Manuel Rocha, ex embajador de Estados Unidos conocido por sus amplios servicios en América Latina, fue arrestado en Miami, Florida. Acusado de actuar secretamente como agente del gobierno de Cuba, la detención de Rocha es un acontecimiento crítico en una investigación de contraespionaje del FBI. Las acusaciones contra Rocha han suscitado serias dudas sobre la integridad y la seguridad de las operaciones diplomáticas, especialmente en lo que se refiere a las relaciones entre Estados Unidos y América Latina durante la Guerra Fría y posteriormente.
Trayectoria profesional
La carrera diplomática de Rocha fue tan ilustre como polémica. Nacido en Colombia y criado en el seno de una familia de clase trabajadora en la ciudad de Nueva York, realizó un impresionante recorrido académico por las universidades de Yale, Harvard y Georgetown, e ingresó en el servicio exterior en 1981. Sus destinos abarcaron numerosos países latinoamericanos, reflejo de una época en la que la política exterior estadounidense en la región era muy activa y a menudo controvertida.
Un mandato controvertido en Bolivia
El cargo más notable y controvertido de Rocha fue el de embajador de Estados Unidos en Bolivia. Durante su mandato, intervino abiertamente en las elecciones presidenciales bolivianas de 2002, lanzando una dura advertencia contra la elección de Evo Morales, un antiguo cultivador de coca. Esta declaración, considerada por muchos como un intento de mantener el dominio estadounidense en la región, resultó contraproducente y, en su lugar, reforzó la popularidad de Morales, que fue elegido presidente tres años después.
Acusaciones de espionaje
Las acusaciones contra Rocha son graves. Operar como agente extranjero sin el debido registro viola la ley estadounidense, y hacerlo para un gobierno como el de Cuba, con sus complejas relaciones históricas con Estados Unidos, añade más gravedad a los cargos. Esta detención, según fuentes anónimas debido a la investigación en curso, podría revelar intrincados detalles sobre la naturaleza del espionaje en la era posterior a la Guerra Fría, especialmente en el contexto de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba.
Reacciones
La detención ha suscitado una gran atención. El representante Carlos A. Giménez, ha pedido sanciones inmediatas contra Cuba y una investigación exhaustiva.
Por su parte, la periodista Fabiola Chambi citaba a propósito a Evo Morales:
“‘Gracias señor embajador, usted fue el mejor jefe de campaña que tuve hasta ahora en mi carrera política’. Declaraciones de Evo Morales en junio de 2002”.
Y luego añadía: “Hoy, tras una larga investigación de contrainteligencia, Manuel Rocha, exembajador de EEUU en Bolivia, fue arrestado en Miami, acusado de servir secretamente al gobierno de Cuba. Evo sabía. Ahora todo tiene sentido”.
Incursiones posdiplomáticas
Tras su jubilación del Departamento de Estado, Rocha emprendió una carrera empresarial. Llegó a ser presidente de una mina de oro en la República Dominicana —país del que adoptó la ciudadanía—, propiedad en parte de la canadiense Barrick Gold, y ocupó altos cargos en varias otras empresas. Estos cargos indican la influencia y las conexiones continuas de Rocha después de su carrera diplomática.
La detención de Rocha y las consiguientes acusaciones deben considerarse en el contexto más amplio de la política exterior estadounidense. El resultado de este caso podría tener implicaciones de gran alcance para las prácticas diplomáticas, las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, y el escrutinio en curso de los grupos de presión extranjeros dentro de Estados Unidos.
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