En enero de 2021, durante sus últimos días como presidente Donald Trump revocó una decisión anterior de la administración Obama y añadió a Cuba a la lista de “Estados patrocinadores del terrorismo”, relata Ryan Grim, de The Intercept. Por su parte, la administración Biden, al tomar posesión, informó al Congreso de su intención de reevaluar esta designación, un proceso que legalmente requiere un periodo de revisión de seis meses.
Sin embargo, en una reciente sesión informativa confidencial ante el Congreso, el funcionario del Departamento de Estado, Eric Jacobstein, reveló que el departamento aún no había iniciado esta revisión, una declaración que sorprendió a muchos de los presentes, entre ellos el representante demócrata Jim McGovern.
Este retraso indicaba que la eliminación de Cuba de la lista no podría considerarse hasta al menos mediados de 2024.
McGovern, que había preguntado por el estado de la revisión, se sorprendió al saber que no había comenzado. Tenía la impresión, al igual que otros, de que la revisión estaba en curso. Jacobstein sugirió que podría haberse tratado de un malentendido relacionado con otra revisión de la política de sanciones. La noticia provocó una gran frustración entre los congresistas, como describió un asistente demócrata que prefirió permanecer en el anonimato.
Vedant Patel, portavoz del Departamento de Estado, declinó comentar los detalles específicos de la reunión a puerta cerrada en el Congreso y no confirmó si había una revisión en curso. La administración Trump había justificado volver a incluir a Cuba en la lista de patrocinadores del terrorismo, citando su acogida a miembros de las FARC y el ELN, grupos terroristas reconocidos por EE.UU. El presidente colombiano, Gustavo Petro, junto al secretario de Estado, Antony Blinken, criticaron esta decisión, destacando que la acogida de estos grupos formaba parte de una iniciativa de paz facilitada por EE.UU.
Blinken, en una declaración pública, hizo hincapié en que cualquier decisión relativa al estatus de Cuba se basaría en criterios jurídicos estrictos. Reiteró esta postura en una audiencia celebrada en marzo de 2023, señalando que Cuba aún no había cumplido los requisitos para ser retirada de la lista de países terroristas. Esta designación ha afectado significativamente a las capacidades comerciales internacionales de Cuba, deteriorando aún más su economía. La estricta postura de Estados Unidos hacia Cuba, considera Ryan Grim, ha coincidido con un repunte de la emigración cubana a Estados Unidos, con cifras récord en los años fiscales 2022 y 2023. En lugar de abordar las causas profundas en Cuba, la administración Biden ha mostrado recientemente una tendencia a apoyar las políticas fronterizas respaldadas por los republicanos.
Además, las esperanzas de un cambio en la política hacia Cuba surgieron a raíz de un incidente antes de un discurso sobre el Estado de la Unión, en el que se escuchó a Biden decirle al senador Bob Menéndez que tenían que hablar de Cuba. Sin embargo, no se ha vuelto a hablar del asunto, especialmente, insiste Grim, después de que Menéndez fuera acusado como presunto activo de inteligencia de Egipto.
Cáritas Internacional: “Cuba se enfrenta al colapso económico y a una crisis humanitaria”
“La población sufre una dramática espiral descendente. La promesa socialista de alimentos, salud y educación ya no se cumple”.