sucedieron de manera espontánea, que el pueblo al unísono –sin una manipulada convocatoria subversiva–, salió a las calles, un domingo (el mismo día de la semana que aquel 11 de julio).”

Básicamente, encontramos en esencia el mismo argumento que atribuye las protestas a la manipulación externa. Sin embargo, al mismo tiempo resaltan dos cuestiones que sí resultan novedosas proviniendo de una fuente del régimen. Mientras la autora se refiere indistintamente a “un grupo de personas” y lo repite,[21] por otra parte, sin quererlo obviamente, admite que “[todo] el pueblo al unísono” salió a protestar a las calles. Y, para rematar, esta protesta le recuerda las del 11 de julio (énfasis mío). 


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Esta asociación era absolutamente innecesaria porque, que en ambos casos ocurrieran un domingo, no era al cabo más que una coincidencia. Pero esto pone de relieve lo que la autora no dice explícitamente: a saber, que la masividad de las protestas del 17 de marzo le recordó la del 11J. 

Como recordará el lector, esta conexión la hicimos DDC y nosotros, pero ninguna fuente del régimen la había hecho. De manera explícita, aclaro. Porque tienen que haber pensado en el 11J, al igual que la periodista de Sierra Maestra.

El otro aspecto de este artículo en que considero importante detenernos es en ese desprecio por la depauperación material de los cubanos que, como veremos, queda abundantemente claro. Y, con esto, en lo que ya hemos insistido: el odio al negro. 

No se trata de cuestiones diferentes. Por el contrario, para el régimen, el negro es por extensión, el pueblo: los ancianos, los niños, los jóvenes, los trabajadores. Es por esto que, según García Tintoré, las personas protestaron porque estaban “en desacuerdo con la situación electroenergética y la distribución de la canasta básica”.

He aquí una prueba más que palpable de la insensibilidad de la periodista del régimen. Para ella, los apagones, la falta de pan, de leche, de arroz, no tienen importancia alguna. La gente no salió a protestar por la asfixia del hambre y la oscuridad, sino simplemente por estar en “desacuerdo”. 

Los cubanos empiezan a comprender que no serán tenidos en cuenta si no gritan, o protestan.

No debe sorprendernos entonces que la periodista deje traslucir lo que ya sabemos: que, para el régimen, quienes muestran ese “desacuerdo” son enemigos despreciables, “comparsa de infames”, al decir de Canel, y un “espectáculo denigrante” para la periodista. Y claro, denigrante es la llave de paso que abre el chorro del discurso racista: “fue denigrante el espectáculo de ver en primera fila reclamando a muchos de los que la Revolución protege con asistencia social y ayuda bajo el concepto de vulnerables; esos que en algunos casos venden hasta los módulos que les entregan gratuitamente, y se dan el lujo de ir a gritar y apoyar a aquellos que les pagaron tres kilos para buscar desestabilizar a la Cuna de la Revolución”.

Sabemos a quiénes tiene en mente la periodista. Y vemos, además, lo que no está nunca lejos de la retórica del régimen sobre los vulnerables: el desprecio. En el fondo, los perciben como enemigos. Enemigos, porque naturalmente son proclives a las protestas, a los reclamos. 

Ninguna de estas personas vilipendiadas por la periodista podría presentar una acusación por difamación contra ella en los tribunales. La imputación que les hace es absolutamente falsa. Ella lo sabe. Ellos también. Pero los vulnerables no pueden ser difamados en Cuba, porque ya tienen mala fama. García Tintoré tacha de “criminales” a las madres que salieron a reclamar leche con sus hijos. Y, en lugar de culpar al desabastecimiento, culpa a los revendedores. 

Le molestan las caras que “viven irritadas cuando el producto se demora, pues es una jugada perfecta que el Estado lo dé a precios módicos y sin disparar un chícharo, logren con su venta mucho dinero”. No dice lo que ya sabemos; que no se trata de una simple demora, sino de la falta de pan. 

Para añadir desvergüenza a la desvergüenza, ensalza entonces al régimen por “dar” un pan –¡que cada vez da menos!– y habla de “precios módicos” que solo existen en su alucinada cabeza racista. Todas esas gentes que protestan contra los apagones y el hambre “deberían bendecir a esta Revolución que ha sido demasiado benévola”, afirma con desparpajo.[22]

Solo hay una manera de enfrentar este cinismo, además de denunciándolo: con los hechos.[23]

Después del 11J, el Estado apretó, quizá como nunca antes, los goznes del terror. Las injustificables condenas carcelarias tenían como objetivo desalentar, en lo adelante, cualquier forma de resistencia y/o de protesta. Las protestas en Santiago de Cuba han demostrado que el hambre puede vencer al terror. Sabemos que el animal más indefenso puede ser peligroso si se lo arrincona.

Las protestas en Santiago de Cuba han demostrado que el hambre puede vencer al terror.

No es descartable que otras protestas de mayor amplitud puedan ocurrir. El Estado no puede ignorarlo. Hemos visto comentarios de cubanos que empiezan a comprender que no serán tenidos en cuenta si no gritan, o protestan. Es cierto que lo que repartieron en Santiago de Cuba tras las protestas fue una miseria; también, que sin estas no habrían repartido nada.

En un escenario de protestas masivas –y estoy pensando en una masividad mayor que la del 11J, y que además resista las presiones del régimen–, Díaz-Canel se vería abocado a dos opciones: o transige políticamente (en estos momentos no puedo vislumbrar qué sería ni cómo ocurriría esto) u opta por la represión total. 

En este caso, en que la represión se manifestaría abiertamente, el régimen arriesgaría a perder lo que le quede de “prestigio” internacional. Además, el ejército, la policía, las tropas especiales y los grupos paramilitares, tendrían en ese caso que mantener su adhesión total y por tanto abrazar el camino de la guerra total contra los propios cubanos. O por primera vez negarse a actuar contra los civiles. 

No es un hecho de menor importancia el hecho de que, a pesar de que sabemos que se han producido arrestos en Santiago de Cuba, no han sido reconocidos oficialmente por el régimen.[24] Hasta ahora al menos. 

Esto puede deberse a que, por un lado, pese a todo han tenido que admitir que las protestas fueron pacíficas. O, mejor, no han podido oficialmente agarrarse de nada para afirmar lo contrario. Por lo tanto, lo que demostraron los santiagueros por todos los cubanos es que, en primer lugar, el terror implantado no es tal que pueda coartar la resistencia. En segundo lugar, que el régimen, a pesar de sus irreprimibles deseos de usar la violencia, encontró un límite que no podría sobrepasar, sin poner en juego su propia existencia, su monopolio del poder.

El terror ha funcionado hasta ahora porque la paciencia de los cubanos –y el miedo, claro– han negociado sus intereses respectivos. Pero sospecho que esto no va a durar por mucho más tiempo. Además, pensándolo bien, sería tan fácil como cruzarse de brazos: huelga general. Así fue como cayó Machado. Y ya Díaz-Canel dejó chiquito a Machado. Y a Batista. Parece empeñado en lograr lo que no pudo Weyler. 

Granma pretende hacernos creer que “Santiago de Cuba se tiró para la calle, pero con la Revolución y con Díaz-Canel”. Y encabeza el artículo con el conocido verso de Manuel Navarro Luna: “Es Santiago de Cuba, ¡no os asombréis de nada!” 

Granma y el régimen que representa no deberían citar tan a la ligera la advertencia de Navarro Luna. Podrían terminarcorriendo en lugar de asombrados. Con las palabras no se juega. Ni ciertamente con Santiago de Cuba.




Notas:
[1] Eva Valdés Fernández escribió en Diario de Cuba que por su magnitud “esta puede haber sido la principal manifestación pacífica en Cuba desde las registradas el 11 de julio de 2021”. “¿Quién comenzó la protesta de Santiago de Cuba?” DDC, 18 de marzo de 2024, https://diariodecuba.com/cuba/1710799230_53576.html
[2] El día 16, o sea, el anterior a las protestas, el periódico Sierra Maestra que “[e]n los últimos meses el país ha tenido dificultades en la entrega de la Canasta Familiar Normada, aunque en la provincia al tener un puerto, a diferencia de otros territorios, se facilita la gestión y descarga de los buques”. Según esa información “en los primeros 10 días de marzo no se pudo cumplir con la entrega de pan a la población ni el del consumo social a centros de Salud y Educación, principalmente en el municipio cabecera”. Esto se debía a la falta de harina, pero cuando por fin llegó el producto los apagones no permitieron la estabilidad de la entrega. Tengan presente los lectores que, en primer lugar, se habla de afectaciones en general de la canasta básica, de meses –no sabemos cuántos, ni cuántos productos más– y que la falta de pan –¡del único pequeño y pésimo pan diario por persona– afecta particularmente a los niños, a los viejitos, y a las personas más necesitadas de asistencia social. Respecto a la canasta básica se expresa que “en los primeros 12 días de marzo no se pudo entregar el arroz correspondiente a este periodo”. ¿Y el café? ¿la sal?: “Se dio el café de diciembre y se concluye con el de febrero de acuerdo con los inventarios. En marzo no debe entregarse. La sal también tiene atraso, la correspondiente al trimestre diciembre-enero-febrero, ya está en el territorio y comienza su entrega”. “Detalles de la distribución de la Canasta Familiar Normada.” Sierra Maestra, 16 de marzo de 2024.
[3] Oscar Sánchez Serra. “Hay quien le teme a la felicidad”. Granma, 20 de marzo de 2024.
[4] Díaz-Canel a los combatientes de la Policía Nacional Revolucionaria: “Ustedes son un ejemplo”. Granma, 5 de enero de 2024. https://www.granma.cu/cuba/2024-01-05/felicita-presidente-de-cuba-a-la-policia-nacional-revolucionaria
[5] https://www.granma.cu/cuba/2024-01-06/el-compromiso-de-ser-la-policia-mas-humana-preparada-y-organizada-se-mantiene-06-01-2024-00-01-31
[6] “Eligen a nuevo primer secretario del Comité Provincial del Partido en Ciego de Ávila”. Cubadebate, 15 de marzo de 2024. http://www.cubadebate.cu/noticias/2024/03/15/eligen-a-nuevo-primer-secretario-del-comite-provincial-del-partido-en-ciego-de-avila/
[7] Ver: “Cancillería cubana convocó a encargado de Negocios de EEUU en protesta por conducta injerencista de su Gobierno”. Cubadebate, 18 de marzo de 2024. http://www.cubadebate.cu/noticias/2024/03/18/ministerio-de-relaciones-exteriores-de-cuba-convoco-encargado-de-negocios-de-eeuu-para-protestar-por-la-conducta-injerencista-de-su-gobierno/
[8] Raúl A. Capote. “Los señores del caos se quedaron con las ganas”. Granma, 19 de marzo de 2024. https://www.granma.cu/mundo/2024-03-19/los-senores-del-caos-se-quedaron-con-las-ganas-19-03-2024-01-03-17
[9] “La batalla por Cuba, en clave de comunicación”. Granma, 19 de marzo de 2024. https://www.granma.cu/cuba/2024-03-19/la-batalla-por-cuba-en-clave-de-comunicacion-19-03-2024-00-03-32
[10] “La solución del Gobierno para acallar las protestas en Santiago: tres libras de arroz y cuatro de azúcar”. DDC, 18 de marzo de 2024. https://diariodecuba.com/cuba/1710772170_53566.html
[11] Como los foristas no usan itálicas, las que aparezcan en las citas son mías para enfatizar.
[12] Este forista menciona, además, la suspensión y/o postergación de las asambleas de delegados: “Porque tres veces tras pasar la sesión de la ANPP se toman medidas muy radicales que no se discutieron en ella, que son impopulares y precisamente incumplen con el pacto social, como el decreto 99, que tras cobrarle todos los impuestos durante toda su vida laboral, incluyendo dis [sic] tipos de aportes a la seguridad social, les reduce las jubilaciones que les tomarían para ‘evitar un gasto excesivo’ aun cuando esas personas ya previamente contribuyeron a esa jubilación con su dinero. O muchos otros que alargarían este post. ¿Se aplican esos valores que proclamas a los que hacen esto?” Nótese el desafío de la pregunta con que concluye. 
[13] El forista “Luis” respondió a este comentario: “Desgraciadamente siempre ha sido al revés y se sigue poniendo la política y las palabras ante las necesidades primordiales de los hombres. Por un lado se promueven, con razón, la teoría materialista dialéctica y por otro lado se quiere basar todo en el idealismo”. Ver artículo y comentarios: MarxLenin Valdés. “Antes que todo está el pueblo”. Cubadebate, 20 de marzo de 2024. http://www.cubadebate.cu/opinion/2024/03/20/antes-que-todo-esta-el-pueblo/
Con este artículo ocurre algo curioso. Si se hace una búsqueda en el sitio de Cubadebate por el nombre de la autora, no aparece. Si se busca por fechas, tampoco. Solo se lo encuentra si se busca en Google, y para esto, por supuesto, hay que saber de su existencia. De lo contrario solo se dará con él al azar.
[14] “La Güinera se alzó este domingo”. Cubadebate, 18 de julio de 2021. http://www.cubadebate.cu/noticias/2021/07/18/la-guinera-se-alzo-este-domingo/
[15] “Termoeléctrica Antonio Guiteras lista para sincronizar con el SEN”. Cubadebate, 18 de marzo de 2024. http://www.cubadebate.cu/noticias/2024/03/18/termoelectrica-antonio-guiteras-lista-para-sincronizar-con-el-sen-esta-tarde/
[16] “Por este pueblo vamos a dar hasta el último gramo de energía”. Granma, 22 de marzo de 2024. https://www.granma.cu/cuba/2024-03-22/por-este-pueblo-vamos-a-dar-hasta-el-ultimo-gramo-de-energia-22-03-2024-02-03-08
[17] Ver: “Presidente cubano reitera disposición de atender reclamos de la población y denuncia campañas enemigas”. En el caso de las citas de los foristas, hemos corregido puntuación y ortografía. Cubadebate, 17 de marzo de 2024. http://www.cubadebate.cu/noticias/2024/03/17/presidente-cubano-reitera-disposicion-de-atender-reclamos-de-la-poblacion-y-denuncia-campanas-enemigas/comentarios/pagina-2/#comment_content
[18] ¿Quién comenzó la protesta de Santiago de Cuba? 
[19] Nótese el comentario taimado que intencionalmente aísla a Santiago de Oriente. Además del matiz racista y clasista en el uso de gente para referirse a los santiagueros.
[20] “Lo que los medios estadounidenses no te dicen sobre las protestas en Cuba”. Cubadebate, 19 de marzo de 2024. http://www.cubadebate.cu/especiales/2024/03/19/peoples-dispatch-lo-que-los-medios-estadounidenses-no-te-dicen-sobre-las-protestas-en-cuba/
[21] Mayté García Tintoré menciona primero al “grupo de personas en desacuerdo con la situación electroenergética y la distribución de la canasta básica” y luego, otra vez, que “un grupo de personas salieron a la calle…”
[22] Mayté García Tintoré. “Nadie puede arrebatarnos la paz”. Sierra Maestra, 23 de marzo de 2024. https://sierramaestra.cu/index.php/santiago/especiales/item/10209-nadie-puede-arrebatarnos-la-paz
[23] Ver nota 2 en este artículo.
[24] Ver: “Detenidos al menos seis cubanos que participaron en una protesta en Holguín”. Diario de Cuba, 23 de marzo de 2024. https://diariodecuba.com/derechos-humanos/1711193477_53686.html





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