En una reunión celebrada recientemente en el Servicio Federal de Aduanas (FCS) de Rusia, representantes del Banco Central de Cuba y de la delegación rusa debatieron formas de reforzar la cooperación para combatir la salida ilegal de fondos, el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo.
La delegación cubana estuvo encabezada por Fernando Camejo, jefe del Departamento Principal de Investigaciones y Operaciones Financieras, y Guillermo Aguirre, jefe del Departamento de Inteligencia Financiera. La parte rusa estuvo encabezada por Sergey Shklyaev, jefe del Departamento de Restricciones Comerciales, Divisas y Control de las Exportaciones (UTOVEC).
Esta colaboración supone un paso más en la consolidación de los lazos entre Rusia y Cuba, al tiempo que pone de relieve las tensiones existentes con Estados Unidos.
La administración Biden ha estado estudiando propuestas que permitirían a los empresarios cubanos abrir cuentas en Estados Unidos. Muchos ven esta medida como una forma de empoderar a los empresarios cubanos y fomentar potencialmente los ideales democráticos en la nación comunista.
Sin embargo, el último acuerdo entre Rusia y Cuba subraya la intención de La Habana de mantener un control más estricto sobre su sector financiero, posiblemente como reacción a las propuestas de Estados Unidos.
El acuerdo no sólo refuerza la relación bilateral, sino que también intenta blindarlo, al adherirse a las recomendaciones del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI).
El GAFI es un organismo intergubernamental creado para establecer normas y promover la aplicación efectiva de medidas legales, reglamentarias y operativas para combatir el blanqueo de capitales, la financiación del terrorismo y otras amenazas relacionadas con la integridad del sistema financiero internacional.
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Bálint Madlovics & Bálint Magyar
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