Llevo tiempo aliada a un movimiento feminista de los más enérgicos. Un movimiento latino con más de 100 000 adeptos en 20 países; seguidores en Canadá, Estados Unidos e Italia. Una avalancha de fieles liderada por una cubana, sí, una cubana. Ese es mi mayor orgullo.
Las cubanas somos tipas duras worldwide. No necesitamos ganar concursos de belleza latina, pa’ qué. Nada de eso legitima nuestra capacidad física o intelectual a nivel internacional. Nosotras, las mujeres cubanas, no montamos un espectáculo: somos el espectáculo.
El espectáculo de Cuba en la web no es Andy Vázquez, José Martí o Luis Manuel Otero. Ni héroes ni artistas hombres. No. Incluso referido al tema Girl Power, el performance de Las Tesis (Un violador en tu camino) ni siquiera es lo más paradigmático. Muy visceral lo del “violador eres tú”, más aún aquello de “el Estado opresor es un macho violador”. ¡Ave María, esa es mi parte favorita! Me estremece. Pero no participé del pronunciamiento tan simbólico del ISA.
Una tipa como yo. Tan feminista. Tan mujer. Tan cubana.
Es que soy devota a mi movimiento. A su ideología.
No traiciono a mi líder en olas de protestas aquí y allá porque mi líder, mujer y cubana, es y será la noticia de mayor impacto de esta Isla. La que mejor ha defendido el lugar de la mujer en la historia de la humanidad. No excluye a hombres, como otras feminazis. Su movimiento pertenece a mujeres y hombres por igual. Ahí somos hembras y machos 2 en 1. Por eso Paolo De Aguacate es miembro y ferviente seguidor como yo.
Somos reconocidos como PaoLess.