Una Cuba cubierta de harapos pintorescos, poblada por sujetos serviles, desesperadamente xenófilos, humildes al borde de la miseria y siempre listos a gritar ‘¡Bienvenido, Míster Marshall!’
Una Cuba cubierta de harapos pintorescos, poblada por sujetos serviles, desesperadamente xenófilos, humildes al borde de la miseria y siempre listos a gritar ‘¡Bienvenido, Míster Marshall!’