Etiqueta: Fidel Castro

Manuel Pereira y Gabriel García Márquez

Manuel Pereira

24 horas más tarde aterricé en La Habana y le entregué ese texto clandestino (no anunciado) a Carlos Rafael Rodríguez. Poco después Crónica de una muerte anunciada fue publicada simultáneamente en Colombia, en España, en México y en Argentina. Obviamente el Gabo había obtenido el imprimátur de Fidel Castro, como compete a toda alta autoridad eclesiástica o ideológica. La Edad Media casi en estado puro.

1965: el arte abstracto y el hombre nuevo - Ernesto Menéndez-Conde

1965: el arte abstracto y el hombre nuevo

El Grupo Espacio apenas es conocido dentro y fuera de Cuba. Los pocos documentos que se conservan de sus actividades y el hecho de que muy pocas de sus obras hayan llegado hasta el presente, son evidencias de que sus trayectorias fueron seriamente laceradas por la ofensiva del Estado contra comportamientos y modas juveniles.

Elena, la terrorista de Corazón azul - Lynn Cruz

Elena, la terrorista de Corazón azul

Quisiera leer el expediente que me tiene abierto la Seguridad del Estado para decirles que no saben nada de mí. Que mi nombre no es mi nombre. Que yo soy Elena, la de Corazón azul: el personaje más largo que he interpretado jamás. A veces quiero que todo termine, separarme de ella. Las fronteras mentales se desdibujan.

¡No Fidel, no ahora! Otra economía poética - Juliana Rabelo

¡No Fidel, no ahora! Otra economía poética

En un bodegón, una mujer se asoma desde la puerta y grita: “¡Se acabó el picadillo, caballero!”. Por suerte, quien esto escribe solo quería lentejas. El número seis de la cola no lo tomó tan bien: “¡Si Fidel estuviera vivo estas cosas no pasarían!”. Ahí mismo llegó mi primera tesis cuarentenal: Fidel es un progenitor de estoicos.

Esta no es la novela de la Revolución - Orlando Luis Pardo Lazo - Capítulo 7

Esta no es la novela de la Revolución

Capítulo 7
Así se le iba la vida en Cuba. Caminando a ciegas de una esquina a otra esquina de La Habana. Como un loco. Como poseído por un pánico de patria. Si Orlando Luis dejaba de moverse, pensaba Orlando Luis durante sus desquiciadas caminatas, Orlando Luis iba a caerse muerto sin llegar o salir nunca de casa.