“Mientras no haya espacio intelectual en Cuba para pensar y criticar libremente, sin tener que adherirse a principios preestablecidos, la filosofía ni podrá florecer ni jugar un papel en el cambio político”.
“Mientras no haya espacio intelectual en Cuba para pensar y criticar libremente, sin tener que adherirse a principios preestablecidos, la filosofía ni podrá florecer ni jugar un papel en el cambio político”.