El ojo curioso de Jenny Sánchez retrató eso que llamamos herida. Lo hizo sin vergüenza, sin pudor. Lo hizo sin esfuerzo, sin consecuencia. Y lo hizo bello.
El ojo curioso de Jenny Sánchez retrató eso que llamamos herida. Lo hizo sin vergüenza, sin pudor. Lo hizo sin esfuerzo, sin consecuencia. Y lo hizo bello.