Estados Unidos retira a Cuba de la lista de países que “no cooperan plenamente” en la lucha contra el terrorismo

En una importante medida política, la administración Biden ha retirado a la isla de la lista anual del Departamento de Estado de Estados Unidos de países que “no cooperan plenamente” en la lucha antiterrorista. Esta decisión fue confirmada mediante una certificación enviada el miércoles al Congreso por el secretario de Estado, Antony Blinken.

La certificación señalaba un cambio en las circunstancias relativas a la cooperación de Cuba de 2022 a 2023. Un portavoz del Departamento de Estado destacó que la anterior certificación de Cuba estuvo influida por su negativa a colaborar con Colombia en las solicitudes de extradición de miembros de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) que se encontraban en La Habana para mantener conversaciones de paz. Sin embargo, esta situación evolucionó cuando el presidente colombiano, Gustavo Petro, ordenó la suspensión de las órdenes de captura contra 17 comandantes del ELN en agosto de 2022.

“Además, Estados Unidos y Cuba reanudaron la cooperación en materia de aplicación de la ley en 2023, incluso en la lucha contra el terrorismo”, añadió el portavoz. En consecuencia, el Departamento de Estado consideró inapropiada la continuación de la certificación de Cuba como “país que no coopera plenamente”.

Para 2023, los países certificados como “no plenamente cooperantes” son Corea del Norte, Irán, Siria y Venezuela.

A pesar de esta eliminación, Cuba permanece en la lista separada y más crítica del Departamento de Estado de países patrocinadores del terrorismo, una designación reinstaurada por la administración Trump en 2021. El Departamento de Estado enfatizó que los criterios para rescindir esta designación son distintos y establecidos por el Congreso.

El marco legal para la certificación anual de países no cooperantes tiene su origen en una enmienda a la Ley de Control de Exportación de Armas de Estados Unidos de 1996. Esta sección faculta al secretario de Estado para identificar a los países que no cooperan adecuadamente con los esfuerzos antiterroristas de Estados Unidos, prohibiendo la venta o concesión de licencias de equipos y servicios de defensa a los mismos.

El impacto práctico de la eliminación de Cuba de esta lista es mínimo, dado el embargo de Estados Unidos sobre la venta de armas a Cuba. Sin embargo, esta medida supone un cambio en el enfoque de Estados Unidos hacia la isla en medio de las continuas tensiones diplomáticas. El gobierno cubano ha indicado que no tomará medidas para mejorar las relaciones con Estados Unidos, como la liberación de presos políticos, a menos que la administración Biden retire a Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo.

En una reciente entrevista publicada por Granma, el periódico oficial del Partido Comunista, el líder cubano Miguel Díaz-Canel reiteró esta postura, haciendo hincapié en que la eliminación del bloqueo de Estados Unidos es un derecho del pueblo cubano, no un favor.

Las reacciones de Miami, donde reside una importante comunidad cubanoamericana, no se hicieron esperar. La representante María Elvira Salazar, presidenta de la Subcomisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes para Asuntos del Hemisferio Occidental, condenó la medida, sugiriendo que allana el camino para la posible retirada de Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo. El senador Marco Rubio se hizo eco de estos sentimientos, afirmando que Cuba sigue apoyando a organizaciones terroristas y dando cobijo a fugitivos.

El representante Carlos Giménez también expresó su oposición, citando el apoyo de Cuba a grupos como Hamás y Hezbolá y sus alianzas con Rusia, Venezuela y Nicaragua.

El debate sobre la designación de Cuba sigue reflejando tensiones geopolíticas más amplias y diferentes perspectivas sobre la mejor manera de relacionarse con el país insular. 





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