La doble vida de Víctor Manuel Rocha

El caso de Víctor Manuel Rocha, ex diplomático estadounidense acusado de espiar para Cuba, ha conmocionado a la comunidad de inteligencia y ha planteado cuestiones críticas sobre la seguridad nacional y la vulnerabilidad del aparato de política exterior de Estados Unidos.

Rocha, que en su día fue un estimado miembro del cuerpo diplomático, era conocido por sus eruditas, aunque notablemente conservadoras, posturas en asuntos políticos, especialmente en relación con América Latina. Su discreto encanto y profesionalidad ocultaban un arraigado resentimiento hacia el establishment estadounidense, que supuestamente le llevó a los brazos de la inteligencia cubana, sostiene Robert Tait, en un artículo publicado en The Guardian.

La sorprendente revelación de la traición de Rocha salió a la luz esta semana, cuando la fiscalía estadounidense de Miami acusó a este hombre de 73 años de múltiples cargos de espionaje. El fiscal general de EE.UU., Merrick Garland, acusó a Rocha de servir como agente cubano durante más de cuatro décadas, periodo en el que ocupó cargos muy delicados dentro del gobierno de EE.UU., como embajador en Bolivia y jefe adjunto de la sección de intereses de EE.UU. en La Habana.

Al parecer, la actividad de Rocha como agente secreto comenzó antes de su ingreso en el Departamento de Estado en 1981 y se prolongó más allá de su carrera diplomática oficial, que finalizó en 2002. La amplitud y profundidad de su presunto espionaje han hecho que la comunidad de inteligencia estadounidense se esfuerce por evaluar los posibles daños, sobre todo teniendo en cuenta su acceso a información y personal críticos.

Las implicaciones de las acciones de Rocha son especialmente graves si se tienen en cuenta sus funciones en La Habana y Washington. Su puesto en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, que incluía una cartera sobre Cuba, y su estancia en La Habana durante un período de gran tensión entre Estados Unidos y Cuba bajo la administración Clinton, subrayan la gravedad de la brecha de seguridad.

La investigación encubierta del FBI, que culminó con la acusación de Rocha, reveló a un hombre muy alejado de su imagen pública. Se jactaba de su profunda cobertura, refiriéndose a Estados Unidos como “el enemigo” y expresando orgullo por su contribución a la “revolución” cubana. Su cruda expresión de ira y machismo cuando su lealtad fue cuestionada por un agente encubierto del FBI que se hacía pasar por agente cubano contrastó fuertemente con la serenidad diplomática que conocían sus compañeros.

El caso Rocha no es sólo una historia personal de traición, sino también un comentario más amplio sobre la política exterior y los servicios de inteligencia de Estados Unidos. Las acusaciones podrían ser aprovechadas por los críticos para cuestionar la actual política estadounidense hacia América Latina, en particular hacia Cuba. Además, la exitosa infiltración de Rocha en las altas esferas del servicio diplomático estadounidense pone de relieve un importante triunfo de la inteligencia cubana, que sigue siendo muy activa a pesar del final de la Guerra Fría.

Expertos como Fulton Armstrong, profesor de la American University y antiguo analista de la CIA, apuntan a una combinación de ego, resentimiento y sensación de marginación como factores clave que impulsaron el presunto espionaje de Rocha. Sus antecedentes, creciendo en Harlem y asistiendo posteriormente a Yale, sugieren una compleja interacción de identidad, ambición y desilusión con el establishment estadounidense.

A medida que se desarrollen los procedimientos judiciales contra Rocha, el caso seguirá descubriendo las vulnerabilidades y las motivaciones que llevaron a Rocha a traicionar a su país.


caritas-internacional-cuba-se-enfrenta-al-colapso-economico-y-a-una-crisis-humanitari

Cáritas Internacional: “Cuba se enfrenta al colapso económico y a una crisis humanitaria”

Por Isabel Díaz

“La población sufre una dramática espiral descendente. La promesa socialista de alimentos, salud y educación ya no se cumple”.