En el poderío de la desnudez no sólo existe esa sinceridad acogedora, sino también el hilo del deseo, la hebra recóndita de la que uno tiraría de forma distinta.
En el poderío de la desnudez no sólo existe esa sinceridad acogedora, sino también el hilo del deseo, la hebra recóndita de la que uno tiraría de forma distinta.