Cuando haces animación es como si como si fueras Dios moldeando cuerpos de arcilla, pero sin otorgarles almas. La voz es el alumbramiento. Es cuando te dices: “¡Está vivo, está vivo!”.
Cuando haces animación es como si como si fueras Dios moldeando cuerpos de arcilla, pero sin otorgarles almas. La voz es el alumbramiento. Es cuando te dices: “¡Está vivo, está vivo!”.