Mipymes en Cuba: ¿Qué dicen los expertos?

Desde enero de 1959, el modelo económico de Cuba ha estado caracterizado por un fuerte énfasis en la propiedad estatal y la planificación centralizada. Las crisis económicas de los 1990 y las actuales del siglo XXI han forzado a las autoridades cubanas a aplicar ajustes y relativas aperturas en los últimos años.

La que más impacto ha tenido recientemente es la aprobación de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (mipymes). Si bien estas desde su surgimiento han sido bastante polémicas, recibiendo críticas desde ambos lados del espectro político cubano, es cierto que su simple existencia es un paso importante en la normalización de la propiedad privada en Cuba. 

El objetivo de esta columna no es hacer una disertación teórica sobre las mipymes; tampoco, emitir un juicio político sobre estas. Hemos querido traer el criterio especializado sobre este tema de tres de los economistas cubanos más prestigiosos y con más visibilidad en los últimos años: Pedro Monreal, Pavel Vidal y Juan Triana Cordoví.


Pedro Monreal

Pedro Monreal es conocido por sus profundos y acertados análisis sobre la economía cubana. Frecuentemente, en su perfil de X (Twitter), ha expresado una serie de opiniones sobre diversos temas económicos. Monreal ha destacado la importancia del desarrollo de las pymes en Cuba como elementos clave para la diversificación económica y el fomento de la creatividad empresarial, especialmente en el contexto de las reformas económicas que el país ha experimentado en los últimos años.

Asimismo, ha abogado por la necesidad de crear un entorno más propicio para su desarrollo, reconociendo su potencial para impulsar el crecimiento económico, generar empleo y estimular la innovación en diversos sectores. También ha enfatizado la importancia de políticas que faciliten el acceso al financiamiento, fomenten la capacitación empresarial y reduzcan las barreras burocráticas para estas empresas.

Además, ha señalado los desafíos específicos que estas enfrentan en un contexto como el cubano, donde predominan las estructuras estatales en la economía. Reconoce que se requieren cambios significativos en las regulaciones y la mentalidad empresarial para generar un mayor dinamismo en el sector de las pymes en el país.

Las opiniones y análisis de Pedro Monreal sobre las pymes cubanas se basan en su experiencia y conocimiento detallado de la economía cubana, y reflejan un enfoque crítico y propositivo sobre cómo impulsar el desarrollo empresarial en el país.

Un ejemplo muy representativo de esto último es un post del 27 de junio de 2023, donde expresa algunas observaciones sobre el estado de las mipymes en Cuba en ese momento. Monreal afirma que la razón principal de la discrepancia entre la estructura de escala de mipymes de Cuba y la de otros países es la diferencia en la concepción de “microempresa”. En otras naciones se refiere al segmento de “sobrevivencia”, pero en Cuba no se plantea oficialmente esa función.

En la Isla, la “micro” empresa no predomina ampliamente, sino que es minoritaria (22%) en comparación con la “pequeña” (50,5%) y la “mediana” (27,5%). Las prioridades oficiales para las mipymes en Cuba fueron la transformación productiva, las exportaciones y el aumento de la satisfacción de la población. Pero los resultados son distintos: poco más de un tercio opera en la producción, casi no exportan y venden a precios elevados. 


Pavel Vidal

Pavel Vidal, como profesor y economista, ha contribuido grandemente con sus análisis sobre la economía cubana. Por lo general, su trabajo incluye temas como las reformas económicas, la política fiscal, la situación financiera y las relaciones internacionales de Cuba. 

En uno de sus más recientes artículos en elToque, en julio de 2023, este responde algunas interrogantes sobre la asociación entre la inflación de la economía cubana y las mipymes. Casi desde su surgimiento, las mipymes han cargado —con más o menos razón— con la culpa de aumentar la depreciación del peso cubano, o lo que es lo mismo, aumentar la inflación. 

A esto, Vidal dice en su análisis que mientras los precios internos crezcan (inflación) a un ritmo más alto que la tasa de cambio en el mercado informal (depreciación), el incentivo para las mipymes es inundar el mercado doméstico de bienes importados en vez de producir, exportar y sustituir importaciones.

Por tanto, el precio al que venden los productos en pesos crece más rápido que lo que les cuesta importarlo al valor de las divisas. La inflación permite a las mipymes obtener ingresos en pesos en el mercado doméstico con los cuales luego compran las divisas “a cualquier precio”, inflando el valor del dólar.

A la pregunta de ¿cómo romper este ciclo visioso?, Vidal aconseja atender las causas raíz de la inflación. Señala, además, que si bien en ocasiones las autoridades cubanas han reconocido los orígenes de la inflación, luego los propios dirigentes hacen comentarios contradictorios. Así, lejos de fomentar la inversión en la tranformación económica del país, alejan las posibilidades con empresarios cubanos y extranjeros. 


Juan Triana Cordoví

Triana Cordoví es un prestigioso profesor y economista reconocido por sus investigaciones en temas económicos y laborales en Cuba. A diferencia de Monreal y Pavel, aún vive en Cuba.

Una de las mayores críticas a las mipymes cubanas es el hecho que, mayoritariamente, se dedican a importar productos manufacturados para la venta en el país y, en menor medida, a producir bienes. En un artículo de junio de 2023, Triana, trata este tema. 

Este economista ofrece algunos datos interesantes sobre el sector no estatal de la economía, o lo que es lo mismo, el sector privado: representa alrededor del 15 % del PIB; concentra el 35 % del total de empleados y emplea más trabajadores (1,6 millones) que el sector empresarial estatal (1,3 millones); las pymes han generado alrededor de 250 000 empleos directos en los dos años desde su aprobación; hasta el 9 de mayo de este año existían en total 8 012, de las cuales, 7 842 son privadas, 105 estatales y 65 cooperativas no agropecuarias; el sector ha generado 4 788 500 dólares de exportación y 270 294 100 en importaciones, cuyo 61 % (164,8 millones) pertenecen a las mipymes.

Por otra parte, Triana presenta algunas interrogantes para los tomadores de decisiones, si se desea que las pymes “produzcan y exporten”: 

“¿No es posible una política tributaria más proactiva hacia aquellas pymes que producen y/o exportan? ¿Acaso no es posible construir un régimen fiscal parecido al que existe en el Mariel para aquellas que tomen ese riesgo? ¿Por qué no modificar los regímenes arancelarios para ciertos productos que son ‘insumos’ imprescindibles en producciones específicas de interés para el país y para la importación de ciertos equipos que también contribuyen a producir bienes finales? ¿Por qué no modificar el impuesto sobre utilidades, ese del 35 %, a aquellas pymes que desarrollen y produzcan bienes e introducir exenciones a aquellas que produzcan alimentos? ¿Por qué seguir posponiendo el procedimiento para la creación de negocios entre el capital extranjero y las mipymes? ¿Por qué no descentralizar la aprobación de proyectos menores a un determinado monto en dólares hacia los gobiernos locales?

Triana, además, está convencido de que existe la intención de convertir a las pymes en el “enemigo del pueblo” y en la negación de los valores del socialismo. Es evidente la intención de usarlas como chivo expiatorio del fracaso del programa de ordenamiento monetario, las causantes de la inflación, de la desigualdad y de la pobreza; fenómenos todos que ya existían antes de su surgimiento. 

A modo de conclusiones, podemos asegurar que las opiniones de los economistas cubanos sobre las mipymes varían considerablemente. Algunos ven a estas empresas como elementos clave para la diversificación y el crecimiento económico, así como potenciales generadores de empleo y riqueza.

Otros expresan preocupaciones sobre la competencia y su impacto en el sector estatal, así como sobre la distribución equitativa de los recursos y las oportunidades. Esto se debe a la variedad de perspectivas que reflejan, influidas por factores como la ideología económica, la experiencia práctica y el análisis de la realidad económica del país.




* Artículo firmado por persona protegida y publicado en colaboración con el Food Monitor Program.









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