Los cambios que se presentan en los Estados Unidos de América no solo deben reflejarse en su política interna, sino también en la política exterior de una nación que siempre ha tenido una disposición activa para hacer notar su presencia en diversas partes del mundo.
El Partido Demócrata no solo ha ganado las elecciones presidenciales, sino también una presencia dominante en el Senado y en la Cámara de Representantes. Esto le asigna una gran responsabilidad a Joe Biden, quien debe compartir con otros países la lucha por la democracia. Especialmente aquellos países en los que, por mojigangas electorales, la voluntad popular no ha podido concretarse en cambios.
Hay temas como el respeto a los Derechos Humanos, y el derecho de asilo o refugio, que involucran responsabilidad internacional porque protegen valores esenciales del hombre, como son la vida, la integridad física y la libertad. Nadie saludaría más que yo un cambio a favor de la libertad en Cuba; de esta manera vería una conclusión para mi iniciativa de acoger a más de diez mil cubanos en la embajada del Perú, cuando era embajador en La Habana, y ayudar a que más de ciento veinte mil pudieran salir de la isla.
Mientras tanto, desde mi libro Diplomacia por la libertad: testimonio confidencial de un embajador (2017; Hypermedia, 2021), así como en publicaciones en otros medios, continúo esta lucha para que el beneficio de la libertad alcance a todos los cubanos.
Ha triunfado la democracia en USA, y eso es positivo. Pero una buena cantidad de estadounidenses, casi 74 millones, votaron por Trump, lo cual revela el nivel de desinformación de gran parte de una sociedad que sufre cuatro mil muertes diarias por coronavirus. Mucha gente se confunde con esto de las “fake news”. Twitter y Facebook han hecho bien en bloquear la cuenta de Trump.
Son privilegiados ahora quienes piensan distinto, tienen el valor de expresarlo, y son tolerantes con quienes los atacan. Ese es el resumen de nuestra lucha, la lucha de todos los que creemos que esta vida efímera sobre el planeta es una oportunidad, que no se repetirá, para construir un mundo mejor.
Los demás y nosotros ante la pandemia
La pandemia nos ha permitido comprobar una desconexión entre los científicos sociales, las políticas del gobierno, los medios de comunicación, el sector privado y la sociedad demandante de soluciones.