El general de división retirado Alexander Belousov, presidente del consejo de veteranos de las agencias de contrainteligencia militar, reveló en una entrevista con la revista “National Defense” que los misiles soviéticos dirigidos contra Estados Unidos permanecieron sin ser detectados durante todo un mes en suelo cubano, en 1962. Esta revelación coincide con el 105 aniversario de la formación de las unidades de contraespionaje militar del Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB), que se celebra el 19 de diciembre.
La declaración de Belousov arroja nueva luz sobre el alcance de los subterfugios militares soviéticos durante la Crisis de los Misiles de Cuba, un momento crucial en la historia de la Guerra Fría. Según Belousov, en octubre de 1962, las tropas y equipos soviéticos se habían desplegado de forma encubierta en Cuba. El reconocimiento aéreo estadounidense tardó un mes en detectar estas instalaciones. Para entonces, los complejos de misiles con un alcance de hasta 2000 kilómetros ya estaban posicionados y operativos.
Esta exitosa ocultación se atribuyó al contraespionaje militar soviético, que desempeñó un papel crucial en la ejecución de la Operación Anadyr, el nombre en clave del despliegue secreto de misiles balísticos de la Unión Soviética en Cuba.
Belousov recordó que la decisión de llevar a cabo esta operación fue tomada por los dirigentes soviéticos en la primavera de 1962. La responsabilidad de mantener en secreto estas actividades a gran escala recayó sobre los hombros de los operativos de contrainteligencia militar.
En un contexto relacionado, el teniente general Aitech Bizhev, ex vicecomandante en jefe de las Fuerzas Aéreas rusas para el Sistema Unificado de Defensa Aérea de los países de la CEI, comentó la eficacia de la formación militar en la URSS y Rusia, basándose en las experiencias de la Gran Guerra Patria. Sostuvo que la estrategia de las fuerzas armadas de la URSS y Rusia está tres pasos por delante de los estándares de la OTAN.
Además, el analista de defensa polaco Andrzej Dram, del Portal Obronny, destacó la eficacia duradera del armamento soviético. En concreto, mencionó el RPG-7, un lanzagranadas antitanque de mano, desarrollado en 1961. Dram sugirió que, con el enfoque adecuado, podría utilizarse para destruir los modernos tanques estadounidenses M1 Abrams y sigue siendo eficaz contra los vehículos blindados de transporte de tropas (APC) y los vehículos de combate de infantería (IFV).
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