Etiqueta: Sociedad cubana

Salomé García

Nadie escuchaba

Protestar en Cuba es privilegio de quienes lo hacen por las reducidas vías que el Estado pone a disposición de la ciudadanía (“dentro de la Revolución, todo”), y de quienes aceptan por unanimidad sus decretos (“contra la Revolución, nada”), aunque sean conscientes de que sus peticiones han sido ignoradas.

Carlos Lechuga

Mantener la fe

La población está bajita de sal. Sumando. Sacando cuentas. Viendo cómo va a sobrevivir. Agarro mi pizarra de corcho y, con tachuelas, me hago unos supuestos planes para este 2021. El cuerpo me está pidiendo apagar el interruptor CUBA. Olvidarme de todo, enajenarme, perderme. Agarrar el primer avión y partir bien lejos.

Janet Batet

Religare: ritos personales para el final de un año

En La Habana nos queda una casa: está en el Cementerio de Colón. En esa bóveda donde yacen no nuestros muertos sino todo nuestro imaginario. Hay un viaje de regreso pendiente, que ha de ser consumado desde ese principio iniciático que es el rito. Ese que, como arco de flecha en el tiempo, nos contiene y resume: el religare.

Carlos Lechuga

Errando el 17 de diciembre

Pienso en la gente que está luchando cada día por hacer este país mejor. Pienso en cómo la televisión se inventa cuentos y miente. Cómo les pone nombretes: terroristas, agentes de la CIA. Nombretes peligrosos que pueden acabar con la vida de cualquiera. La radio y la TV incitando a la violencia. La verdad es que lo único que hay es represión.

Alberto Garrandés

Monstrificación 4.0 en La Habana

En La Habana sobreviven los actos de repudio y se asiste a una resurrección de los poderes de la muerte civil. No hay desintegración en el polvo de las tumbas, ni huesos desperdigados, ni trozos de piel pegados a los ataúdes. Las formas de la muerte son ahora muchas, demasiadas, y el lenguaje apenas alcanza.

Martica Minipunto

Gramática del repudio

Una amiga me contó su diálogo con el chofer de una guagua. Él decía que había que cuidarse de los terroristas que rompían cristales de las tiendas; ella le preguntó su opinión sobre las tiendas en MLC. Cuando mi amiga se bajó en su parada, el chofer le gritó: “Si no te gusta, vete pa’ San Isidro”.