Jim Wyss y Scott Squires: “Rusia envía a Cuba el primer petróleo en un año para aliviar los apagones y los disturbios”

Mientras Cuba se enfrenta a sus mayores problemas económicos en décadas, la llegada esta semana de un petrolero ruso al puerto de Matanzas, al este de La Habana, señala un momento crítico de apoyo. El cargamento, que transporta 715.000 barriles de crudo, supone la primera entrega de petróleo de Rusia a Cuba en un año y ofrece un respiro temporal a los apagones y la escasez de alimentos que asolan la isla. Estas penurias han provocado migraciones masivas y espoleado las mayores protestas callejeras desde 2021 a principios de este mes.

Jim Wyss y Scott Squires, que informan para Bloomberg, destacan la expectación que rodea a esta entrega. Los funcionarios cubanos lo ven como un paso vital para mitigar el malestar alimentado por una extrema necesidad de recursos básicos. El bache económico que atraviesa Cuba, descrito como el peor desde la caída de la Unión Soviética, ha reavivado la dependencia del país del apoyo del Kremlin, reminiscencia de la pasada alianza durante la era soviética.

Analistas económicos, entre ellos el economista cubano afincado en Miami, Omar Everleny Pérez, subrayan la urgencia de recibir de Rusia no sólo combustible, sino también trigo y fertilizantes para paliar la acuciante escasez. A pesar de la buena voluntad política entre Rusia y Cuba, señala Pérez, “en la práctica aún no estamos viendo los beneficios en la calle.”

La disolución de la Unión Soviética en 1991 desencadenó una grave crisis económica en Cuba, conocida como “período especial”. Hoy, la isla se enfrenta a lo que algunos consideran una segunda iteración de esta crisis, a medida que la inflación aumenta, la economía se tambalea y el hambre se extiende entre la población. La petición del gobierno a las Naciones Unidas de leche en polvo para alimentar a los niños subraya la gravedad de la situación, lo que indica una ruptura significativa de la red de seguridad social de Cuba.

En medio de estos desafíos, la dinámica internacional desempeña un papel crucial. El embargo comercial de Estados Unidos, vigente desde la revolución de 1959, sigue siendo un tema polémico. Los llamamientos de Brasil, la Comunidad del Caribe y otros aliados regionales para que Washington suavice las sanciones se han intensificado, especialmente en un año electoral en el que se habla de un cambio de régimen en La Habana.

El envío de petróleo desde Rusia, facilitado por un barco con bandera de Gabón propiedad de la empresa rusa Sovcomflot PJSC, se considera un paso fundamental para apoyar a las refinerías de La Habana y hacer frente a la escasez de combustible que ha exacerbado los apagones en toda la isla. Jorge Piñón, investigador del Instituto de Energía de la Universidad de Texas, prevé que el petróleo ruso seguirá llegando mensualmente, lo que es crucial para mantener operativa la refinería de La Habana.

Esta evolución se produce mientras otros aliados de Cuba, como Venezuela, reducen su apoyo y México se enfrenta a presiones internas por sus donaciones de combustible a la isla. Mientras tanto, el comercio y el turismo entre Rusia y Cuba están floreciendo, con importantes inversiones rusas y un aumento de visitantes rusos a la isla.

También destacan los esfuerzos internacionales para ayudar a Cuba, con Brasil y Emiratos Árabes Unidos contribuyendo con suministros esenciales de alimentos. A pesar de estos gestos, los llamamientos a Estados Unidos para que flexibilice las restricciones a Cuba aún no han visto resultados tangibles.

Mientras Cuba afronta estos retos, el presidente Miguel Díaz-Canel culpa a Estados Unidos de agravar la situación mediante la “persecución energética” y las restricciones a las transacciones financieras. Sobre el terreno, cubanos como Juan González, de Santiago de Cuba, expresan las dificultades a las que se enfrentan a diario, haciendo hincapié en la lucha por cubrir las necesidades básicas y manteniendo al mismo tiempo la determinación de seguir adelante.

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