Internet, derecho cultural: Estudiantes de arte frente a la exclusión digital en Cuba

En los últimos días, estudiantes de más de 25 facultades universitarias en Cuba han publicado pronunciamientos críticos contra las nuevas tarifas de Internet impuestas por Etecsa, la empresa estatal de telecomunicaciones. Estas medidas restringen aún más el acceso al servicio en un país donde ya era precario y han motivado llamados al paro académico, exigencias de revocación del tarifazo y denuncias de represión institucional.

Se trata de una de las movilizaciones estudiantiles más amplias, coordinadas y visibles que han tenido lugar en la Isla en décadas. Lejos de tratarse de una protesta sectorial, las demandas articuladas apuntan a un problema estructural: la exclusión digital como obstáculo directo para el ejercicio de derechos, entre ellos la educación, la libertad de expresión y los derechos culturales.



El ISA: arte, crítica y autonomía bajo ataque

Alumnos de la Universidad de las Artes —antiguo Instituto Superior de Arte (ISA)— se han sumado activamente a manifestar su descontento mediante comunicados públicos difundidos en redes sociales. Expresan un firme rechazo a los nuevos precios impuestos por el monopolio estatal de Etecsa, denunciando su impacto en la formación académica, la creación artística y el derecho a la información.

Por su perfil humanístico y creativo, el ISA ha sido históricamente uno de los espacios institucionales en Cuba donde han emergido discursos cuestionadores y expresiones disidentes; aunque siempre dentro de los estrechos márgenes tolerados por el aparato cultural del Estado, que no ha dudado en expulsar a los más críticos. Ahora, la participación de su estudiantado en esta incipiente articulación nacional resulta especialmente significativa al poner en el centro el vínculo entre arte, libertad de expresión y autonomía intelectual, tres dimensiones amenazadas una y otra vez por la lógica de control ideológico impuesta desde las estructuras oficiales.

En un contexto donde el acceso a Internet es limitado y costoso, estas restricciones no solo obstaculizan la educación, sino que socavan de manera directa los derechos culturales de los estudiantes. Imponer barreras al acceso digital significa anular la posibilidad de investigar, compartir, crear y participar activamente en los circuitos culturales contemporáneos, tanto dentro como fuera del país. La política tarifaria se convierte, así, en una herramienta de exclusión social y disciplinamiento simbólico.



Reacción de los estudiantes del ISA

Los estudiantes de la Facultad de Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual (Famca) firmaron una carta pública donde declaran que:

  • Las tarifas excluyen a la mayoría del estudiantado.
  • El acceso a Internet es indispensable para los procesos creativos y académicos.
  • Rechazan los intentos institucionales de deslegitimar su voz, tildándolos de “confundidos” o “manipulados”.
  • La declaración remarca el rechazo estudiantil a las “medidas de recorte establecidas impunemente y con total falta de transparencia” implementadas por Etecsa y apunta a reclamar la vulneración de “mecanismos de diálogo popular” históricos en Cuba.
  • Los alumnos han exigido respeto a su autonomía como estudiantes y artistas, y denunciaron que no se sienten representados por la dirigencia nacional de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU).


Comunicado de los estudiantes de Famca.


A estas expresiones de rechazo se sumó el comunicado de los estudiantes de la Facultad de Arte Teatral (FAT), aprobado democráticamente con el respaldo de más de 50 % de sus miembros y con el consentimiento de su presidente de la FEU, según ha trascendido.

En el texto, los estudiantes declaran su “inconformidad con las medidas implementadas por la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba” y denuncian que las acciones de Etecsa “contradicen su propósito de mejorar la calidad de vida de las personas”. Afirman que “priorizar a los estudiantes no es una solución loable” y rechazan la propuesta diferenciada como paliativo. Además, se solidarizan con otras facultades como Famca y piden el acompañamiento en sus demandas del claustro y de los egresados.



Comunicado de FAT (Facebook).


Los estudiantes de la Facultad de Música también declararon en una carta pública su “posicionamiento ante las nuevas medidas implementadas por Etecsa” desde el pasado 30 de mayo de 2025: “Los nuevos precios afectan no solo el consumo de internet en la vida académica del estudiantado, sino también el de las familias en general y de toda la ciudadanía. En este sentido, se trata de un fenómeno que profundiza las desigualdades sociales y económicas que ya enfrenta nuestro país”.

Además, propusieron a Etecsa:

revisar de manera inmediata el precio de los nuevos paquetes de navegación y restituir las condiciones de conectividad anteriores, que ya resultaban insuficientes en términos de calidad y costo. Consideramos fundamental que en la toma de decisiones se tengan en cuenta las condiciones reales del estudiantado y de la ciudadanía en general, así como el carácter de acceso universal que debe garantizarse en el acceso a la información, al conocimiento y a la cultura en una red nacional efectiva para el estudiantado y para toda la ciudadanía.



Comunicado de la Facultad de Música (Facebook).


En una carta abierta compartida en Facebook, un grupo de egresados del ISA también expresó su respaldo público y firme a los estudiantes universitarios, a quienes calificaron como una nueva generación rebelde y consciente, digna heredera de quienes en el pasado también alzaron la voz “al servicio de la justicia social, la libertad de pensamiento y la dignidad ciudadana”.

La misiva concluye: “Sepan que no están solas ni solos. Que dentro y fuera del país los seguimos. Latimos al ritmo de sus pasos y soñamos junto a ustedes una Cuba más justa, más libre, más digna”.



Acceder a Internet como un derecho humano fundamental

Los reclamos estudiantiles por la subida del precio de Internet encuentran respaldo en marcos internacionales. Por ejemplo, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) reconoce el acceso a Internet como un derecho fundamental para garantizar la libertad de expresión, el acceso a la información, la educación y la participación ciudadana.

Algunos principios clave que ha establecido la Unesco sobre el acceso a Internet son:

  • Acceso universal y asequible: sostiene que el acceso a Internet debe estar disponible para todos, sin importar su condición económica, ubicación geográfica o situación social. Promueve políticas públicas que reduzcan la brecha digital.
  • Libertad de expresión en línea: ha declarado que los mismos derechos que las personas tienen fuera de línea deben protegerse también en línea, incluyendo el derecho a buscar, recibir y difundir información.
  • Pluralismo y diversidad: aboga por una red que refleje la diversidad cultural y lingüística del mundo, sin censura estatal ni control arbitrario del contenido.
  • Privacidad y seguridad digital: defiende el derecho a la protección de los datos personales y a la seguridad de los usuarios en el entorno digital.
  • Educación y alfabetización mediática y digital: considera que el acceso a Internet es esencial para la educación de calidad y el desarrollo de competencias digitales críticas.

En su “Declaración sobre la Libertad de Internet” (2015), la Unesco afirma que “debe ser accesible, libre, segura y abierta para todos como una herramienta que refuerza los derechos humanos”.

En resumen, para esta organización restringir el acceso a Internet, o encarecerla de manera desproporcionada, constituye una barrera al ejercicio pleno de derechos humanos fundamentales; especialmente en contextos donde el acceso a información independiente es limitado por otros medios.

Otros organismos internacionales han emitido directrices y marcos normativos que también consideran el acceso a la red de redes como un componente esencial de los derechos humanos.

En 2016, el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas (ONU) adoptó la Resolución A/HRC/32/L.20, donde se “condena inequívocamente las medidas que intencionalmente previenen o interrumpen el acceso o la difusión de información en línea”.

En específico, se declara que “el acceso a Internet es indispensable para la realización de los derechos humanos, especialmente la libertad de expresión”.

Por su parte, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) – Relatoría Especial para la Libertad de Expresión, establece que “el acceso a Internet debe ser considerado un derecho habilitante, que permite ejercer otros derechos como:

  • libertad de expresión
  • participación democrática
  • acceso a la educación y la cultura

La Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) también destaca que la brecha digital profundiza la desigualdad. Esta entidad ha abogado por incluir el acceso a Internet en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente en el ODS 9: “Industria, innovación e infraestructura”.

En tanto, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), como organismo especializado de la ONU, promueve el acceso equitativo y asequible a las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación).

También la ONG Freedom House evalúa anualmente el grado de libertad en Internet en diferentes países y considera que la censura, la vigilancia excesiva y la exclusión digital son amenazas a los derechos humanos fundamentales. En su informe, “Freedom on the Net”, la organización advierte que “la libertad en Internet en Cuba está severamente restringida y el país está clasificado como ‘No libre’”.

En el mismo informe, Freedom House destaca que las políticas estatales en Cuba no solo vulneran los derechos de acceso a la información, sino también entorpecen el desarrollo académico, profesional y cultural de la población cubana. Además, se denuncia sobre “censura activa y vigilancia estatal, con bloqueos a medios independientes y represión legal”, “los apagones digitales y restricciones específicas, especialmente en escenarios de protesta”; así como los “altos costos y baja infraestructura, que limitan el acceso a gran parte de la población”.

Las nuevas medidas de Etecsa podrían agravar lo que ya ocurría en el país.



Intimidación y censura en el ISA para apagar la rebeldía estudiantil

A pesar de que los reclamos de los estudiantes son legítimos y buscan defender su derecho a la educación y a la libertad de expresión, imprescindibles para un ejercicio efectivo de sus derechos culturales, varios funcionarios gubernamentales o pertenecientes a la FEU han rechazado los reclamos estudiantiles.

En este contexto, medios de prensa alternativa a la controlada por el Partido Comunista de Cuba (PCC) han informado sobre represión institucional. Martí Noticias obtuvo el testimonio de un estudiante de Famca que participó en una manifestación de descontento:

Parece que el decano y el rector recibieron la noticia de que habíamos sido la primera facultad del ISA en pronunciarse en contra de lo de Etecsa. Ya otras universidades lo venían haciendo. Esto llevó a que a los estudiantes becados, a las 10 de la noche, se les sacara de sus cuartos y se les llevara a rectoría del ISA. Se hizo una reunión con ellos donde explicaron que estaban muy decepcionados de que hubiéramos sacado ese comunicado, que a dónde queríamos llegar, que nos iban a demandar por usar de manera ilegal el logo de nuestra Universidad en un comunicado que ellos no habían aprobado, ni emitido.

De acuerdo con el joven, en esa reunión las autoridades del centro de altos estudios “intentaron minimizar la situación al decirnos que lo estamos haciendo porque otras universidades lo estaban haciendo”, y que “cuando no había Internet también se hacía cine”. Asimismo, explicó que las autoridades del ISA designaron a representantes de la FEU en posición de autoridad al frente de las aulas, usándolos para replicar el discurso oficial y neutralizar el descontento del alumnado.

El medio independiente elTOQUE también publicó el testimonio de otra estudiante, cuyo relato coincide con lo expuesto anteriormente, además de denunciar que en el campus universitario había presencia de la policía política:



Publicación en redes sociales de elTOQUE.


No es la primera vez que estudiantes del ISA se manifiestan en contra de las políticas estatales y sufren represalias. El músico y poeta Abel Lescay aún estudiaba en la Universidad de las Artes cuando fue detenido arbitrariamente por protestar en julio de 2021.

Las autoridades no solo buscaron silenciar a Lescay, sino también intimidarlo para que se retractara de sus declaraciones públicas. Como otros artistas y manifestantes del estallido social conocido como “el 11J”, fue sometido durante su detención a tratos crueles, sin un debido proceso judicial.

El caso de Abel Lescay recibió atención internacional de organizaciones defensoras de los derechos humanos, que denunciaron la represión a los artistas cubanos. Amnistía Internacional y Human Rights Watch han documentado casos como suyo, exigiendo el cese de las persecuciones políticas y el respeto a la libertad de expresión en Cuba. Finalmente, el joven artista fue expulsado del ISA.



Abel Lescay. Imagen: Tomada de su perfil de Facebook.


Tras las protestas masivas de julio de 2021 y la represión desatada por el Estado cubano, estudiantes de Famca también se pronunciaron contra los actos políticos promovidos por el Gobierno para contrarrestar las manifestaciones, se opusieron a la incitación a la violencia y criticaron la campaña mediática oficial que se articuló para criminalizar a quienes alzaron la voz el 11J. En un comunicado publicado en redes sociales, con decenas de firmas, los alumnos se declararon a favor de la transparencia comunicativa y el derecho de los cubanos a expresarse y manifestarse pacíficamente.

“Los estudiantes de la Famca aspiramos a un país inclusivo, donde coexistan diversidad de signos políticos y credos, sin espacio a la represión ni discriminación por pensar diferente”, se añadió en el comunicado.

Además, alumnos y egresados del ISA participaron en la manifestación del 27 de noviembre de 2020 frente al Ministerio de Cultura, en La Habana, provocada por la detención arbitraria de un grupo de artistas y activistas que realizaban un plantón en la sede del Movimiento San Isidro. Los congregados frente al Ministerio exigieron el fin de la censura en el campo cultural y la sociedad en general, así como respeto a los derechos fundamentales de los cubanos.

Anteriormente, en octubre de 2009, un grupo de estudiantes de la Universidad de las Artes protagonizó una protesta en su campus, principalmente en la Facultad de Arte Teatral. Los jóvenes exigieron mejoras en la alimentación de la beca universitaria y libertad de expresión dentro del contexto académico.

Videos de ese día los muestran alzando la voz, portando pancartas y expresándose abiertamente frente a las autoridades educativas. El episodio dejó una huella en la memoria del ISA: generó solidaridad entre los egresados y reforzó la conexión histórica del instituto con formas tempranas de activismo y crítica dentro del contexto cubano.

La protesta de 2009 en el ISA marcó un momento clave: estudiantes que defendían sus derechos académicos y culturales enfrentaron riesgos reales por desafiar el statu quo en un momento en el que la penetración de Internet y la libre circulación de contenidos eran muy limitadas. La represión de la Seguridad del Estado alcanzó a profesores que acompañaron esas jornadas de rebeldía, desatándose una verdadera cacería marcada por el condicionamiento de la permanencia en la universidad a cambio de un silenciamiento colectivo que perdura hasta el presente.

Ahora, la movilización del ISA, esta vez motivada por un tarifazo que llevaría a muchos a una ínfima disponibilidad de Internet, vuelve como parte de una ola mayor de exigencias al Estado cubano por justicia, democracia e igualdad, en un contexto donde el acceso al conocimiento y la autonomía universitaria están nuevamente en juego.



Protestas contra el tarifazo de Etecsa amplifica demandas de libertad y derechos culturales

En conclusión, las recientes declaraciones estudiantiles en Cuba impulsadas por la imposición de exorbitantes precios para el Internet por Etecsa —insertada en una política estatal de dolarización— reflejan una creciente tensión entre las nuevas generaciones y un gobierno que sigue limitando la autonomía y el ejercicio de derechos fundamentales a los artistas, intelectuales y la ciudadanía en general. Los pronunciamientos críticos han puesto en evidencia la falta de un verdadero canal de diálogo y la persistencia de la represión institucional característica del sistema cubano, donde cualquier intento de cuestionamiento o disidencia es rápidamente desacreditado y silenciado.

La respuesta de las autoridades, que ha incluido amenazas, represalias en el contexto universitario y el uso de la FEU para frenar el descontento, subraya la vulnerabilidad de los espacios de pensamiento crítico; especialmente en instituciones como la Universidad de las Artes-ISA. Estos eventos también subrayan el papel crucial que juega el acceso a Internet no solo en la educación y la formación académica, sino como un medio fundamental para la libertad de expresión, en línea con los principios defendidos por organismos internacionales como la Unesco.

Reiteramos que el acceso a Internet es un pilar fundamental para el ejercicio de los derechos culturales, ya que permite a los individuos acceder a una amplia gama de recursos educativos, artísticos y culturales que de otro modo estarían fuera de su alcance sobre todo en contextos donde la censura y las restricciones a la libertad de expresión son predominantes. La capacidad de investigar, crear, compartir y participar en debates culturales globales es esencial para el desarrollo del pensamiento crítico y la creación artística; elementos vitales para desarrollar una sociedad plural y dinámica.

La defensa del acceso a Internet no es solo una demanda técnica; es una batalla por el derecho a pensar, crear y disentir en libertad. Los estudiantes cubanos han estado dispuestos a librarla, pero adversan a un poder autocrático que, desgastado en su capital simbólico y huérfano de concepto, entiende los peligros de una situación comunicacional eficiente en manos de cualquier segmento de la sociedad civil.






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